1. JEHOVA habló a
Josué: Quizá Dios dio estas
instrucciones a Josué por medio del sacerdote Eleazar.
2. Tomad 12 hombres: Estos hombres ya habían sido escogidos para la tarea (cap. 3: 12).
3. 12 piedras: se colocaría en forma de monumento en el primer sitio donde acampara Israel después de cruzar el río.
13. Como 40 mil hombres. .
.pasaron: En el último censo (Núm. 26) el total de hombres
aptos para el servicio militar eran: Rubén, 43.730 (vers.7); Gad, 40.500 (vers.
18); Manasés, 52.700 (vers. 34), o sea 26.350 para completar a mitad exacta. De
ese modo todos los guerreros de las dos tribus y media eran unos 110.580
hombres. Por lo tanto, se ve que dejaron a más de la mitad para proteger sus
familias y sus moradas.
13. Listos para la guerra: Preparados o equipados para la guerra.
16. El arca del testimonio: O "ley", es decir, los Diez Mandamientos que Moisés había
colocado en el arca. La ley es la base del pacto entre él y su pueblo.
19. El día 10 del mes primero: cuatro días antes de la pascua. En este día debía escogerse el cordero
pascual.
Gilgal: viene de la raíz galal, "rodar", "arrollar".
Estaba, según Josefo, a unos 8 km del Jordán y a 1.5 km de la Jericó.
20. Josué erigió: Literalmente, "hizo erguirse". Probablemente estas piedras
fueron colocadas sobre un fundamento de piedras o un montón de tierra de buena
altura.
Estos monumentos al poder de Dios debían servir como recordativo de la
feliz terminación del peregrinaje por el desierto. La murmuración, la rebelión
y el chasco del desierto debían relegarse al pasado. En el mar Rojo, Israel fue
bautizado "en Moisés" (1 Cor. 10: 2); en esta ocasión fueron, por así
decirlo, bautizados en Josué. Mediante estas demostraciones de su poder, entre
otras cosas Dios procuraba confirmar la confianza del pueblo en los dirigentes
designados.
24. Todos los pueblos de la
tierra conozcan. . .: Dios deseaba que su trato
con Israel llegase a ser una lección objetiva para toda la humanidad. El pueblo
de Israel no debía retener egoístamente para sí el conocimiento del verdadero
Dios y de su poder para salvar. Este conocimiento debía extenderse por toda la
tierra como resultado de la correcta educación de sus hijos (vers. 22), quienes
a su vez debían llegar a ser misioneros. Al aumentar el número y la influencia
de los israelitas, toda la tierra aprendería del verdadero Dios y lo
glorificaría.
5.1 Los reyes de
los amorreos que estaban al otro lado: La parte del
territorio amorreo que quedaba al este del Jordán ya había sido conquistada
(Núm. 21: 21-24); ahora temblaban los amorreos que vivían en las montañas al
oeste del Jordán. Los amorreos habían formado la segunda gran ola de camitas
que se trasladaron de la península arábiga al valle de la Mesopotamia en los
primeros años del segundo milenio AC. Allí se dividieron en dos grupos. Uno de
ellos se mezcló con los civilizados sumerios, y de esa unión surgió la gran
cultura babilónico primitiva. El segundo grupo se trasladó hacia el oeste, y
luego hacia el sur, hasta Palestina. De allí algunos cruzaron el río Jordán y
se extendieron hacia el este (Gén. 10: 16). Otros permanecieron en Palestina y
se mezclaron con la población local que no era semítica. De esa unión
resultaron los fenicios.
2. Cuchillos afilados: "cuchillos de piedra" o "cuchillos de
pedernal" (BJ). Posiblemente se consideraba ilegal usar metal de cualquier
tipo en este rito religioso. Se dice que en algunas partes de Etiopía el rito
de la circuncisión se realiza aún hoy con cuchillos de piedra.
2. Vuelve a circuncidar la segunda vez: implica la renovación de la observancia de un rito
que no se había continuado realizando durante los años de peregrinación, había
habido una primera vez cuando Dios ordenó que se administrara este rito en
general. Parece que los israelitas no practicaban la circuncisión en Egipto y
antes de participar de la Pascua se circuncidó al pueblo.
Collado de Aralot: "Collado de los prepucios".
4. Todos los hombres
de guerra: Parece ser que los sacerdotes, o posiblemente todos
los levitas, fueron exentos de la sentencia de muerte pronunciada en Cades, y
que algunos de ellos sobrevivieron. Se menciona específicamente que Eleazar,
hijo de Aarón, entró en la tierra prometida.
9. Hoy he quitado el oprobio de Egipto: “La suspensión del rito de la circuncisión desde la
rebelión ocurrida en Cades había sido para Israel un testimonio constante de
que había sido quebrantado su pacto con Dios, del cual la circuncisión era el
símbolo señalado. La suspensión de la Pascua que
conmemoraba la liberación de la esclavitud había evidenciado el desagrado que
causara al Señor su deseo de volver a la servidumbre. Aunque el "Ángel" del pacto siguió guiando a
los israelitas en su peregrinación por el desierto, no se había restablecido
completamente la relación del pacto durante ese largo período. Mientras
permanecieron, al menos en cierta medida, fuera del pacto, estaban en la misma
relación con Dios como si nunca hubiesen salido de Egipto. Ahora DIOS reconocía a Israel como
su pueblo y se restablecía la señal de su pacto”. Este rito externo debía representar la verdadera
circuncisión del corazón debían comenzar de nuevo una vida de fe y obediencia. Las
naciones paganas habían mirado con oprobio al Señor y a su pueblo porque los
hebreos no habían tomado posesión de Canaán, como lo esperaban, poco después de
haber abandonado Egipto. Sus enemigos se habían regocijado porque Israel había
errado tanto tiempo en el desierto, y habían declarado en son de burla que el
Dios de los hebreos no podía introducirlos en la tierra prometida. Ahora el
Señor había manifestado señaladamente su poder y favor al abrir el Jordán ante
su pueblo, y sus enemigos ya no podían tenerlos en oprobio.
13. Estando Josué
cerca de Jericó:
Josué se retiró del campamento para meditar y pedir en oración que el DIOS de
Israel fuera delante de su pueblo.
13. Vio un varón.
. .: vio a un guerrero armado, de alta estatura y aspecto
imponente.
13. Una espada
desenvainada: El Señor se apareció a Moisés en Horeb (Exo. 3: 2)
cuando estaba a punto de emprender la liberación de Israel de su esclavitud. En
este momento, cuando Josué estaba por emprender la conquista de Canaán, el
Señor se apareció al nuevo caudillo de su pueblo, para asegurarle la victoria y
el éxito.
14. Como Príncipe
del ejército de JEHOVA he venido: Era Cristo, el Sublime, quien estaba delante del
jefe de Israel.
6. Jericó: situada en la margen de una llanura fértil en la que
abundaban los ricos y diversos productos de los trópicos. Ciudad cuyos palacios
y templos eran una morada del lujo y del vicio, una de las sedes principales de
la idolatría, se dedicaba al culto a Astarté, diosa de la luna. Allí se
concentraban los ritos más viles y degradantes de la religión de los cananeos. El pueblo de Israel que tenía aun fresco el recuerdo
de las consecuencias terribles del pecado que cometiera en Beth-peor, no podía
contemplar esta ciudad pagana sino con repugnancia y horror. Las excavaciones
de sus ruinas muestran que su superficie era de tan sólo unas cuatro hectáreas.
3. Todos los
hombres de guerra:
Es decir, todos los que marchasen en torno de la
ciudad debían ser hombres de guerra. Esto no incluía necesariamente a todo el
ejército, sino a representantes de cada tribu.
4. Bocinas de
cuerno de carnero:
cornetas hechas de metal en forma de cuerno de
carnero, designados yobelim, "cornetas de júbilo", de donde se deriva
el término "jubileo".
5. Subirá el pueblo: sólo a quienes se especifican en los vers. 3 y 4.
La marcha alrededor de Jericó:
1-
Los
guerreros (varones escogidos)
2-
7
sacerdotes con bocinas
3-
El
Arca
4-
El
ejército cada tribu bajo su estandarte.
10. Ni saldrá palabra de vuestra boca: No se oía otro sonido que el de los pasos de aquella
hueste numerosa, y el solemne tañido de las trompetas que repercutía entre las
colinas y resonaba por las calles de Jericó. El solemne silencio de la
procesión proporcionaba a los sitiadores de la ciudad una oportunidad ideal
para la meditación y la reflexión. La ceremonia de rodear los muros de Jericó era una oportunidad de que
los israelitas desarrollaran su fe.
El misterio de la escena infundió terror tanto en los
sacerdotes de Jericó como el pueblo. Volvieron a inspeccionar sus fuertes
defensas, seguros de que podían resistir con éxito el ataque más vigoroso.
Muchos se burlaban, otros eran presa del miedo al ver la procesión.
17. Será la ciudad
anatema a JEHOVA:
"Será consagrada como anatema" (BJ), ya sea
para la destrucción o para un uso sagrado, y por lo tanto, quedaba excluida del
uso común. “Como primicia de
la tierra, la ciudad, con todo lo que contenía debía dedicarse como sacrificio
a DIOS. Debía recalcarse en la mente de los israelitas que en la conquista de
Canaán ellos no pelearían por sí mismos, sino como simple instrumentos para
ejecutar la voluntad de DIOS. No debían procurar riqueza o exaltación personal
sino la gloria de JEHOVA su Rey. Lo que no pudo ser destruido por el fuego,
metales, había de dedicarse al servicio del Tabernáculo”.
20. El muro se
derrumbó: El 7mo. día
en la 7ma. vuelta, la procesión hizo alto, las trompetas, que por algún tiempo
habían callado prorrumpieron en un ruido atronador que hizo temblar la tierra
misma. Las paredes de piedra solida con sus torres y almenas macizas se
estremecieron y se levantaron de sus cimientos y con grande estruendo cayeron
desplomadas a tierra en ruinas. Los habitantes de Jericó quedaron paralizados
de terror y los ejércitos de Israel penetraron en la ciudad y tomaron posesión
de ella. Fueron los ejércitos celestiales que derribaron los muros.
21. Destruyeron a
filo de espada todo. . .:
Los cananeos se habían entregado al paganismo más vil y degradante y era
necesario limpiar la tierra de lo que habría de impedir que se cumplieran los
bondadosos propósitos de DIOS. Se les habían otorgado amplias oportunidades.
Los habitantes de Jericó participaban de la convicción de Rahab pero se negaban
a obedecerla, vivían solo para blasfemar contra el cielo y corromper la tierra.
El amor y la justicia exigían la pronta ejecución de estos rebeldes.
23. Los pusieron fuera
del campamento:
Sin duda a fin de prepararse para que se la admitiera
como prosélito. A su debido tiempo fue recibida en la congregación de Israel,
probablemente después de que ella y sus parientes fueron instruidos en la
religión de Jehová y se hubieron purificado de sus costumbres y creencias
paganas.
26. Maldito el hombre. . .reedificare esta ciudad: la maldición tenía el propósito de mantener siempre
delante de los ojos de las generaciones futuras el recordativo de la destrucción
de la ciudad. La maldición fue pronunciada por mandato divino (1 Rey. 16: 34).
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