Quizá el Sermón del Monte fue pronunciado por
julio o agosto del año 29 d. C. como a la mitad de los tres años y medio del
ministerio de Jesús. Lucas claramente relaciona el Sermón del Monte con el
llamamiento y la ordenación de los doce, fueron designados en respuesta a la
evidente necesidad de que hubiera más obreros preparados para atender a las
multitudes que acompañaban a Jesús dondequiera él iba. El Sermón del Monte es, pues, a la vez el
discurso inaugural de Cristo como Rey del reino de la gracia y la constitución
del reino. Poco después del establecimiento formal del reino y de la
proclamación de su constitución, se realizó la segunda gira por Galilea,
durante la cual Jesús dio una demostración clara y completa de las formas en
que el reino, sus principios y su poder pueden beneficiar a la humanidad. En el
Sermón del Monte Cristo habló de la naturaleza de su reino. También refutó las
falsas ideas acerca del reino del Mesías que los dirigentes judíos habían
inculcado en la mente de la gente. El Sermón del Monte expone la gran
diferencia entre el verdadero carácter del cristianismo y el del judaísmo de
los días de Jesús.
1. Viendo la multitud: se componía mayormente de labradores y pescadores. También había
espías presentes.
1. Subió al monte: Sin duda se trataba del mismo monte donde había pasado la noche en
oración y donde, esa misma mañana, había ordenado a los doce. Este el
"Sinaí del Nuevo Testamento".
1. Y sentándose: Esta era la modalidad habitual de los rabinos; se esperaba que el
maestro enseñara sentado. En esta ocasión, al menos, la multitud también se
sentó.
1. Vinieron a él sus discípulos: los doce que habían sido escogidos y ordenados esa misma mañana. Siendo
los compañeros más íntimos de Jesús, formaban el círculo más estrecho y,
naturalmente, ocuparon sus lugares junto a él. Pero había además muchos otros
que seguían a Jesús y que también eran conocidos como discípulos.
3. Bienaventurados: “feliz",
"afortunado”, "bendito", “dichoso”. El
principal propósito del reino es el de restaurar en el corazón de los hombres
la felicidad perdida en el Edén.
Los vers. 10-11 se refieren al mismo aspecto
de la vida cristiana, y por lo tanto deben considerarse como una sola entidad,
por lo cual son ocho y no nueve las bienaventuranzas.
3. Los pobres en espíritu: pobreza extrema,
miseria. Son los que adolecen
de una verdadera miseria espiritual y sienten agudamente su necesidad de las
cosas que el reino del cielo tiene para ofrecerles Son los
que comprenden que le es imposible salvarse por sí mismos. No pueden hacer
ningún acto justo. Son los que aprecian la ayuda que Cristo les ofrece.
3. De ellos es el reino de los cielos: La comprensión de la necesidad propia es la
primera condición para entrar en el reino de la gracia de Dios. Es importante
notar que aquí Cristo no hablaba tanto de su futuro reino de gloria como del
reino de la gracia divina, ya presente.
4. Bienaventurados los que
lloran: dolor intenso.
Son los que sienten tristeza por
haber pecado: Cuando contemplamos a Cristo vemos nuestra propia
pecaminosidad; comprendemos que nuestros pecados lo llevaron a la cruz, vemos
su gran amor por nosotros. Nos percatamos que nuestros pecados crean un
abismo/muro ancho, negro y profundo.
Los que sufren aflicción o pérdida
de un ser querido: Las pruebas son los instrumentos de DIOS para
eliminar de nuestro carácter toda impureza y tosquedad.
Los que lloran por las tristezas del
mundo y se afligen por los pecados que se cometen en él.
4. Recibirán Consolación: Cuando partió, prometió
enviar "otro Consolador", el Espíritu Santo, para que morara con
nosotros como amigo permanente.
5. Bienaventurados los mansos: El espíritu de independencia y
predominio de que nos gloriamos se revela en su verdadera vileza, como marca de
nuestra sujeción a Satanás. La naturaleza humana pugna siempre por expresarse;
está siempre lista para luchar. Más el que aprende de Cristo renuncia al yo, al
orgullo, al amor por la supremacía, y hay silencio en su alma. La Mansedumbre se adquiere del maestro. Es conservarse paciente y amable al ser maltratado. El Amor a uno mismo es lo que
destruye nuestra paz. Una persona "mansa" domina perfectamente su yo.
5. Recibirán la tierra por heredad: ahora poseen la
tierra los orgullosos. Por el deseo de exaltación propia entró el pecado en el mundo, y
nuestros primeros padres perdieron el dominio sobre esta hermosa tierra, su
reino. Por la abnegación, Cristo redime lo que se había perdido.
6. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia: Gr. dikaiosún', de la raíz dík',
"costumbre", "uso", y por lo tanto, lo "correcto"
según la costumbre. En el NT se emplea la palabra con el sentido de lo "correcto"
según lo determinan los principios del reino del cielo. Esta figura era
especialmente llamativa en un país donde el promedio anual de lluvia no pasa de
65 cm (26 pulgadas) Por limitar con extensas zonas desérticas, una buena parte
de las tierras habitadas son semiáridas.La justicia es santidad, semejanza a DIOS y DIOS
es Amor. Es conformidad a Su ley. La justicia es concedida gratuitamente. Al
percibir la perfección del carácter se Salvador desearemos transformarnos,
renovarnos a su semejanza. Cuanto más
sepamos de DIOS tanto más alto nuestro ideal. La justicia de Cristo es tanto imputada como impartida. La justicia imputada produce
justificación; pero el alma justificada crece en la gracia. Por medio del poder
de Cristo que vive en el alma, el cristiano conforma su vida con los requisitos
de la ley moral tal como fue expuesta por precepto y ejemplo por Jesús. Esta es la justicia impartida.
6. Porque ellos serán saciados: Ningún recurso terrenal puede satisfacer el hambre y la sed del alma. Jesús es el pan de vida y el agua.
7. Bienaventurados los misericordiosos: DIOS es la fuente de toda
misericordia. Es una respuesta a la influencia del Espíritu Santo. DIOS no nos
trata como merecemos. El ansía intensamente aliviar los pesares del hombre y
ungir sus heridas. Son aquellos que
manifiestan compasión para con los pobres, los dolientes y los oprimidos. La misericordia de la cual habla Cristo aquí
es una virtud activa que se proyecta hacia los seres humanos.
7. Alcanzarán
misericordia: tanto ahora como en el
día del juicio. La persona cruel, de corazón duro y espíritu desconsiderado,
rara vez recibe un trato bondadoso y misericordioso de parte de su prójimo.
Pero muchas veces los que son bondadosos y considerados con las necesidades y
los sentimientos ajenos, encuentran que el mundo les paga con la misma moneda.
8. Bienaventurados los de limpio corazón: "corazón" se refiere al intelecto, la conciencia, el hombre
interior. La pureza de corazón incluye todos
los rasgos de carácter deseables y excluye todos los indeseables. El ser de
"limpio corazón" equivale a estar revestido con el manto de justicia
de Cristo, la perfección del
carácter. Manifestaran creciente
repugnancia por los hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos
impuros. Habrá limpieza
y cultura en el pensamiento y los modales, exentos de sensualidad y
concupiscencia. Fieles en los
pensamientos y motivos del alma, libres del orgullo y amor propio; humildes y
generosos como niños. Amor
desinteresado. Los de corazón
limpio han abandonado el pecado como principio gobernante de la vida, y su
existencia está enteramente consagrada a Dios. El tener "limpio
corazón" no significa que la persona no tenga ningún pecado, pero sí
significa que sus motivos son correctos, que por la gracia de Cristo se ha
apartado de sus errores pasados y que prosigue hacia la meta de perfección en
Cristo Jesús.
8. Verán a DIOS: Por la fe lo
contemplamos aquí y ahora. En las experiencias diarias percibimos su bondad y
compasión al manifestarse su providencia, perciben al Creador en las obras de su mano
poderosa, en las obras de belleza que componen el universo. En su Palabra
escrita ven con mayor claridad aún la revelación de su misericordia, su bondad
y su gracia. Lo verán cara a cara en el estado futuro e inmortal.
9. Bienaventurados los pacificadores: El equivalente hebreo de la palabra griega eir'n' es shalom, que
significa "salud", "bienestar", "entereza",
"prosperidad", "paz". Cristo es el Príncipe de Paz y su misión es
devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por el pecado. Quienquiera que
incita a los demás por palabra o por hechos a renunciar al pecado y entregarse
a DIOS es un pacificador. La gracia de
Cristo vence la enemistad, apacigua la lucha y llena el alma de amor. El que está en armonía con DIOS y su prójimo
no sabrá lo que es la desdicha. Sus semejantes reconocen que han estado con
Jesús. Los cristianos
han de estar en paz los unos con los otros (1 Tes. 5: 13) y deben seguir
"la paz con todos" (Heb. 12: 14). Han de orar por la paz, trabajar
por la paz e interesarse en forma constructiva en las actividades que
contribuyan a la paz de la sociedad.
9. Serán hijos de DIOS: Se parecen a El en carácter. Ellos mismos están en paz con Dios, y están dedicados a la tarea de
inducir a sus prójimos a que estén en paz con El.
10. Bienaventurados los que padecen persecución: Entre la justicia y el pecado, el
amor y el odio, la verdad y el engaño, hay una lucha imposible de suprimir. Cuando
se le restan súbditos al reino de Satanás el príncipe del mal va a resistir. La
persecución y el oprobio esperan a quienes están dominados por el Espíritu de
Cristo. Esto es una prueba de que siguen
los pasos de su maestro, porque su carácter, sus
ideales, sus aspiraciones y su conducta dan un testimonio unánime y silencioso
contra la impiedad de este mundo. Pero El estará a nuestro lado,
así como estuvo con los tres fieles en Babilonia.
11. Bienaventurados sois cuando por mi causa os
vituperen:
Gr. oneidízÇ,
"injuriar", "calumniar", "insultar". Aunque la calumnia puede ennegrecer el nombre, no
puede manchar el carácter. No constituyen otra bienaventuranza. Se trata sencillamente de una
explicación de las formas en que puede manifestarse la persecución. Mientras no consintamos en pecar, no hay poder humano
o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. El hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de las pruebas
más aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo
que cuando se veía en la prosperidad.
13. Vosotros
sois la sal de la tierra: la sal tiene
propiedades preservadoras. Del mismo modo, el cristiano, al convertirse en instrumento para la
salvación de otros por medio de la difusión del Evangelio, ejerce una
influencia preservadora y purificadora en el mundo. Los discípulos habían de
reconocer que la salvación de sus prójimos era su primera responsabilidad. El sabor de la sal representa la fuerza vital del
cristiano, el amor de Jesús en el corazón, la justicia de Cristo que compenetra
la vida. De los creyentes sinceros mana una energía vital y penetrante que
infunde un nuevo poder moral (El Esp. Santo) a las almas por las cuales ellos
trabajan. El amor cambia el carácter, domina los impulsos, vence la enemistad y
ennoblece los afectos. Cuando se lo alberga en el corazón, este amor endulza la
vida entera y vierte sus bendiciones en derredor.
13. Si la sal se
desvaneciere: Es decir, se vuelve
insípida. En Palestina la
sal se recogía en la costa del Mediterráneo o del mar Muerto y sus cercanías.
Por la forma en que se la recogía, quedaba bastante impura. Al humedecerse la
sal, por ser muy soluble en el agua se desvanecía y sólo quedaban las impurezas
que eran insípidas. Sería tan ilógico que el
cristiano perdiese sus características esenciales y todavía fuera cristiano. Simbolizaba
muy bien la condición de los fariseos y el efecto de su religión en la
sociedad. Representa la vida de toda alma de la cual se ha separado el poder de
la gracia de Dios, dejándola fría y sin Cristo. En el antiguo rito ceremonial, se añadía sal a todos los sacrificios
(Lev. 2: 13) sin sal no eran aceptables. En
este caso la sal simbolizaba la justicia de Cristo.
13. ¿Con qué
será salada?: Es decir, ¿cómo se restaurarían sus
características esenciales de sal que le dan utilidad? Cuando de la vida de un
profeso cristiano desaparecen el amor, el poder y la justicia de Cristo, no hay
otra fuente de la cual pueda obtener lo que le falta. Un cristiano nominal no
puede compartir con otros lo que él mismo no posee.
13. No sirve mas para nada: Aún más, se convierte en un verdadero perjuicio para la causa del
reino porque vive una vida que tergiversa los principios del reino.
13. Sino para
ser hollada y pisoteada por los hombres: Desde donde la
multitud estaba sentada podía ver las líneas blancas de sal, echada allí porque
había perdido su valor. Por faltarnos la
gracia de Cristo, atestiguamos ante el mundo que la verdad en la cual
aseguramos confiar no tiene poder santificador; y así, en la medida de nuestra
propia influencia, anulamos el poder de la Palabra de Dios.
14. Vosotros
sois la luz del mundo: Era aún de mañana cuando Cristo habló y el sol
ascendía hacia el cenit. La luz siempre ha sido un símbolo de la presencia
divina. Jesús, el Salvador, es
la única luz que puede disipar las tinieblas de un mundo caído en el pecado. Si un cristiano es fiel a su misión una vez
que ha aceptado a Jesús como luz del mundo, se convierte en reflector de esa
luz. Así como sale el sol en su
misión de amor para disipar las sombras de la noche y despertar el mundo, los
seguidores de Cristo también han de salir para derramar la luz del cielo sobre
los que se encuentran en las tinieblas del error y el pecado. Nuestra misión
tiene un alcance mundial. Somos
negligentes, al privar al mundo de la prometida influencia del Espíritu
Santo.
14. Una ciudad
asentada en un monte. . .: Las antiguas ciudades de Palestina solían
estar ubicadas en cerros. Desde el lugar donde Cristo y la multitud estaban
sentados, se veían muchas aldeas y ciudades en los cerros vecinos.
15. Ni se enciende una luz. . .: Las antiguas lámparas consistían en un recipiente de arcilla o de
metal, muchas veces en forma de platillo. La mecha flotaba en el aceite y la
parte encendida descansaba en el borde del plato o salía por un orificio
especial.
15. Almud: usaba para guardar harina. Comúnmente se hacía este
recipiente de barro cocido. Como nación, los judíos estaban ocultando efectivamente su luz bajo
"un almud". Jesús destacó que la luz que les había sido encomendada
pertenecía a todos los hombres.
15. Sobre el candelero: En las casas humildes el candelero era por lo general un soporte de
barro cocido; en otros casos, se ponía la lámpara sobre un estante en la pared
o en el poste central de piedra o de madera, que servía para sostener el techo.
15. Alumbra a todos los que están en casa: Del mismo modo, Dios deseaba que toda la
familia humana se beneficiara con la luz de la verdad que Dios había confiado a
los descendientes de Abrahán.
16. Así alumbre
vuestra luz: La luz de la verdad proviene del cielo, pero
cuando ilumina nuestras vidas, se convierte en nuestra luz.
16. Glorifiquen
a vuestro Padre. . .: Por su medio,
la misericordia y la bondad del Padre se manifiestan a un mundo sumido en la
oscuridad de una concepción errónea de Dios, resulta manifiesto que hay en el
trono del universo un Dios cuyo carácter es digno de alabanza e imitación. Al
ver sus obras buenas, otros se sienten inducidos a dar gloria al Padre
celestial. Como Cristo era el medio de revelar al Padre, hemos de ser los
medios de revelar a Cristo. La luz brilla no tanto para que los hombres vean la luz, sino para que
gracias a la luz puedan ver otras cosas. Nuestra luz debe brillar no para que
los hombres sean atraídos a nosotros, sino para que sean atraídos a Cristo
17. No penséis.
. .: Como ocurrió en casi todas las ocasiones
durante los dos últimos años de su ministerio, estaban presentes espías que
tenían la tarea de averiguar e informar acerca de las actividades de Jesús. Los fariseos fomentaban el rumor de que su enseñanza se
oponía a los preceptos que Dios les había dado en el monte Sinaí.
17. Que he
venido para abrogar: Gr. katalúÇ, "desatar",
"deshacer", como se desarma una tienda. Significa
"abrogar", "dejar sin validez", "anular",
"abolir".
17. La ley o los profetas: Gr. nómos, que aquí equivale al Heb. torah, que comprende toda la
voluntad revelada de Dios. La expresión "la ley y los profetas"
representa la división de las Escrituras del AT en dos partes. Con toda
probabilidad Jesús se estaba refiriendo en primera instancia a la ley moral y a
los estatutos civiles contenidos en los libros de Moisés y confirmados por los
profetas.
17. Sino a cumplir: Gr. pl'róÇ, "completar", "llenar". Jesús fue el dador de la ley, no tenía intenciones de
anular sus preceptos. La misión de Cristo era magnificar y engrandecer la ley; llenar
la medida de lo requerido por la ley, dar un ejemplo de conformidad perfecta
con la voluntad de Dios. Lo que ahora ponía de lado era la falsa interpretación que los escribas
habían dado a la ley (DTG 273), y no la ley en sí.
18. De cierto: Gr. Amén, del Heb. 'amen, "firme", "establecido",
"seguro". Según el sentido del hebreo, el 'amen significa una
respuesta confirmatorio y enfática a lo que dice otra persona. Pero es peculiar
de Jesús la forma en que usa el amén para confirmar lo que él mismo dice y para
darle más énfasis.
18. Hasta que
pasen el cielo y la tierra: hasta que se
cumpla todo el plan de salvación.
18. Ni una: La construcción griega tiene un negativo sumamente enfático. Un cambio
en la ley moral es tan imposible como una transformación del carácter de Dios,
quien no puede cambiar.
18. Jota: Gr. iÇta, la novena letra del alfabeto griego que corresponde
con la letra hebrea yod, la más
pequeña del alfabeto hebreo. La ley
es inalterable.
18. Ni una tilde: Gr. keráia, "cuernito", quizá el
ganchito en la letra wau (w) o parte de alguna otra letra necesaria para
distinguirla de una letra similar. El parecido entre las letras hebreas
equivalentes a b y k, d y r, h y j, nos dice cuán importantes son los detalles
diminutos de esas letras. Los judíos tenían por tradición que si todos los
habitantes de la tierra intentaran abolir la más pequeña letra de la ley, no
podrían tener éxito. Razonaban que hacerlo significaría una falta tan grande
que el mundo sería destruido.
18. Hasta que todo se haya cumplido: Estos principios que se comunicaron a los
hombres en el paraíso como la ley suprema de la vida existirán sin sombra de
cambio en el paraíso restaurado. Cuando el Edén vuelva a florecer en la tierra,
la ley de amor dada por Dios será obedecida por todos debajo del sol.
19. Cualquiera
que quebrante
uno de estos mandamientos: Gr. lúÇ,
"desatar"; al referirse a mandamientos significa
"quebrantar", "anular", "rescindir". KatalúÇ,
"destruir", es una forma más enfática del mismo vocablo.
19. Muy pequeños: Los escribas habían ordenado minuciosamente en una escala de importancia
relativa todos los preceptos de la ley de Dios, las leyes de Moisés -tanto civiles
como ceremoniales- y sus propios reglamentos, suponiendo que si un mandamiento
menos importante contradecía a uno más importante, éste anulaba el primero. Por
medio de ese legalismo minucioso era posible inventar maneras para eludir los
más claros requisitos de la ley de Dios. Se consideraba que era una
prerrogativa de los rabinos declarar que ciertas acciones eran permitidas, y
otras, prohibidas. Jesús planteó claramente que, lejos de liberar a los hombres
del cumplimiento de los mandamientos de la ley moral, era aún más estricto que
los expositores oficiales de la ley -los escribas y rabinos- porque no permitía
en ningún momento excepciones. Todos los mandamientos eran igual y
permanentemente obligatorios.
19. Muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: Es decir, será considerado como el menos
digno. Estar en desacuerdo con la ley de DIOS en el
detalle más mínimo demuestra que hay comunión con el pecado, que hay rebelión
contra las leyes de DIOS y su gobierno, por lo cual no entrará en el reino de
los cielos.
20. Si vuestra
justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos: La justicia de los escribas y fariseos consistía en prestar una
obediencia externa a la letra de la ley. Los escribas excusaban las debilidades
de la naturaleza humana, empequeñeciendo así la seriedad del pecado. De esa
manera hacían que fuera fácil desobedecer a Dios y animaban a los hombres a
hacerlo A fin de compensar las malas acciones, los escritos rabínicos
prescribían un sistema de justicia por obras, por medio del cual una persona
podía ganar suficientes méritos para superar el balance desfavorable en su
contra. Su religión no estaba
basada en la fe sino en las obras. Para los seres humanos es imposible guardar
la ley por sus propias fuerzas porque nuestra naturaleza es pecaminosa. Solo
Cristo puede transformarnos, pero los fariseos rechazaron a Cristo.
20. No entrareis
en el reino de los cielos: El griego emplea el doble negativo ou m ', su
forma más enfática, equivalente a "nunca jamás".
Israel no había percibido la espiritualidad de la ley.
. .Jesús procedió a mostrar a sus oyentes lo que significa observar los
mandamientos. Las verdades que Cristo presentaba eran las mismas que habían
enseñado los profetas, pero se habían oscurecido a causa de la dureza de los
corazones y del amor al pecado.
21. Oisteis que
fue dicho. . .: implica que la mayoría de los oyentes en esta
ocasión no habían leído ellos mismos la ley. Esto era de esperarse, porque la mayoría
de ellos eran rudos labradores y pescadores.
22. Pero yo os
digo: Los rabinos citaban
las tradiciones como autoridad en la cual basaban su interpretación de la ley.
Cristo habló por su propia autoridad, y este hecho distinguía su enseñanza de
la de los rabinos, lo que el pueblo observó sin demora. Como Autor de la ley, es su único verdadero
Expositor.
22. Cualquiera
que se enoje contra su hno.: Lev. 19:17, 18,
al condenar a otros como transgresores, ellos eran igualmente culpables, porque
abrigaban malicia y odio. Los judíos albergaban odio hacia los romanos y se
creían autorizados para aborrecer a todos los demás pueblos y a sus
compatriotas que no se conformaban a sus
ideas. El asesinato es el resultado final del enojo. Pero una persona puede ocultar su enojo de sus
prójimos. Lo más que puede hacer un tribunal es castigar las acciones que
resultan del enojo. Sólo Dios puede llegar hasta la raíz del asunto para
condenar y castigar a una persona por causa del enojo mismo.
22. Culpable de juicio: Es decir, "será reo ante el tribunal" (BJ), aquí se hace referencia a un derramamiento intencional de sangre, a un
fallo de culpabilidad y al castigo de parte de las autoridades establecidas. Indica
que la ira se había expresado en amenazas o acciones. El espíritu de odio y venganza tuvo su origen en Satanás y lo llevó
a dar muerte al Hijo de DIOS. Quienquiera que abrigue el mismo espíritu morirá
la muerte segunda.
22. Cualquiera
que diga necio
a su hno.: "sin valor", "estúpido". Expresa
desprecio por la falta inteligencia de un individuo. Es una vigorosa expresión
despectiva. Nadie está autorizado a
hablar desdeñosamente de su semejante. Debemos tratar aún a los más degradados
con respeto y ternura porque son Criaturas de DIOS.
22. Será culpable
ante el concilio: Ante el
sanedrín local, o tribunal
de la ciudad. que posiblemente tenían 23 miembros. Estos pequeños juzgados se
encontraban en varias ciudades judías pero no en Jerusalén donde se reunía el
gran sanedrín.
22. Cualquiera
que le diga: Fatuo: Se ha sugerido que la palabra mÇrós es la
transliteración del vocablo hebreo moreh, "contencioso",
"rebelde", "contumaz". Parece expresar desdén por los motivos del individuo. Apóstata, o el que se entregó a la iniquidad. Cuando
nos vemos en conflicto con los enemigos de Cristo no debemos hablar con
espíritu de desquite ni deben asemejarse a una acusación burlona. Debemos dejar
a DIOS la obra de condenar y juzgar.
22. Quedará
expuesto al infierno de fuego: "géenna de fuego". Géenna es la transliteración de las
palabras hebreas ge' hinnom, "valle de Hinom", o ge' ben hinnom,
"valle del hijo de Hinom" (Jos.15: 8). Este valle está al sur y al
oeste de Jerusalén y se encuentra con el valle de Cedrón, inmediatamente al sur
de la ciudad de David y el estanque de Siloé. El impío rey Acaz parece haber
iniciado en los días de Isaías la bárbara costumbre pagana de quemar los niños,
ofrendándolos a Moloc en un alto llamado Tofet, en el valle de Hinom (2 Cr. 28:
3). Manasés, nieto de Acaz, restableció esa práctica (2 Cr. 33: 1, 6). Años
después, el buen rey Josías profanó ceremonialmente los altos del valle de
Hinom (2 R. 23: 10), con lo cual se acabaron esos sacrificios. Como castigo por
ése y otros males, Dios advirtió a su pueblo que el valle de Hinom un día sería
el "Valle de la Matanza" por causa de los "cuerpos muertos de
este pueblo" (Jer. 7: 32-33; 19: 6). Por eso los fuegos de Hinom se
convirtieron en un símbolo del fuego consumidor del último gran día de juicio y
del castigo de los impíos (Isa. 66: 24). Según las ideas escatológicas judías,
derivadas en parte de la filosofía griega, géenna era el lugar donde se
reservaban las almas de los impíos bajo castigo hasta el día del juicio final y
de las retribuciones. La tradición que afirma que el valle de la Gehenna (forma
latina) era el lugar donde se quemaban los desperdicios, y que por lo tanto era
una figura del fuego del día final.
24. Deja allí tu ofrenda: El presentar una "ofrenda" o sacrificio personal se
consideraba entre los actos religiosos más sagrados e importantes, pero aun
esto debía ocupar tan lugar secundario por las circunstancias aquí expuestas.
Es posible que la "ofrenda" que aquí se menciona fuera un sacrificio
hecho con el fin de obtener el perdón y el favor de Dios.
24. Reconcíliate
primero con tu hno.: Cristo insiste
en que los hombres deben arreglar las cuentas con sus prójimos antes de que
puedan reconciliarse con Dios.
25. Ponte de
acuerdo con tu adversario. . .en el camino: implica un cambio de sentimientos para con el que fue antes adversario.
El "adversario" es el "acusador”. Era preferible arreglar las
cosas sin recurrir a los tribunales.
25. Alguacil: Gr. huper't's, "funcionario subordinado". Se emplea este
término en el NT para referirse a los ayudantes de la sinagoga.
26. Cuadrante: aproximadamente
equivalía a "dos blancas".
28. Cualquiera
que mira a una mujer para codiciarla: Gr. epithuméÇ
significa "anhelar", "desear intensamente",
"codiciar". Cuando se aman y
acarician malos pensamientos, por muy secreto que sea el mal reina en su
corazón.
28. Ya adulteró
con ella en su corazón: kardía, pero que se refiere más bien al
intelecto, los afectos y la voluntad. Cristo, yendo más allá de la acción,
llamó la atención al motivo que la produce, es decir, la intención o forma de
pensar que provoca la acción. El que haya
placer espaciándose en escenas impuras desarrolla o revela lo que está en su
corazón. El pecado comienza en la mente. El pecado es en primer lugar un acto de las facultades superiores de la
mente, de la razón, del libre albedrío, de la voluntad. La acción visible es
meramente un resultado de la decisión interna.
29. Si tu ojo/tu
mano derecha te es ocasión de caer: Gr. shandalízÇ,
"ser motivo de tropiezo". El término skándalon, se refiere al
mecanismo que hace funcionar una trampa. Aquí Jesús va más allá del motivo o la
intención para señalar las vías por las cuales el pecado logra entrar en la
vida: los sentidos que se comunican con el sistema nervioso. Para la mayoría de
las personas los más fuertes incentivos al pecado son los que llegan a la mente
por el camino de los nervios óptico, auditivo y otros nervios sensoriales. El
que se niega a ver, escuchar, gustar, oler o tocar lo que incita al pecado, ha
ganado buena parte de la batalla para evitar los pensamientos pecaminosos. Esto representa la rendición de la voluntad. El hombre
debería estar más dispuesto a renunciar a lo que pone en peligro su salvación.
DIOS quiere salvarnos no solo de la consecuencia del pecado sino del pecado
mismo.
29. Sacalo/cortala: No pide que se mutile el cuerpo, sino que se controlen los
pensamientos. Cristo habla en forma figurada de la acción resuelta de la
voluntad para precaverse del mal.
29. Es mejor que
se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno: Es mejor que Yo
esté contrahecho, herido y cojo si así entramos en la vida. Si nos
aferramos al yo elegimos la muerte. DIOS es fuego que consume el pecado también
consumirá a los que se aferran el pecado.
31. Dele carta
de divorcio: El divorcio no fue
parte del plan original de Dios sino que fue aprobado transitoriamente en la
ley de Moisés debido a la "dureza" del corazón de los hombres. La ley
de Moisés no instituyó el divorcio. Por orden divina, Moisés toleró el divorcio
y lo reguló a fin de evitar abusos. Entre los judíos se
permitía al hombre repudiar a su mujer por las ofensas más insignificantes, y
ella quedaba en libertad de casarse otra vez. Esto era causa de muerte, desgracia y pecado. El compañerismo entre marido y mujer fue
ordenado por Dios como el ambiente ideal dentro del cual podría madurarse un
carácter cristiano. La mayor parte de los ajustes de personalidad en el
matrimonio y las dificultades que muchos tienen para hacer estos ajustes
demandan dominio propio y algunas veces significan abnegación y sacrificio.
Cuando los caracteres de los esposos son incompatibles, la solución cristiana
es modificar el carácter y no cambiar de cónyuge.
32. A no ser por
causa de fornicación: Gr. pornéia, término genérico que se emplea
para designar las relaciones sexuales ilícitas.
32. El que
repudia a su mujer… hace que ella adultere: Una esposa
repudiada naturalmente procuraría encontrarse un nuevo hogar. Pero al casarse de
nuevo, cometería adulterio porque su matrimonio anterior no había sido disuelto
a la vista de Dios.
33. No
perjurarás: jurar falsamente.
Habla de perjurio, sobre todo de los juramentos falsos en los cuales se invoca
el nombre de Dios, deshonrando y profanando así el nombre sagrado.
33. Cumplirás al
Señor tus juramentos: Cristo habla aquí de promesas, sobre todo de
las que se hacen a Dios. Sin embargo, no se refiere tanto a lo que se promete,
sino al hecho de que la promesa se cumpla, Destaca que lo que vale no es cómo
se hacen las promesas, sino cómo se cumplen. Los judíos tenían diversas formas
para liberarse de las obligaciones aceptadas bajo juramento.
34. No juréis en
ninguna manera: Jesús no se refería aquí al solemne juramento
judicial, sino a los juramentos comunes entre los judíos. Cuando está en el
corazón del hombre hablar la verdad, el prestar juramento es superfluo. Todo proviene de Dios. No tenemos nada que no hayamos
recibido; todo ha sido comprado para nosotros por la sangre de Cristo, más
preciosa que cuanto puede imaginarse, porque es la vida de Dios. Todo lo que
poseemos nos llega con el sello de la cruz. De ahí que no tengamos derecho de
empeñar cosa alguna en juramento.
35. Gran Rey: es decir, DIOS
37. Sea vuestro
hablar sí, sí; no, no: Para el cristiano, para el que respeta su
propia palabra, una simple afirmación o negación vale tanto como un juramento
complicado. Estas palabras condenan
todas las frases e interjecciones insensatas que rayan en profanidad. Condenan
los cumplidos engañosos, el disimulo de la verdad, las frases lisonjeras, las
exageraciones, las falsedades en el comercio que prevalecen en la sociedad y en
el mundo de los negocios. Enseñan que nadie puede llamarse veraz si trata de
aparentar lo que no es o si sus palabras no expresan el verdadero sentimiento
de su corazón. Se refrenaría la
expresión de malas sospechas y ásperas censuras; porque al comentar las
acciones y los motivos ajenos, ¿quién puede estar seguro de decir la verdad
exacta?
37. De mal
procede: Mejor, "del Maligno" (BJ).
38. Ojo por ojo, y diente por diente: Esta ley fue instituida para evitar los
abusos del sistema de justicia común en la antigüedad. Era práctica corriente
cobrar las deudas o daños con intereses exorbitantes. Esta ley era un estatuto
civil, y el castigo debía hacerse bajo la supervisión de los tribunales. Pero
no se justificaba la venganza personal Lv. 24:20
39. No resistáis
al malo: Es decir, no procuréis
vengaros por los males sufridos. Aquí Jesús parece referirse a una hostilidad activa y no a una
resistencia pasiva. El que está lleno del
Espíritu de Cristo mora en Cristo. El golpe que se le dirige a él, cae sobre el
Salvador, que lo rodea con su presencia. No tiene que resistir el mal, porque
Cristo es su defensor. Nada puede tocarlo sin el permiso de nuestro Señor.
39. Vuélvele
también la otra: El cristiano
se ha de someter callada y mansamente ante un agravio.
40. Ponerte a
pleito: Es decir, hacer
comparecer delante de un tribunal. En el griego dice que no se trataba de un, juicio ya comenzado, sino que
simplemente existía la posibilidad de una acción legal.
40. La túnica: Gr. jitÇn, la prenda, similar a una camisa, que se llevaba sobre la
piel.
40. Déjale también la capa: Gr. himátion, el manto exterior, o "capa", que solía usarse
como cobija por la noche. Muchas veces un pobre no tenía ninguna otra cosa que
dar como prenda sino su "capa". En vista de que la capa era
considerada más esencial que la "túnica", o vestimenta interior,
cederla sin resistencia demostraría una concesión mayor. En vez de oponerse a las órdenes de las autoridades, los
cristianos debían hacer aún más de lo que se requería de ellos.
41. Cualquiera
que te obligue
a llevar la carga por una milla: Gr. aggaréuÇ, "obligar a servir". En tiempos de los romanos,
aggaréuÇ y ággaros se referían al servicio obligatorio del transporte de
pertrechos militares. Resistirse era provocar un trato cruel. En Mat. 27: 32 se
emplea el verbo aggaréuÇ cuando se lo obligó a Simón a que llevara la cruz de
Cristo. Jesús se refería a casos tales como cuando un soldado romano le exigía
a un civil judío que llevara su equipaje durante una milla, como lo mandaba la
ley. En Capernaúm había una guarnición militar romana y mientras Jesús hablaba,
los que escuchaban veían pasar un grupo de soldados romanos por un camino
vecino. Aquí Jesús aconsejó sumisión ante la autoridad romana.
42. Al que
quiera tomar de ti prestado no se lo rehúses: prestarás lo que necesite, esto ha de ser un regalo, antes que un
préstamo, porque hemos de prestar, "no esperando de ello nada”. Lc. 6:35
43. Amarás: agapáÇ se relaciona con el respeto y la estima. Es un principio de
acción y no una acción regida por sentimientos. Pone en acción las facultades
superiores de la mente y de la inteligencia. Expresa respetar, estimar y amar
aun a quienes no nos aman. Demuestra un amor altruista. El agáp' del NT es el
amor más puro y excelso, amor que no puede ser igualado, amor que obliga a una
persona a sacrificarse en bien de otros. Implica reverencia para Dios y respeto
a los prójimos. Es un principio divino de pensamiento y de acción que modifica
el carácter, gobierna los impulsos, controla las pasiones y ennoblece los
afectos.
43. A tu prójimo: Para los judíos, un "prójimo" era otro israelita, ya fuera por
nacimiento o por conversión. Aun los samaritanos, mezcla de judíos con otras
razas, estaban excluidos y eran considerados como extranjeros. En la parábola
del Buen Samaritano (Luc. 10: 29-37), Jesús destruyó ese concepto tan estrecho
y proclamó la hermandad de todos los hombres. El amor cristiano procura el
bienestar de todos, sin distinción de raza ni de credo. "Prójimo"
(del latín proximus) significa literalmente nuestro "próximo". Todo
el que está cerca de nosotros.
43. Aborrecerás a tu enemigo: sin duda era un proverbio popular. Odiar a otros o menospreciarlos es
un producto natural del orgullo. Considerándose como hijos de Abrahán,
superiores a otros, los judíos despreciaban a los gentiles.
44. Amad a
vuestros enemigos: es una forma del verbo agapáÇ. La orden sería
imposible de cumplir si se exigiera que todos los hombres amaran (del verbo
filéÇ) a sus enemigos. Este amor está bajo el dominio de la voluntad. Amar (en
el sentido del verbo agapáÇ) a los enemigos más acérrimos, es tratarlos con respeto y cortesía y
considerarlos así como Dios los considera. Aun los pecadores cuyos corazones no estén herméticamente cerrados al
Espíritu de Dios responden a la bondad. Así como pueden responder al odio con
el odio, también corresponderán al amor con el amor. Solamente el Espíritu de
Dios devuelve el amor por odio. El ser bondadoso con los ingratos y los malos,
el hacer lo bueno sin esperar recompensa, es la insignia de la realeza del
cielo, la señal segura mediante la cual los hijos del Altísimo revelan su
elevada vocación.
45. Para que
seáis hijos de vuestro Padre: La prueba del amor a Dios es el amor a
nuestros prójimos (1 Juan 4: 20).
45. Que hace
salir su sol sobre malos y buenos: Jesús desaprueba el error popular judío de que Dios concede sus
bendiciones a sus santos y las niega a los pecadores. Los judíos atribuían a Dios el mismo espíritu
de odio para con los pecadores y los que no eran judíos que ellos mismos
sentían.
46. ¿Qué recompensa tendréis?: Es decir, ¿qué mérito especial tendrían por hacer eso?
46. Los publicanos: Eran quienes cobraban los impuestos. Eran odiados y se los rehuía todo
lo posible.
47. Si saludáis
a vuestros hnos.: El saludo universal del Cercano Oriente shalom
o salaam, "paz", expresa el deseo de que aquel a quien se dirige la
salutación pueda gozar de toda bendición espiritual y material.
48. Sed pues perfectos
como vuestro Padre: del griego téleios, "acabado",
"completo", "el que ha alcanzado la meta". Dice Jesús, podéis llegar a ser semejantes a él en
carácter y estar en pie sin defecto en la presencia de los hombres y los
ángeles. No es una medida o norma que no podamos alcanzar. Dios ha provisto los
elementos para que podamos llegar a ser semejantes a él, y lo realizará en
favor de todos aquellos que no interpongan una voluntad perversa y frustren así
su gracia. Dios no utiliza medidas coercitivas; el agente que emplea para
expulsar el pecado del corazón es el amor. Mediante él, convierte el orgullo en
humildad, y la enemistad y la incredulidad, en amor y fe. Gracias al bien
proveniente de Dios, podemos ser perfectos en nuestra esfera, así como él es
perfecto en la suya. La santificación es una obra progresiva.
6.1. Guardaos de hacer vuestra justicia.
. .para ser vistos: gr. dikaiosún', "piedad". Los cristianos
deben evitar hacer alarde de sus actos de caridad para atraer la
atención del público y ganar así renombre de santidad. DIOS no reconoce un
servicio tal.
2. Cuando des
limosna, no hagas tocar trompeta: en la realización de actos de caridad no se deben buscar las alabanzas
ni los honores de los hombres. Hemos de dar sinceramente, mas no con el fin de
alardear de nuestras buenas acciones, sino por amor y simpatía hacia los que
sufren. Toda obra buena se cumple solamente por el Espíritu Santo, y éste es
dado para glorificar, no al que lo recibe, sino al Dador. La piedad verdadera
no impulsa a la ostentación.
2. Como hacen
los hipócritas
en las sinagogas y en las calles: Gr. hupokrit's,
proviene de un verbo que significa "fingir", "disimular".
Los judíos atendían a los necesitados con contribuciones impuestas a los
miembros de la comunidad según cada uno pudiera pagar. Los fondos así logrados
eran aumentados por medio de donaciones voluntarias. Además, a veces se hacían
pedidos especiales en las reuniones religiosas públicas en las sinagogas, o en
reuniones al aire libre que solían realizarse en las calles. En estas
ocasiones, la gente se sentía tentada a prometer grandes sumas de dinero para
conseguir la alabanza de los que estaban allí reunidos. También se acostumbraba
permitir que el que hubiera contribuido con una suma excepcionalmente grande se
sentara en un sitio de honor junto a los rabinos. Con demasiada frecuencia, el
deseo de ser alabado era el móvil de esos donativos. También ocurría que muchos
prometían grandes sumas, pero luego no cumplían sus promesas.
2. Ya tienen su recompensa: El griego hace resaltar la idea de que ya han recibido plenamente su
paga. El verbo griego que aquí se traduce "tienen" aparece con
frecuencia en recibos escritos en antiguos papiros griegos donde significa
"cancelado" o "recibido". Jesús dijo que los hipócritas ya
habían recibido todo lo que habrían de recibir. Practicaban la caridad como una
transacción estrictamente comercial, mediante la cual esperaban comprarse la
admiración pública
3. Que tu mano
izquierda no sepa lo que hace tu derecha: Se dice que entre
los árabes, ambas manos representan
a los amigos íntimos. No había necesidad de que los amigos, ni siquiera los más
íntimos, se enteraran de los actos piadosos de alguien.
4. Que sea tu
limosna en secreto: La Mishnah habla de la "cámara de los
secretos", dentro del recinto del templo, donde los piadosos podían
depositar sus dádivas en forma secreta y donde los pobres "de buena
familia" podían ir a buscar ayuda para hacer frente a sus necesidades
cuando no tuvieran otros recursos.
4. Tu Padre que ve en lo secreto: Dios ve las intenciones secretas del corazón que mueven a la acción, y
por esas intenciones, y no por las acciones mismas, los hombres recibirán
"su alabanza de Dios" en el día del juicio.
4. Te
recompensará en público: Estos actos constituyen
una gran parte de las bendiciones y felicidades de la vida. Además de que desarrolla
atributos del carácter que son opuestos al egoísmo atributos que han de
refinar, ennoblecer y enriquecer la vida. Cuando Cristo venga recompensará a cada uno según sus obras.
5. Cuando ores no seas como los hipócritas: La referencia aquí es a las horas regulares
de oración, a la hora del
sacrificio matutino y vespertino; estas eran horas de oración para todos los israelitas, ya asistieran al
servicio o estuvieran en su casa o aun en un país extranjero. Cuando los fariseos
en el momento designado se encontraban ausentes de casa, fuese en la
calle, en el mercado o entre las multitudes apresuradas, allí mismo se detenían
y recitaban en alta voz sus oraciones formales. La oración acerca de la vida
íntima no debe hacerse en público. En la devoción secreta nuestras oraciones no
deben alcanzar sino el oído de Dios, que siempre las escucha.
6. Tu Padre que
está en secreto: Es probable que esta expresión quiera decir,
"que oye lo que se dice en secreto".
7. Y orando, no
uséis vanas repeticiones: parlotear,
hablar sin pensar. Los paganos pensaban que sus oraciones tenían en sí méritos
para expiar el pecado. Por lo tanto, cuanto más larga fuera la oración, mayor
mérito tenía. Es la repetición de expresiones prescritas y formales mientras el
corazón no siente la necesidad de Dios. Las oraciones más elocuentes son
palabrería vana si no expresan los sentimientos sinceros del corazón.
8. Vuestro Padre
sabe de qué cosas tenéis necesidad: La oración no le
da a Dios informaciones que de otro modo no podría saber. Tampoco es un medio
para convencerlo de que haga lo que de otro modo no querría hacer. La oración
nos une con el Omnisapiente y condiciona nuestra voluntad para que cooperemos
eficazmente con la voluntad divina.
9. Vosotros, pues, orareis así: Es decir, siguiendo este modelo, no necesariamente empleando las
mismas palabras. El Padrenuestro es un modelo en cuanto al contenido, pero no
necesariamente con respecto a la forma. El Padrenuestro, sobre todo los vers. 9
-10 y la doxología final, se parece mucho, tanto en ideas como en fraseología,
al Kadisch , antigua doxología judía, proveniente quizá del siglo I de nuestra
era, que se emplea regularmente en diversos cultos en la sinagoga. Este
parecido podría sugerir que al enseñar Jesús el Padrenuestro, empleó frases
conocidas por el público que lo escuchaba.
9. Padre nuestro: El primer paso para acercarse a Dios consiste en
conocer y creer en el amor que siente por nosotros. Solamente por la atracción
de su amor nos sentimos impulsados a ir a él. Reconocemos a todos sus hijos
como nuestros hermanos. Nadie ora como es debido sí solamente pide bendiciones
para sí mismo."
9. Que estas en
el cielo: sus hijos terrenos siempre percibirán la
infinita majestad y grandeza de Dios (Isa. 57: 15) y su propia y total
insignificancia.
9. Santificado
sea tu
nombre: En tiempos bíblicos, el nombre de una persona
estaba más íntimamente ligado a ella como individuo. Con frecuencia, el nombre
representaba "los rasgos de carácter que [los padres] deseaban ver
desarrollarse en sus hijos" (PR 352). El nombre de Dios representa su
carácter (Exo. 34: 5-7). Para santificar
el nombre del Señor se requiere que las palabras que empleamos al hablar del
Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. Nunca debemos mencionar con
liviandad los títulos ni los apelativos de la Deidad. Por la oración entramos
en la sala de audiencia del Altísimo y debemos comparecer ante él con pavor
sagrado. Los ángeles velan sus rostros en su presencia. El nombre de Dios es
honrado de dos modos: (1) mediante actos divinos que inducen a los hombres a
reconocer y a reverenciar a Jehová como Dios y (2) mediante las acciones de los
hombres que le honran como Dios y le rinden la adoración y la obediencia que le
corresponden. El nombre de Dios representa su carácter. La forma verbal griega (aoristo imperativo)
sugiere que todavía no está siendo glorificado el nombre de Dios. Bien puede
referirse también al momento cuando el santo nombre de Dios será universalmente
santificado.
10. Venga tu
reino: En esta oración Jesús les enseñó que el reino no había
de establecerse entonces. Habían de orar por su venida como un suceso todavía
futuro. Los intereses del reino
de DIOS son los nuestros; hemos de obrar para su progreso. El reino de la
gracia de Dios se está estableciendo, a medida que ahora, día tras día, los
corazones que estaban llenos de pecado y rebelión se someten a la soberanía de
su amor. Pero el
establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la
segunda venida de Cristo a este mundo.
10. Hágase tu
voluntad. . .así también en la tierra: La voluntad de Dios se expresa en los preceptos de su sagrada ley, y
los principios de esta ley son los principios del cielo. Se pide que acabe el
reinado del pecado y que llegue el momento cuando la voluntad de Dios sea tan
universalmente cumplida en la tierra. La forma verbal griega empleada indica que este pedido reconoce que
todavía no se está haciendo la voluntad de Dios en la tierra.
11. El pan
nuestro de cada día dánoslo hoy: Muchos de los que oian a Jesús eran humildes pescadores, agricultores y obreros. No tenían empleo fijo y sus
condiciones de vida eran precarias. Quienes tienen escasez de bienes terrenales
sienten más vivamente su dependencia de Dios para suplir sus necesidades
materiales que los que tienen suficiente y de sobra. Cuando hayamos
hecho del servicio de Dios nuestro primer interés, podremos pedir que nuestras
propias necesidades sean suplidas y tener la confianza de que lo serán. Si
hemos renunciado al yo y nos hemos entregado a Cristo, somos miembros de la
familia de Dios, y todo cuanto hay en la casa del Padre es nuestro. No nos
desalentemos si no tenemos bastante para mañana. Nos enseña a acordarnos de los
pobres, pedimos para los demás tanto como para nosotros mismos. Reconocemos que
lo que Dios nos da no es para nosotros solos. La oración por el pan cotidiano
incluye el pan espiritual que nutrirá el alma.
12. Perdónanos
nuestras deudas: El perdón de
DIOS es también una redención del pecado. Cuando sentimos que hemos pecado y no
podemos orar, ése es el momento de orar. Podemos estar avergonzados y
profundamente humillados, pero debemos orar y creer. No debemos procurar
reducir nuestra culpa hallándole excusas al pecado.
12. Como
nosotros perdonamos a nuestros deudores: Es decir, como ya
hemos perdonado. Insinuaría que no debiéramos atrevernos a pedir perdón si no
hemos perdonado ya a nuestro prójimo. Podemos recibir el perdón de Dios solamente en la medida en que nosotros
mismos perdonamos a los demás. El amor de Dios es lo que nos atrae a él. Ese
amor no puede afectar nuestros corazones sin despertar amor hacia nuestros
hermanos.
13. Y no nos
dejes caer en tentación: "no nos dejes caer" (BJ) La tentación es incitación al pecado, cosa que no
procede de Dios, sino de Satanás y del mal que hay en nuestros propios corazones.
El enemigo nos induce a pecar, y luego nos acusa ante el universo celestial
como indignos del amor de DIOS. DIOS permite que hallemos obstáculos,
persecución y opresiones, pero no como una maldición, sino como la bendición
más grande de nuestra vida. Cada tentación resistida, cada aflicción
sobrellevada valientemente, nos da nueva experiencia y nos hace progresar en la
tarea de edificar nuestro carácter. Al elevar esta oración nos entregamos a la
dirección de Dios y le pedimos que nos guíe por sendas seguras. Es peligroso
detenerse para contemplar las ventajas de ceder a las sugestiones de Satanás.
13. Líbranos del
mal: El verbo griego puede significar también
"rescatar".
13. Porque tuyo
es el reino, el poder y la gloria: Se refieren al
reino actual de la gracia divina en el corazón de los hombres, pero
principalmente anticipan el glorioso reino de Cristo. Nuestro Padre es superior a todo poder y autoridad y a todo nombre que
se mencione. El poder y la gloria pertenecen a Aquel cuyos grandes propósitos
se irán cumpliendo sin impedimento hasta su consumación. Por encima de todo el
poder y el dominio del mal, el Señor es
nuestro Dios, cuyo reino gobierna a todos, y quien es Padre y Amigo eterno.
14. Si perdonáis
a los hombres sus ofensas: Gr. paráptÇma, que proviene de un verbo que
significa "caer al lado", o "pisar en falso". La palabra
traducida como "deudas" en el vers. 12 es diferente. La palabra
paráptÇma insinúa un apartarse de la verdad o la justicia. En el NT parecería
indicar una violación consciente de lo recto, lo cual implicaría culpabilidad.
15. Más si no
perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará. . .: El que no perdona suprime el único conducto por el
cual puede recibir la misericordia de Dios. Esperar de otros lo que uno mismo no está dispuesto a hacer es la
esencia del egoísmo y del pecado. Dios no podría perdonar a tal persona y ser
al mismo tiempo leal a su carácter justo.
16. Cuando
ayunéis, no
seáis austeros: “No pongáis
cara triste” (BJ). El que ayuna verdaderamente entristecido por el pecado no
buscará la oportunidad de exhibirse. No es afligir el cuerpo a causa de los
pecados del alma, sino ayudarnos a percibir el carácter grave del pecado, a
humillar el corazón ante Dios y a recibir su gracia perdonadora.
16. Demudan
su rostro: Gr. afanízÇ, "hacer invisible" o
"hacer irreconocible". Cuando ayunaban,
los "hipócritas" andaban sin lavarse, sin afeitarse, y sin arreglarse
ni el cabello ni la barba.
17. Unge tu
cabeza y lava tu rostro: El aceite era símbolo de gozo (Sal. 45: 7;
104: 15). Ungir la cabeza era un símbolo de bendiciones recibidas. Todo lo que se hace para gloria de Dios tiene que
hacerse con alegría, no con tristeza o dolor. Si por su actitud de congoja los
cristianos dan la impresión de haberse chasqueado en el Señor, presentaran una
concepción falsa de su carácter, y proporcionan argumentos a sus enemigos.
19. No os hagáis
tesoros en la tierra: "no sigáis haciendo tesoros" o
"dejad de hacer tesoros". Refleja temor e
incertidumbre. Es un motivo de ansiedad. Lo que se atesora en el mundo
absorberá la mente y excluirá aun las cosas del cielo. La ambición avarienta de
acumular riquezas tiene tal ensalmo sobre la vida, que termina por pervertir la
nobleza y corromper toda consideración de los hombres para sus semejantes hasta
ahogarlos en la perdición. Los verdaderos intereses de una persona están donde
tiene sus "tesoros".
19. Orín: ("herrumbre", BJ),
19. Minan: "Socavan" (BJ). El verbo griego tiene la idea de
"horadar" (NC) para pasar a través de una pared de ladrillos o de
barro.
20. Haceos
tesoros en el cielo: Tesoro es todo aquello a lo cual se aferra una
persona, sin tener en cuenta su valor intrínseco. Todo lo que el hombre pueda
tener en esta vida le ha sido prestado por Dios; sólo aquel "tesoro"
que logra depositar en el cielo puede en verdad llamarse suyo. Se nos permite unirnos con él en la gran obra de
redención y participar con él de las riquezas que ganó por las aflicciones y la
muerte. Cada palabra y acto que mediante la gracia de Cristo encienda en algún
alma el impulso de elevarse hacia el cielo, cada esfuerzo que tienda a la
formación de un carácter como el de Cristo, equivale a acumular tesoros en los
cielos. ¡Cuán precioso será el cielo para quienes hayan trabajado fielmente por
la salvación de las almas!
22. La lámpara
del cuerpo es el ojo: Gr. lujnós. Se refiere a la fuente de luz o al
medio por el cual brilla y no a la luz misma. La "luz" del cuerpo es
aquel discernimiento que relaciona debidamente el valor de las cosas temporales
con el valor de las cosas eternas.
22. Si tu ojo es
bueno todo tu cuerpo estará lleno de luz: "Sano"
(BJ). Gr. haplóus, "sencillo", "sincero", "sano",
"sin culpa". Este cristiano es aquel cuyo discernimiento y juicio
hacen que sea una persona sencilla, sin artificios, íntegra y pura; la que ve
las cosas temporales y las de la eternidad en su verdadera perspectiva. Jesús
señala la sinceridad de
propósito, la devoción indivisa a Dios. Si existe esta sinceridad de propósito,
y no hay vacilación para percibir y obedecer la verdad a cualquier costo, se
recibirá luz divina. La piedad verdadera comienza cuando cesa la transigencia
con el pecado.
23. Si tu ojo es
maligno
todo tu cuerpo estará en tinieblas: Gr. pon'rós, que
aquí significa en mal estado" o "enfermo". La vista está cegada por el amor propio. Era ésta la
oscuridad que envolvió a los judíos en obstinada incredulidad y los
imposibilitó para comprender el carácter y la misión del que vino a salvarlos
de sus pecados. Si no decidimos entregarnos por completo a Dios, quedamos en
tinieblas. Cuando hacemos cualquier reserva, abrimos la puerta por la cual
Satanás puede entrar para extraviarnos con sus tentaciones.
24. Otro: Gr. ho héteros, es decir, otro de diferente clase o calidad.
24. No podéis
servir a DIOS y a las riquezas: No hay posición neutral. Donde la conciencia del cristiano le aconseja
abstenerse, negarse a sí mismo, detenerse; allí mismo el hombre del mundo avanza
para gratificar sus tendencias egoístas.
25. No os afanéis
por vuestra vida: Gr. merimnáÇ, "preocuparse",
"estar ansioso". Jesús condena el hábito
de preocuparse por las cosas materiales de la vida, especialmente por las que
son superfluas. La riqueza no es un fin en sí misma, sino un medio para
alcanzar fines más importantes, y su objetivo supremo en la vida no será el de
amontonar riquezas.
25. ¿No es la
vida más que el alimento?: Si bien el alimento es importante, no es un
fin en sí mismo, sino un medio para sostener la vida.
26. Mirad las
aves del cielo: Las aves del cielo nada deben al cuidado
humano. Es Dios quien les da la existencia y las sostiene. Al mismo tiempo,
requiere que usen de la capacidad que les ha dado para buscarse el alimento.
Quizá pocas personas trabajen tan dura e incansablemente como lo hacen los
pajarillos para conseguirse el alimento, sobre todo cuando tienen pequeñuelos
en el nido. Del mismo modo, Dios espera que el hombre acepte la responsabilidad
de trabajar para ganar lo que hace falta para sostener la vida. Sin embargo,
Jesús también dijo que Dios no tenía el propósito de que el hombre considerara
que ese trabajo era el objetivo y la meta de la vida.
28. Considerad
los lirios
del campo, como crecen: Algunos sugieren que se hace alusión aquí a la anémona multicolor, flor
común, colorida, que se destaca en Palestina. cómo, al brotar del suelo frío y oscuro, o del fango
en el cauce de un río, las plantas se desarrollan bellas y fragantes. ¿Quién
imaginaría las posibilidades de belleza que se esconden en el bulbo áspero y
oscuro del lirio? Pero cuando la vida de Dios, oculta en su interior, se
desarrolla en respuesta a su llamamiento mediante la lluvia y el sol, maravilla
a los hombres por su visión de gracia y belleza. Así también se desarrollará la
vida de Dios en toda alma humana que se entregue al ministerio de su gracia, la
que tan gratuitamente como la lluvia y el sol llega con su bendición para
todos. Es la palabra de Dios la que crea las flores; y la misma palabra
producirá en nosotros las gracias de su Espíritu. Por medio de las flores, Dios
quiere llamarnos la atención a la belleza del carácter cristiano. El que dotó
de tal belleza a las flores desea, muchísimo más, que el alma se vista con la
hermosura del carácter de Cristo. DIOS nos rodeó de hermosura para enseñarnos
que no estamos en la tierra únicamente para mirar por nosotros mismos, sino
para hacer la vida esplendorosa, alegre y bella por el amor de Cristo. Así como
las flores, hemos de alegrar otras vidas con, el ministerio del amor.
Sin las flores y los pájaros tendríamos todo lo
necesario para vivir, pero Dios no se contentó con facilitar únicamente lo que
bastaba para mantener la vida. Llenó la tierra, el aire y el cielo con
vislumbres de belleza para expresarnos su amante solicitud por nosotros. Si
para contribuir a nuestra dicha y alegría prodigó tan infinita belleza en las
cosas naturales, ¿podemos dudar de que nos dará toda bendición que necesitamos?
30. Y si la
hierba que hoy es y mañana se echa en el horno: El pasto seco y las ramas se empleaban comúnmente como combustible en
los hornos del antiguo Cercano Oriente.
33. Más buscad
primeramente el reino de DIOS: Abrid el
corazón para recibir este reino, y dedicad a su servicio vuestro más alto
interés. Aunque es un reino espiritual, no temáis que vuestras necesidades
temporales sean desatendidas.
34. No os
afanéis por el día de mañana: Cuando
nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen,
confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga
que él no nos ha dado, y tratamos de llevarla en su ayuda. Nos imponemos la
responsabilidad que pertenece a Dios y así nos colocamos en su lugar. Solamente
un día es nuestro, y en él hemos de vivir para Dios.
34. Basta a cada
día su propio mal: Es decir, sus propios problemas, su
"inquietud" (BJ). Los cristianos siempre deberían recordar que Dios
no concede ayuda para llevar las cargas del día de mañana mientras ese día no
llegue. Cuando llegue el día de mañana, los problemas que habíamos temido
encontrar, con frecuencia resultarán haber sido totalmente imaginarios.
7.1 No juzguéis y no seáis juzgados: Jesús se refiere al hecho de juzgar las intenciones de otras personas. No al delicado sentido de discriminación por el
cual el cristiano debe distinguir entre lo bueno y lo malo, sino más bien al
hábito de criticar y censurar, muchas veces en forma injusta e inmisericorde. “No os consideréis como normas. No hagáis de vuestras
opiniones y vuestros conceptos del deber, de vuestras interpretaciones de las
Escrituras, un criterio para los demás, ni los condenéis si no alcanzan a
vuestro ideal. No censuréis a los demás; no hagáis suposiciones acerca de sus
motivos ni los juzguéis. A causa de sus limitaciones, el hombre sólo puede
juzgar por las apariencias. Únicamente a Dios, quien conoce los motivos
secretos de los actos y trata a cada uno con amor y compasión, le corresponde
decidir el caso de cada alma”.
2. Con el juicio
con que juzgáis seréis juzgados: Los que juzgan o critican a los demás se proclaman culpables; porque
hacen las mismas cosas que censuran en otros. Al condenar a los demás, se
sentencian a sí mismos, y Dios declara que el dictamen es justo. Acepta el
veredicto que ellos mismos se aplican. La censura y el oprobio no rescataron
jamás a nadie de una posición errónea; pero ahuyentaron de Cristo a muchos y
los indujeron a cerrar sus corazones para no dejarse convencer. Un espíritu
bondadoso y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir
multitud de pecados.
2. Con la medida
con que medís os será medido: Lo que hacemos
a los demás, sea bueno o malo, ciertamente reaccionará sobre nosotros mismos,
ya sea en bendición, ya sea en maldición. Todo aquel que haya condenado o
desalentado a otros será llevado en su propia experiencia a la senda en que
hizo andar a los demás; sentirá lo que sufrieron ellos por la falta de simpatía
y ternura que les manifestó.
3. ¿Y por qué
miras la paja. . .?: Gr. kárfos, una "pizca" o
"astillita" de madera o paja. A pesar de su minúsculo tamaño, este
objeto extraño sería sumamente irritante en el ojo. La "paja"
representa una falta menor.
3. No echas de
ver la viga
que está en tu propio ojo: Gr. dokós, "tronco" o
"tablón", un pedazo de madera empleado en la construcción de una
casa. Al que está pronto para buscar faltas en sus
prójimos fomenta un mal rasgo de carácter que resulta, al compararse con la
imperfección que se crítica, como, una viga al lado de una paja. La falta de
longanimidad y de amor mueve a esa persona a convertir un átomo en un mundo. Desfiguran
el espíritu amable y cortés del Evangelio y hieren las almas preciosas por las
cuales murió Cristo. El que se complace en un espíritu de crítica es más
culpable que aquel a quien acusa; porque no solamente comete el mismo pecado,
sino que le añade engreimiento y murmuración. Cristo es el único verdadero
modelo de carácter, y usurpa su lugar quien se constituye en dechado para los
demás. Los que se dan por jueces y críticos se alían con el anticristo. El
pecado que conduce a los resultados más desastrosos es el espíritu frío de
crítica inexorable.
4. ¿. ..Déjame
sacar la paja de tu ojo. . .?: Este ofrecimiento no se debe tanto al deseo de
ayudar como al deseo de atraer la atención al hecho de que la paja está en el
ojo del otro, y a la supuesta sabiduría y habilidad de quien ofrece sacar la
paja. El cristiano que descubre la falta de su hermano, debe restaurarlo
"con espíritu de mansedumbre", considerando que también él puede
haber sido tentado y puede haber caído en el mismo pecado o puede hacerlo en el
futuro.
5. Hipócrita
saca primero la viga de tu propio ojo: El culpable del mal es el primero que lo sospecha, Cristo le insta a
que renuncie al espíritu de crítica, confiese su propio pecado y lo abandone. Mientras no nos sintamos en condiciones de
sacrificar nuestro orgullo, y aún de dar la vida para salvar a un hermano desviado,
no habremos echado la viga de nuestro propio ojo ni estaremos preparados para
ayudar a nuestro hermano.
Cuando los hombres alientan ese espíritu acusador no
se contentan con señalar lo que suponen es un defecto de su hermano. Si no
logran por medios moderados inducirlo a hacer lo que ellos consideran
necesario, recurrirán a la fuerza. Siempre que la iglesia procure la ayuda del
poder del mundo, es evidente que le falta el poder de Cristo y que no la
constriñe el amor divino.
6. No deis lo santo a
los perros: Probable referencia a ofrendas o sacrificios
llevados al templo y consagrados a un uso santo. Dice un rabino en la Mishnah:
"Las ofrendas animales no pueden redimirse para usarlas como alimento para
perros". Para los judíos el perro era también un animal inmundo según las
leyes ceremoniales. Se refiere a una clase de
personas que no tiene ningún deseo de escapar de la esclavitud del pecado. Por
haberse entregado a lo corrupto y vil, su naturaleza se ha degradado de tal
manera que se aferran al mal y no quieren separarse de él. Los siervos de
Cristo no deben permitir que los estorben
quienes sólo consideran el Evangelio como tema de contención e ironía.
6. Ni echéis
vuestras perlas delante de los cerdos: Es posible que
Jesús se estuviera refiriendo a las perlas pequeñas que por su tamaño y color
podrían confundirse con el grano usado para alimentar a los cerdos.
7. Pedid y se os
dará: El pedir demuestra que
sentimos nuestra necesidad; y, si pedimos con fe, recibiremos. Cuando pedimos
las bendiciones que necesitamos para perfeccionar un carácter semejante al de
Cristo, solicitamos de acuerdo con una promesa que se cumplirá. La condición
para que podamos acercamos a Dios no es que seamos santos, sino que deseemos
que él nos limpie de nuestros pecados y nos purifique de toda iniquidad.
7. Buscad y
hallareis: No deseemos su
bendición, sino también a él mismo. Dios nos busca, y el mismo deseo que
sentimos de ir a él no es más que la atracción de su Espíritu. Cedamos a esta
atracción.
7. Llamad y se
os abrirá: Nos acercamos a Dios
por invitación especial, y él nos espera para darnos la bienvenida a su sala de
audiencia. Llamen los que desean la bendición de Dios, y esperen a la puerta de
la misericordia con firme seguridad de esta promesa.
11. Cuánto más
vuestro Padre dará buenas cosas a los que le pidan: Por lo general los niños no se sienten cohibidos cuando quieren pedir
algo. El Espíritu Santo, su representante, es la
mayor de todas sus dádivas. Todas las "buenas dádivas" quedan
abarcadas en ésta.
Tenemos el privilegio de pedir por medio de Jesús
cualquier bendición espiritual que necesitemos. Podemos exponerle nuestros
asuntos temporales, y suplicarle pan y ropa, así como el pan de vida y el manto
de la justicia de Cristo. Mas al allegarnos a Dios como a un Padre, reconocemos
nuestra relación con él como hijos. No solamente nos fiamos en su bondad, sino
que nos sometemos a su voluntad en todas las cosas.
12. Todas las
cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, haced vosotros con ellos: La prueba de la autenticidad de la religión es la manera como el
cristiano trata a sus prójimos. En la seguridad
del amor de Dios hacia nosotros, Jesús ordena que nos amemos unos a otros. Nuestro
motivo de ansiedad no debe ser ¿cuánto podemos recibir?, sino ¿cuánto podemos
dar? Comprendamos sus sentimientos, sus dificultades, sus chascos, sus gozos y
sus pesares. Identifiquémonos con ellos, luego tratémoslos como quisiéramos que
nos trataran a nosotros si cambiásemos de lugar con ellos. Todo aquel que haya
sido hecho mayordomo de la gracia múltiple de Dios está en la obligación de
impartirla a las almas sumidas en la ignorancia y la oscuridad, así como, si él
estuviera en su lugar, desearía que se la impartiesen. Cuanto más poseáis que
vuestro prójimos tanto más sois
deudores para con los menos favorecidos. La regla de oro es el principio
de la cortesía verdadera, cuya ilustración más exacta se ve en la vida y el
carácter de Jesús. El cristianismo tiene tan poco poder en el mundo porque los
hombres aceptan el nombre de Cristo, pero niegan su carácter en sus vidas. Por
estas cosas el nombre del Señor es motivo de blasfemia. La actitud que asumimos para con nuestros
prójimos es la medida infalible de nuestra actitud para con Dios. La regla de
oro toma el egoísmo supremo, lo que querríamos que otros hicieran por nosotros,
y lo transforma en suprema abnegación.
12. Porque esto es la
ley y los profetas: Cristo niega enfáticamente que el principio
enunciado en la regla de oro sea algo nuevo; es la esencia misma de la ley tal
como fue dada mediante Moisés y lo que escribieron los profetas.
13. Entrad por
la puerta estrecha: por ella podrá pasar sólo lo que sea esencial
para el viaje. Los que escuchaban estaban acostumbrados a los caminos sinuosos,
angostos y escarpados de su montañoso país. Las ciudades y los pueblos tenían
puertas que se cerraban generalmente a la puesta del sol, y algunas veces había
que esforzarse por llegar a tiempo. Cristo es la
puerta por la que debemos entrar, la entrada a la puerta es difícil; porque la
regla de oro excluye, todo orgullo y egoísmo. Si queremos seguir la senda de la
vida espiritual debemos renunciar a nuestros propios caminos, a nuestra propia
voluntad y a nuestros malos hábitos y prácticas. A Cristo le tocó la labor, la
paciencia, la abnegación, el reproche, la pobreza y la oposición de los pecadores.
Lo mismo debe tocarnos a nosotros, si alguna vez hemos de entrar en el paraíso
de Dios.
13. Ancha es la
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición: La evidencia textual favorece aquí una exclamación: "¡Qué estrecha
la entrada y qué angosto el camino que lleva a la vida!" (BJ). No es necesario buscar el camino, porque los pies se
dirigen naturalmente a la vía que termina en la muerte. A todo lo largo del
camino que conduce a la muerte hay penas y castigos, hay pesares y chascos, hay
advertencias para que no se continúe. El amor de Dios es tal que los desatentos
y los obstinados no pueden destruirse fácilmente. En el camino del mal hay
remordimiento amargo y dolorosa congoja.
14. Angosto el
camino que lleva a la vida: Gr. thlíb Ç, "comprimir",
"apretar". Por lo tanto, un camino como el de un desfiladero entre
altas peñas. El terreno del corazón
es el campo de conflicto. La batalla que hemos de reñir, la mayor que hayan
peleado los hombres, es la rendición del yo a la voluntad de Dios. Únicamente
Dios puede darnos la victoria. El desea que disfrutemos del dominio sobre
nosotros mismos, sobre nuestra propia voluntad y costumbres. Pero no puede
obrar en nosotros sin nuestro consentimiento y cooperación. No se gana la victoria sin mucha oración ferviente.
14. Pocos son los que la
hallan: Por la sencilla razón de que no desean encontrarlo
15. Guardaos de
los falsos profetas: ¿Qué mensaje
traen estos maestros? ¿Nos hace venerar y temer a Dios? ¿Nos hace manifestar
amor, hacia él mediante la lealtad a sus mandamientos? Verdadero profeta es el que habla en lugar de
Dios. En consecuencia, falso profeta es el que pretende hablar en lugar de Dios
cuando en realidad sólo profiere los pervertidos pensamientos de su propio
corazón corrupto.
15. Son lobos rapaces: no sólo son de corazón malvado, sino que se oponen a la verdad y a los
que desean seguirla. Tienen el propósito de perjudicar a las ovejas para
beneficiarse a sí mismos. Ansiosos de ganancia y de poder, son más peligrosos
que los "perros" o los "cerdos" del vers. 6.
16. Por sus
frutos los conoceréis: Gr. epigin Ç sk Ç, "conocer
cabalmente". Las ovejas no están totalmente desvalidas pues
tienen la habilidad de detectar a los "lobos" por su porte y por su
conducta. Cuando la doctrina que
aceptamos destruye el pecado en el corazón, limpia el alma de contaminación y
produce frutos de santidad, entonces podemos saber que es la verdad de Dios. Cuando
en nuestra vida se manifiesta benevolencia, bondad, ternura y simpatía; cuando
el gozo de realizar el bien anida en nuestro corazón; cuando ensalzamos a
Cristo, y no al yo, entonces podemos saber que nuestra fe es correcta.
17. Todo buen
árbol da buenos frutos: Es decir, frutos que tienen hermosa
apariencia, agradable aroma y buen gusto. Estos frutos son atrayentes en todo
sentido. La persona de carácter sano, automáticamente manifestará ese carácter
en palabras y acciones dignas de encomio.
17. El árbol malo: Gr. saprós, "podrido", "deteriorado".
21. No todo el
que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos: La construcción de esta oración hace resaltar el gran contraste entre el
que sólo habla y el que en verdad hace la voluntad de Dios. El dirigirse a
Cristo como Señor (kúrios) implica reconocerlo como soberano y asumir la
posición de súbdito o siervo. No todos los que
profesan su nombre y llevan su insignia pertenecen a Cristo. Una creencia que
no lleva a la obediencia, es presunción. La obediencia es la prueba del
discipulado.
21. El que hace
la voluntad de mi Padre: La fe en Dios debe acompañar a las acciones;
de otro modo es sólo un formalismo.
22. En aquel día: El gran día del juicio final.
22. ¿No profetizamos en tu nombre. . .?: La forma de la pregunta en el griego indica
que se espera una respuesta positiva. Es como si se dijera: "Ciertamente,
hemos profetizado en tu nombre, ¿verdad?". Es como si protestaran ante el
Juez de que su decisión es injusta. Han estado predicando en el nombre de
Cristo, ¿no es verdad? Pero han olvidado que el culto externo dedicado a Dios,
que se basa en la tradición humana, no tiene valor.
24. Cualquiera
que oye y hace estas palabras le compararé al hombre que edificó sobre la roca: Quienquiera que edifique carácter y su vida sobre
esos principios edifica sobre Cristo, la Roca de la eternidad. Edificamos en
Cristo por la obediencia a su palabra. Se espera acción, no meramente palabras,
de los seguidores de Cristo.
24. . . .En tu nombre echamos fuera demonios. . .: Se consideraba que éste era el milagro más difícil de realizar, y por lo
tanto representaba a todos los otros que pudieran mencionarse.
22. ¿. . .Realizamos muchos milagros?: la realización de milagros no es en sí una
evidencia convincente de que está obrando el poder divino. El mayor milagro,
tanto en el tiempo como en la eternidad, es una vida transformada según la
semejanza divina.
23. Hacedores de maldad: Gr. anomía, "ilegalidad" o "falta de conformidad con la
ley".
24. Cualquiera, pues, que me oye: Quienes oyen estas enseñanzas indudablemente las comprenden, al menos
hasta el punto de tener suficiente luz para actuar si deciden hacerlo, y por lo
tanto son responsables delante de Dios.
24. Edificó su casa sobre la roca: El Señor Jesucristo es la "roca" en la cual cada cristiano,
y también la iglesia cristiana como conjunto de constructores de carácter,
deben construir. La construcción de un edificio firme exige mucho tiempo y
esfuerzo. Es la enseñanza de Cristo, específicamente la del Sermón del Monte.
25. Soplaron vientos: Los "vientos" de la tentación y de la prueba, quizá de modo
especial los vientos de las falsas enseñanzas que tienden a separar a la
persona del firme cimiento de la fe.
26. Hombre insensato: porque hizo menos que lo que sabía que debía hacer. Es evidente que el
hombre que aquí se describe sabía cuáles podrían ser las consecuencias de sus
acciones.
25. . . .Le
compararé al hombre que edificó sobre la arena: Aquel que edifica sobre el fundamento de ideas y opiniones humanas, de
formalidades y ceremonias inventadas por los hombres o sobre cualesquiera obras
que se puedan hacer independientemente de la gracia de Cristo, erige la
estructura de su carácter sobre arena movediza. Las tempestades violentas de la
tentación barrerán el cimiento de arena y dejarán su casa reducida a escombros
sobre las orillas del tiempo.
27. Descendieron
lluvia: La arena seca se transforma con las fuertes
lluvias en un torrente caudaloso.
28. La gente se admiraba de su doctrina: Gr. didaj '', "enseñanza".
29. Les enseñaba como quien tiene autoridad: Jesús no enseñaba en forma dogmática, ni
citaba a anteriores expositores de la ley como lo hacían los rabinos en sus
enseñanzas, sino que dependía de su propia autoridad. En la presentación de
Cristo, como también en las verdades que pronunciaba, había poder vivificante
que contrastaba notablemente con el muerto formalismo de la enseñanza de los
escribas.
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