martes, 18 de diciembre de 2018

Oct/16 Mt. 5-7 El Sermon del Monte

Quizá el Sermón del Monte fue pronunciado por julio o agosto del año 29 d. C. como a la mitad de los tres años y medio del ministerio de Jesús. Lucas claramente relaciona el Sermón del Monte con el llamamiento y la ordenación de los doce, fueron designados en respuesta a la evidente necesidad de que hubiera más obreros preparados para atender a las multitudes que acompañaban a Jesús dondequiera él iba.  El Sermón del Monte es, pues, a la vez el discurso inaugural de Cristo como Rey del reino de la gracia y la constitución del reino. Poco después del establecimiento formal del reino y de la proclamación de su constitución, se realizó la segunda gira por Galilea, durante la cual Jesús dio una demostración clara y completa de las formas en que el reino, sus principios y su poder pueden beneficiar a la humanidad. En el Sermón del Monte Cristo habló de la naturaleza de su reino. También refutó las falsas ideas acerca del reino del Mesías que los dirigentes judíos habían inculcado en la mente de la gente. El Sermón del Monte expone la gran diferencia entre el verdadero carácter del cristianismo y el del judaísmo de los días de Jesús.
1. Viendo la multitud: se componía mayormente de labradores y pescadores. También había espías presentes.
1. Subió al monte: Sin duda se trataba del mismo monte donde había pasado la noche en oración y donde, esa misma mañana, había ordenado a los doce. Este el "Sinaí del Nuevo Testamento".
1. Y sentándose: Esta era la modalidad habitual de los rabinos; se esperaba que el maestro enseñara sentado. En esta ocasión, al menos, la multitud también se sentó.
1. Vinieron a él sus discípulos: los doce que habían sido escogidos y ordenados esa misma mañana. Siendo los compañeros más íntimos de Jesús, formaban el círculo más estrecho y, naturalmente, ocuparon sus lugares junto a él. Pero había además muchos otros que seguían a Jesús y que también eran conocidos como discípulos.
3. Bienaventurados: “feliz", "afortunado”, "bendito", “dichoso”. El principal propósito del reino es el de restaurar en el corazón de los hombres la felicidad perdida en el Edén.
Los vers. 10-11 se refieren al mismo aspecto de la vida cristiana, y por lo tanto deben considerarse como una sola entidad, por lo cual son ocho y no nueve las bienaventuranzas.
3. Los pobres en espíritu: pobreza extrema, miseria. Son los que adolecen de una verdadera miseria espiritual y sienten agudamente su necesidad de las cosas que el reino del cielo tiene para ofrecerles Son los que comprenden que le es imposible salvarse por sí mismos. No pueden hacer ningún acto justo. Son los que aprecian la ayuda que Cristo les ofrece.
3. De ellos es el reino de los cielos: La comprensión de la necesidad propia es la primera condición para entrar en el reino de la gracia de Dios. Es importante notar que aquí Cristo no hablaba tanto de su futuro reino de gloria como del reino de la gracia divina, ya presente.
4. Bienaventurados los que lloran: dolor intenso.
*      Son los que sienten tristeza por haber pecado: Cuando contemplamos a Cristo vemos nuestra propia pecaminosidad; comprendemos que nuestros pecados lo llevaron a la cruz, vemos su gran amor por nosotros. Nos percatamos que nuestros pecados crean un abismo/muro ancho, negro y profundo.
*      Los que sufren aflicción o pérdida de un ser querido: Las pruebas son los instrumentos de DIOS para eliminar de nuestro carácter toda impureza y tosquedad.
*      Los que lloran por las tristezas del mundo y se afligen por los pecados que se cometen en él.
4. Recibirán Consolación: Cuando partió, prometió enviar "otro Consolador", el Espíritu Santo, para que morara con nosotros como amigo permanente.
5. Bienaventurados los mansos: El espíritu de independencia y predominio de que nos gloriamos se revela en su verdadera vileza, como marca de nuestra sujeción a Satanás. La naturaleza humana pugna siempre por expresarse; está siempre lista para luchar. Más el que aprende de Cristo renuncia al yo, al orgullo, al amor por la supremacía, y hay silencio en su alma. La Mansedumbre se adquiere del maestro. Es conservarse paciente y amable al ser maltratado. El Amor a uno mismo es lo que destruye nuestra paz. Una persona "mansa" domina perfectamente su yo.
5. Recibirán la tierra por heredad: ahora poseen la tierra los orgullosos. Por el deseo de exaltación propia entró el pecado en el mundo, y nuestros primeros padres perdieron el dominio sobre esta hermosa tierra, su reino. Por la abnegación, Cristo redime lo que se había perdido.
6. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: Gr. dikaiosún', de la raíz dík', "costumbre", "uso", y por lo tanto, lo "correcto" según la costumbre. En el NT se emplea la palabra con el sentido de lo "correcto" según lo determinan los principios del reino del cielo. Esta figura era especialmente llamativa en un país donde el promedio anual de lluvia no pasa de 65 cm (26 pulgadas) Por limitar con extensas zonas desérticas, una buena parte de las tierras habitadas son semiáridas.La justicia es santidad, semejanza a DIOS y DIOS es Amor. Es conformidad a Su ley. La justicia es concedida gratuitamente. Al percibir la perfección del carácter se Salvador desearemos transformarnos, renovarnos a su semejanza.  Cuanto más sepamos de DIOS tanto más alto nuestro ideal. La justicia de Cristo es tanto imputada como impartida. La justicia imputada produce justificación; pero el alma justificada crece en la gracia. Por medio del poder de Cristo que vive en el alma, el cristiano conforma su vida con los requisitos de la ley moral tal como fue expuesta por precepto y ejemplo por Jesús. Esta es la justicia impartida.
6. Porque ellos serán saciados: Ningún recurso terrenal puede satisfacer el hambre y la sed del alma. Jesús es el pan de vida y el agua.
7. Bienaventurados los misericordiosos: DIOS es la fuente de toda misericordia. Es una respuesta a la influencia del Espíritu Santo. DIOS no nos trata como merecemos. El ansía intensamente aliviar los pesares del hombre y ungir sus heridas. Son aquellos que manifiestan compasión para con los pobres, los dolientes y los oprimidos. La misericordia de la cual habla Cristo aquí es una virtud activa que se proyecta hacia los seres humanos.
7. Alcanzarán misericordia: tanto ahora como en el día del juicio. La persona cruel, de corazón duro y espíritu desconsiderado, rara vez recibe un trato bondadoso y misericordioso de parte de su prójimo. Pero muchas veces los que son bondadosos y considerados con las necesidades y los sentimientos ajenos, encuentran que el mundo les paga con la misma moneda.
8. Bienaventurados los de limpio corazón: "corazón" se refiere al intelecto, la conciencia, el hombre interior. La pureza de corazón incluye todos los rasgos de carácter deseables y excluye todos los indeseables. El ser de "limpio corazón" equivale a estar revestido con el manto de justicia de Cristo, la perfección del carácter. Manifestaran creciente repugnancia por los hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Habrá limpieza y cultura en el pensamiento y los modales, exentos de sensualidad y concupiscencia.  Fieles en los pensamientos y motivos del alma, libres del orgullo y amor propio; humildes y generosos como niños.  Amor desinteresado. Los de corazón limpio han abandonado el pecado como principio gobernante de la vida, y su existencia está enteramente consagrada a Dios. El tener "limpio corazón" no significa que la persona no tenga ningún pecado, pero sí significa que sus motivos son correctos, que por la gracia de Cristo se ha apartado de sus errores pasados y que prosigue hacia la meta de perfección en Cristo Jesús.
8. Verán a DIOS: Por la fe lo contemplamos aquí y ahora. En las experiencias diarias percibimos su bondad y compasión al manifestarse su providencia,  perciben al Creador en las obras de su mano poderosa, en las obras de belleza que componen el universo. En su Palabra escrita ven con mayor claridad aún la revelación de su misericordia, su bondad y su gracia. Lo verán cara a cara en el estado futuro e inmortal.
9. Bienaventurados los pacificadores: El equivalente hebreo de la palabra griega eir'n' es shalom, que significa "salud", "bienestar", "entereza", "prosperidad", "paz". Cristo es el Príncipe de Paz y su misión es devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por el pecado. Quienquiera que incita a los demás por palabra o por hechos a renunciar al pecado y entregarse a DIOS es un pacificador.  La gracia de Cristo vence la enemistad, apacigua la lucha y llena el alma de amor.  El que está en armonía con DIOS y su prójimo no sabrá lo que es la desdicha. Sus semejantes reconocen que han estado con Jesús. Los cristianos han de estar en paz los unos con los otros (1 Tes. 5: 13) y deben seguir "la paz con todos" (Heb. 12: 14). Han de orar por la paz, trabajar por la paz e interesarse en forma constructiva en las actividades que contribuyan a la paz de la sociedad.
9. Serán hijos de DIOS: Se parecen a El en carácter. Ellos mismos están en paz con Dios, y están dedicados a la tarea de inducir a sus prójimos a que estén en paz con El.
10. Bienaventurados los que padecen persecución: Entre la justicia y el pecado, el amor y el odio, la verdad y el engaño, hay una lucha imposible de suprimir. Cuando se le restan súbditos al reino de Satanás el príncipe del mal va a resistir. La persecución y el oprobio esperan a quienes están dominados por el Espíritu de Cristo. Esto es una prueba  de que siguen los pasos de su maestro, porque su carácter, sus ideales, sus aspiraciones y su conducta dan un testimonio unánime y silencioso contra la impiedad de este mundo. Pero El estará a nuestro lado, así como estuvo con los tres fieles en Babilonia.
11. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen: Gr. oneidízÇ, "injuriar", "calumniar", "insultar". Aunque la calumnia puede ennegrecer el nombre, no puede manchar el carácter. No constituyen otra bienaventuranza. Se trata sencillamente de una explicación de las formas en que puede manifestarse la persecución. Mientras no consintamos en pecar, no hay poder humano o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. El hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de las pruebas más aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo que cuando se veía en la prosperidad.
13. Vosotros sois la sal de la tierra: la sal tiene propiedades preservadoras. Del mismo modo, el cristiano, al convertirse en instrumento para la salvación de otros por medio de la difusión del Evangelio, ejerce una influencia preservadora y purificadora en el mundo. Los discípulos habían de reconocer que la salvación de sus prójimos era su primera responsabilidad. El sabor de la sal representa la fuerza vital del cristiano, el amor de Jesús en el corazón, la justicia de Cristo que compenetra la vida. De los creyentes sinceros mana una energía vital y penetrante que infunde un nuevo poder moral (El Esp. Santo) a las almas por las cuales ellos trabajan. El amor cambia el carácter, domina los impulsos, vence la enemistad y ennoblece los afectos. Cuando se lo alberga en el corazón, este amor endulza la vida entera y vierte sus bendiciones en derredor.
13. Si la sal se desvaneciere: Es decir, se vuelve insípida. En Palestina la sal se recogía en la costa del Mediterráneo o del mar Muerto y sus cercanías. Por la forma en que se la recogía, quedaba bastante impura. Al humedecerse la sal, por ser muy soluble en el agua se desvanecía y sólo quedaban las impurezas que eran insípidas. Sería tan ilógico que el cristiano perdiese sus características esenciales y todavía fuera cristiano. Simbolizaba muy bien la condición de los fariseos y el efecto de su religión en la sociedad. Representa la vida de toda alma de la cual se ha separado el poder de la gracia de Dios, dejándola fría y sin Cristo. En el antiguo rito ceremonial, se añadía sal a todos los sacrificios (Lev. 2: 13) sin sal no eran aceptables. En este caso la sal simbolizaba la justicia de Cristo.
13. ¿Con qué será salada?: Es decir, ¿cómo se restaurarían sus características esenciales de sal que le dan utilidad? Cuando de la vida de un profeso cristiano desaparecen el amor, el poder y la justicia de Cristo, no hay otra fuente de la cual pueda obtener lo que le falta. Un cristiano nominal no puede compartir con otros lo que él mismo no posee.
13. No sirve mas para nada: Aún más, se convierte en un verdadero perjuicio para la causa del reino porque vive una vida que tergiversa los principios del reino.
13. Sino para ser hollada y pisoteada por los hombres: Desde donde la multitud estaba sentada podía ver las líneas blancas de sal, echada allí porque había perdido su valor. Por faltarnos la gracia de Cristo, atestiguamos ante el mundo que la verdad en la cual aseguramos confiar no tiene poder santificador; y así, en la medida de nuestra propia influencia, anulamos el poder de la Palabra de Dios.
14. Vosotros sois la luz del mundo: Era aún de mañana cuando Cristo habló y el sol ascendía hacia el cenit. La luz siempre ha sido un símbolo de la presencia divina. Jesús, el Salvador, es la única luz que puede disipar las tinieblas de un mundo caído en el pecado. Si un cristiano es fiel a su misión una vez que ha aceptado a Jesús como luz del mundo, se convierte en reflector de esa luz. Así como sale el sol en su misión de amor para disipar las sombras de la noche y despertar el mundo, los seguidores de Cristo también han de salir para derramar la luz del cielo sobre los que se encuentran en las tinieblas del error y el pecado. Nuestra misión tiene un alcance mundial. Somos  negligentes, al privar al mundo de la prometida influencia del Espíritu Santo.
14. Una ciudad asentada en un monte. . .: Las antiguas ciudades de Palestina solían estar ubicadas en cerros. Desde el lugar donde Cristo y la multitud estaban sentados, se veían muchas aldeas y ciudades en los cerros vecinos.
15. Ni se enciende una luz. . .: Las antiguas lámparas consistían en un recipiente de arcilla o de metal, muchas veces en forma de platillo. La mecha flotaba en el aceite y la parte encendida descansaba en el borde del plato o salía por un orificio especial.
15. Almud: usaba para guardar harina. Comúnmente se hacía este recipiente de barro cocido. Como nación, los judíos estaban ocultando efectivamente su luz bajo "un almud". Jesús destacó que la luz que les había sido encomendada pertenecía a todos los hombres.
15. Sobre el candelero: En las casas humildes el candelero era por lo general un soporte de barro cocido; en otros casos, se ponía la lámpara sobre un estante en la pared o en el poste central de piedra o de madera, que servía para sostener el techo.
15. Alumbra a todos los que están en casa: Del mismo modo, Dios deseaba que toda la familia humana se beneficiara con la luz de la verdad que Dios había confiado a los descendientes de Abrahán.
16. Así alumbre vuestra luz: La luz de la verdad proviene del cielo, pero cuando ilumina nuestras vidas, se convierte en nuestra luz.
16. Glorifiquen a vuestro Padre. . .: Por su medio, la misericordia y la bondad del Padre se manifiestan a un mundo sumido en la oscuridad de una concepción errónea de Dios, resulta manifiesto que hay en el trono del universo un Dios cuyo carácter es digno de alabanza e imitación. Al ver sus obras buenas, otros se sienten inducidos a dar gloria al Padre celestial. Como Cristo era el medio de revelar al Padre, hemos de ser los medios de revelar a Cristo. La luz brilla no tanto para que los hombres vean la luz, sino para que gracias a la luz puedan ver otras cosas. Nuestra luz debe brillar no para que los hombres sean atraídos a nosotros, sino para que sean atraídos a Cristo
17. No penséis. . .: Como ocurrió en casi todas las ocasiones durante los dos últimos años de su ministerio, estaban presentes espías que tenían la tarea de averiguar e informar acerca de las actividades de Jesús. Los fariseos fomentaban el rumor de que su enseñanza se oponía a los preceptos que Dios les había dado en el monte Sinaí.
17. Que he venido para abrogar: Gr. katalúÇ, "desatar", "deshacer", como se desarma una tienda. Significa "abrogar", "dejar sin validez", "anular", "abolir".
17. La ley o los profetas: Gr. nómos, que aquí equivale al Heb. torah, que comprende toda la voluntad revelada de Dios. La expresión "la ley y los profetas" representa la división de las Escrituras del AT en dos partes. Con toda probabilidad Jesús se estaba refiriendo en primera instancia a la ley moral y a los estatutos civiles contenidos en los libros de Moisés y confirmados por los profetas.
17. Sino a cumplir: Gr. pl'róÇ, "completar", "llenar". Jesús fue el dador de la ley, no tenía intenciones de anular sus preceptos. La misión de Cristo era magnificar y engrandecer la ley; llenar la medida de lo requerido por la ley, dar un ejemplo de conformidad perfecta con la voluntad de Dios. Lo que ahora ponía de lado era la falsa interpretación que los escribas habían dado a la ley (DTG 273), y no la ley en sí.
18. De cierto: Gr. Amén, del Heb. 'amen, "firme", "establecido", "seguro". Según el sentido del hebreo, el 'amen significa una respuesta confirmatorio y enfática a lo que dice otra persona. Pero es peculiar de Jesús la forma en que usa el amén para confirmar lo que él mismo dice y para darle más énfasis.
18. Hasta que pasen el cielo y la tierra: hasta que se cumpla todo el plan de salvación.
18. Ni una: La construcción griega tiene un negativo sumamente enfático. Un cambio en la ley moral es tan imposible como una transformación del carácter de Dios, quien no puede cambiar.
18. Jota: Gr. iÇta, la novena letra del alfabeto griego que corresponde con la letra hebrea yod, la más pequeña del alfabeto hebreo. La ley es inalterable.
18. Ni una tilde: Gr. keráia, "cuernito", quizá el ganchito en la letra wau (w) o parte de alguna otra letra necesaria para distinguirla de una letra similar. El parecido entre las letras hebreas equivalentes a b y k, d y r, h y j, nos dice cuán importantes son los detalles diminutos de esas letras. Los judíos tenían por tradición que si todos los habitantes de la tierra intentaran abolir la más pequeña letra de la ley, no podrían tener éxito. Razonaban que hacerlo significaría una falta tan grande que el mundo sería destruido.
18. Hasta que todo se haya cumplido: Estos principios que se comunicaron a los hombres en el paraíso como la ley suprema de la vida existirán sin sombra de cambio en el paraíso restaurado. Cuando el Edén vuelva a florecer en la tierra, la ley de amor dada por Dios será obedecida por todos debajo del sol.
19. Cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos: Gr. lúÇ, "desatar"; al referirse a mandamientos significa "quebrantar", "anular", "rescindir". KatalúÇ, "destruir", es una forma más enfática del mismo vocablo.
19. Muy pequeños: Los escribas habían ordenado minuciosamente en una escala de importancia relativa todos los preceptos de la ley de Dios, las leyes de Moisés -tanto civiles como ceremoniales- y sus propios reglamentos, suponiendo que si un mandamiento menos importante contradecía a uno más importante, éste anulaba el primero. Por medio de ese legalismo minucioso era posible inventar maneras para eludir los más claros requisitos de la ley de Dios. Se consideraba que era una prerrogativa de los rabinos declarar que ciertas acciones eran permitidas, y otras, prohibidas. Jesús planteó claramente que, lejos de liberar a los hombres del cumplimiento de los mandamientos de la ley moral, era aún más estricto que los expositores oficiales de la ley -los escribas y rabinos- porque no permitía en ningún momento excepciones. Todos los mandamientos eran igual y permanentemente obligatorios.
19. Muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: Es decir, será considerado como el menos digno. Estar en desacuerdo con la ley de DIOS en el detalle más mínimo demuestra que hay comunión con el pecado, que hay rebelión contra las leyes de DIOS y su gobierno, por lo cual no entrará en el reino de los cielos.
20. Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos: La justicia de los escribas y fariseos consistía en prestar una obediencia externa a la letra de la ley. Los escribas excusaban las debilidades de la naturaleza humana, empequeñeciendo así la seriedad del pecado. De esa manera hacían que fuera fácil desobedecer a Dios y animaban a los hombres a hacerlo A fin de compensar las malas acciones, los escritos rabínicos prescribían un sistema de justicia por obras, por medio del cual una persona podía ganar suficientes méritos para superar el balance desfavorable en su contra. Su religión no estaba basada en la fe sino en las obras. Para los seres humanos es imposible guardar la ley por sus propias fuerzas porque nuestra naturaleza es pecaminosa. Solo Cristo puede transformarnos, pero los fariseos rechazaron a Cristo.
20. No entrareis en el reino de los cielos: El griego emplea el doble negativo ou m ', su forma más enfática, equivalente a "nunca jamás".
Israel no había percibido la espiritualidad de la ley. . .Jesús procedió a mostrar a sus oyentes lo que significa observar los mandamientos. Las verdades que Cristo presentaba eran las mismas que habían enseñado los profetas, pero se habían oscurecido a causa de la dureza de los corazones y del amor al pecado.
21. Oisteis que fue dicho. . .: implica que la mayoría de los oyentes en esta ocasión no habían leído ellos mismos la ley. Esto era de esperarse, porque la mayoría de ellos eran rudos labradores y pescadores.
22. Pero yo os digo: Los rabinos citaban las tradiciones como autoridad en la cual basaban su interpretación de la ley. Cristo habló por su propia autoridad, y este hecho distinguía su enseñanza de la de los rabinos, lo que el pueblo observó sin demora. Como Autor de la ley, es su único verdadero Expositor.
22. Cualquiera que se enoje contra su hno.: Lev. 19:17, 18, al condenar a otros como transgresores, ellos eran igualmente culpables, porque abrigaban malicia y odio. Los judíos albergaban odio hacia los romanos y se creían autorizados para aborrecer a todos los demás pueblos y a sus compatriotas que no se  conformaban a sus ideas. El asesinato es el resultado final del enojo. Pero una persona puede ocultar su enojo de sus prójimos. Lo más que puede hacer un tribunal es castigar las acciones que resultan del enojo. Sólo Dios puede llegar hasta la raíz del asunto para condenar y castigar a una persona por causa del enojo mismo.
22. Culpable de juicio: Es decir, "será reo ante el tribunal" (BJ), aquí se hace referencia a un derramamiento intencional de sangre, a un fallo de culpabilidad y al castigo de parte de las autoridades establecidas. Indica que la ira se había expresado en amenazas o acciones.  El espíritu de odio y venganza tuvo su origen en Satanás y lo llevó a dar muerte al Hijo de DIOS. Quienquiera que abrigue el mismo espíritu morirá la muerte segunda.
22. Cualquiera que diga necio a su hno.: "sin valor", "estúpido". Expresa desprecio por la falta inteligencia de un individuo. Es una vigorosa expresión despectiva. Nadie está autorizado a hablar desdeñosamente de su semejante. Debemos tratar aún a los más degradados con respeto y ternura porque son Criaturas de DIOS.
22. Será culpable ante el concilio: Ante el sanedrín local, o tribunal de la ciudad. que posiblemente tenían 23 miembros. Estos pequeños juzgados se encontraban en varias ciudades judías pero no en Jerusalén donde se reunía el gran sanedrín.
22. Cualquiera que le diga: Fatuo: Se ha sugerido que la palabra mÇrós es la transliteración del vocablo hebreo moreh, "contencioso", "rebelde", "contumaz". Parece expresar desdén por los motivos del individuo. Apóstata, o el que se entregó a la iniquidad. Cuando nos vemos en conflicto con los enemigos de Cristo no debemos hablar con espíritu de desquite ni deben asemejarse a una acusación burlona. Debemos dejar a DIOS la obra de condenar y juzgar.
22. Quedará expuesto al infierno de fuego: "géenna de fuego". Géenna es la transliteración de las palabras hebreas ge' hinnom, "valle de Hinom", o ge' ben hinnom, "valle del hijo de Hinom" (Jos.15: 8). Este valle está al sur y al oeste de Jerusalén y se encuentra con el valle de Cedrón, inmediatamente al sur de la ciudad de David y el estanque de Siloé. El impío rey Acaz parece haber iniciado en los días de Isaías la bárbara costumbre pagana de quemar los niños, ofrendándolos a Moloc en un alto llamado Tofet, en el valle de Hinom (2 Cr. 28: 3). Manasés, nieto de Acaz, restableció esa práctica (2 Cr. 33: 1, 6). Años después, el buen rey Josías profanó ceremonialmente los altos del valle de Hinom (2 R. 23: 10), con lo cual se acabaron esos sacrificios. Como castigo por ése y otros males, Dios advirtió a su pueblo que el valle de Hinom un día sería el "Valle de la Matanza" por causa de los "cuerpos muertos de este pueblo" (Jer. 7: 32-33; 19: 6). Por eso los fuegos de Hinom se convirtieron en un símbolo del fuego consumidor del último gran día de juicio y del castigo de los impíos (Isa. 66: 24). Según las ideas escatológicas judías, derivadas en parte de la filosofía griega, géenna era el lugar donde se reservaban las almas de los impíos bajo castigo hasta el día del juicio final y de las retribuciones. La tradición que afirma que el valle de la Gehenna (forma latina) era el lugar donde se quemaban los desperdicios, y que por lo tanto era una figura del fuego del día final.
24. Deja allí tu ofrenda: El presentar una "ofrenda" o sacrificio personal se consideraba entre los actos religiosos más sagrados e importantes, pero aun esto debía ocupar tan lugar secundario por las circunstancias aquí expuestas. Es posible que la "ofrenda" que aquí se menciona fuera un sacrificio hecho con el fin de obtener el perdón y el favor de Dios.
24. Reconcíliate primero con tu hno.: Cristo insiste en que los hombres deben arreglar las cuentas con sus prójimos antes de que puedan reconciliarse con Dios.
25. Ponte de acuerdo con tu adversario. . .en el camino: implica un cambio de sentimientos para con el que fue antes adversario. El "adversario" es el "acusador”. Era preferible arreglar las cosas sin recurrir a los tribunales.
25. Alguacil: Gr. huper't's, "funcionario subordinado". Se emplea este término en el NT para referirse a los ayudantes de la sinagoga.
26. Cuadrante: aproximadamente equivalía a "dos blancas".
28. Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla: Gr. epithuméÇ significa "anhelar", "desear intensamente", "codiciar". Cuando se aman y acarician malos pensamientos, por muy secreto que sea el mal reina en su corazón.
28. Ya adulteró con ella en su corazón: kardía, pero que se refiere más bien al intelecto, los afectos y la voluntad. Cristo, yendo más allá de la acción, llamó la atención al motivo que la produce, es decir, la intención o forma de pensar que provoca la acción. El que haya placer espaciándose en escenas impuras desarrolla o revela lo que está en su corazón. El pecado comienza en la mente. El pecado es en primer lugar un acto de las facultades superiores de la mente, de la razón, del libre albedrío, de la voluntad. La acción visible es meramente un resultado de la decisión interna.
29. Si tu ojo/tu mano derecha te es ocasión de caer: Gr. shandalízÇ, "ser motivo de tropiezo". El término skándalon, se refiere al mecanismo que hace funcionar una trampa. Aquí Jesús va más allá del motivo o la intención para señalar las vías por las cuales el pecado logra entrar en la vida: los sentidos que se comunican con el sistema nervioso. Para la mayoría de las personas los más fuertes incentivos al pecado son los que llegan a la mente por el camino de los nervios óptico, auditivo y otros nervios sensoriales. El que se niega a ver, escuchar, gustar, oler o tocar lo que incita al pecado, ha ganado buena parte de la batalla para evitar los pensamientos pecaminosos. Esto representa la rendición de la voluntad. El hombre debería estar más dispuesto a renunciar a lo que pone en peligro su salvación. DIOS quiere salvarnos no solo de la consecuencia del pecado sino del pecado mismo.
29. Sacalo/cortala: No pide que se mutile el cuerpo, sino que se controlen los pensamientos. Cristo habla en forma figurada de la acción resuelta de la voluntad para precaverse del mal.
29. Es mejor que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno: Es mejor que Yo esté contrahecho, herido y cojo si así entramos en la vida. Si nos aferramos al yo elegimos la muerte. DIOS es fuego que consume el pecado también consumirá a los que se aferran el pecado.
31. Dele carta de divorcio: El divorcio no fue parte del plan original de Dios sino que fue aprobado transitoriamente en la ley de Moisés debido a la "dureza" del corazón de los hombres. La ley de Moisés no instituyó el divorcio. Por orden divina, Moisés toleró el divorcio y lo reguló a fin de evitar abusos. Entre los judíos se permitía al hombre repudiar a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad de casarse otra vez. Esto era  causa de muerte, desgracia y pecado. El compañerismo entre marido y mujer fue ordenado por Dios como el ambiente ideal dentro del cual podría madurarse un carácter cristiano. La mayor parte de los ajustes de personalidad en el matrimonio y las dificultades que muchos tienen para hacer estos ajustes demandan dominio propio y algunas veces significan abnegación y sacrificio. Cuando los caracteres de los esposos son incompatibles, la solución cristiana es modificar el carácter y no cambiar de cónyuge.
32. A no ser por causa de fornicación: Gr. pornéia, término genérico que se emplea para designar las relaciones sexuales ilícitas.
32. El que repudia a su mujer… hace que ella adultere: Una esposa repudiada naturalmente procuraría encontrarse un nuevo hogar. Pero al casarse de nuevo, cometería adulterio porque su matrimonio anterior no había sido disuelto a la vista de Dios.
33. No perjurarás: jurar falsamente. Habla de perjurio, sobre todo de los juramentos falsos en los cuales se invoca el nombre de Dios, deshonrando y profanando así el nombre sagrado.
33. Cumplirás al Señor tus juramentos: Cristo habla aquí de promesas, sobre todo de las que se hacen a Dios. Sin embargo, no se refiere tanto a lo que se promete, sino al hecho de que la promesa se cumpla, Destaca que lo que vale no es cómo se hacen las promesas, sino cómo se cumplen. Los judíos tenían diversas formas para liberarse de las obligaciones aceptadas bajo juramento.
34. No juréis en ninguna manera: Jesús no se refería aquí al solemne juramento judicial, sino a los juramentos comunes entre los judíos. Cuando está en el corazón del hombre hablar la verdad, el prestar juramento es superfluo. Todo proviene de Dios. No tenemos nada que no hayamos recibido; todo ha sido comprado para nosotros por la sangre de Cristo, más preciosa que cuanto puede imaginarse, porque es la vida de Dios. Todo lo que poseemos nos llega con el sello de la cruz. De ahí que no tengamos derecho de empeñar cosa alguna en juramento.
35. Gran Rey: es decir, DIOS
37. Sea vuestro hablar sí, sí; no, no: Para el cristiano, para el que respeta su propia palabra, una simple afirmación o negación vale tanto como un juramento complicado. Estas palabras condenan todas las frases e interjecciones insensatas que rayan en profanidad. Condenan los cumplidos engañosos, el disimulo de la verdad, las frases lisonjeras, las exageraciones, las falsedades en el comercio que prevalecen en la sociedad y en el mundo de los negocios. Enseñan que nadie puede llamarse veraz si trata de aparentar lo que no es o si sus palabras no expresan el verdadero sentimiento de su corazón. Se refrenaría la expresión de malas sospechas y ásperas censuras; porque al comentar las acciones y los motivos ajenos, ¿quién puede estar seguro de decir la verdad exacta?
37. De mal procede: Mejor, "del Maligno" (BJ).
38. Ojo por ojo, y diente por diente: Esta ley fue instituida para evitar los abusos del sistema de justicia común en la antigüedad. Era práctica corriente cobrar las deudas o daños con intereses exorbitantes. Esta ley era un estatuto civil, y el castigo debía hacerse bajo la supervisión de los tribunales. Pero no se justificaba la venganza personal Lv. 24:20
39. No resistáis al malo: Es decir, no procuréis vengaros por los males sufridos. Aquí Jesús parece referirse a una hostilidad activa y no a una resistencia pasiva. El que está lleno del Espíritu de Cristo mora en Cristo. El golpe que se le dirige a él, cae sobre el Salvador, que lo rodea con su presencia. No tiene que resistir el mal, porque Cristo es su defensor. Nada puede tocarlo sin el permiso de nuestro Señor.
39. Vuélvele también la otra: El cristiano se ha de someter callada y mansamente ante un agravio.
40. Ponerte a pleito: Es decir, hacer comparecer delante de un tribunal. En el griego dice que no se trataba de un, juicio ya comenzado, sino que simplemente existía la posibilidad de una acción legal.
40. La túnica: Gr. jitÇn, la prenda, similar a una camisa, que se llevaba sobre la piel.
40. Déjale también la capa: Gr. himátion, el manto exterior, o "capa", que solía usarse como cobija por la noche. Muchas veces un pobre no tenía ninguna otra cosa que dar como prenda sino su "capa". En vista de que la capa era considerada más esencial que la "túnica", o vestimenta interior, cederla sin resistencia demostraría una concesión mayor. En vez de oponerse a las órdenes de las autoridades, los cristianos debían hacer aún más de lo que se requería de ellos.
41. Cualquiera que te obligue a llevar la carga por una milla: Gr. aggaréuÇ, "obligar a servir". En tiempos de los romanos, aggaréuÇ y ággaros se referían al servicio obligatorio del transporte de pertrechos militares. Resistirse era provocar un trato cruel. En Mat. 27: 32 se emplea el verbo aggaréuÇ cuando se lo obligó a Simón a que llevara la cruz de Cristo. Jesús se refería a casos tales como cuando un soldado romano le exigía a un civil judío que llevara su equipaje durante una milla, como lo mandaba la ley. En Capernaúm había una guarnición militar romana y mientras Jesús hablaba, los que escuchaban veían pasar un grupo de soldados romanos por un camino vecino. Aquí Jesús aconsejó sumisión ante la autoridad romana.
42. Al que quiera tomar de ti prestado no se lo rehúses: prestarás lo que necesite, esto ha de ser un regalo, antes que un préstamo, porque hemos de prestar, "no esperando de ello nada”. Lc. 6:35
43. Amarás: agapáÇ se relaciona con el respeto y la estima. Es un principio de acción y no una acción regida por sentimientos. Pone en acción las facultades superiores de la mente y de la inteligencia. Expresa respetar, estimar y amar aun a quienes no nos aman. Demuestra un amor altruista. El agáp' del NT es el amor más puro y excelso, amor que no puede ser igualado, amor que obliga a una persona a sacrificarse en bien de otros. Implica reverencia para Dios y respeto a los prójimos. Es un principio divino de pensamiento y de acción que modifica el carácter, gobierna los impulsos, controla las pasiones y ennoblece los afectos.
43. A tu prójimo: Para los judíos, un "prójimo" era otro israelita, ya fuera por nacimiento o por conversión. Aun los samaritanos, mezcla de judíos con otras razas, estaban excluidos y eran considerados como extranjeros. En la parábola del Buen Samaritano (Luc. 10: 29-37), Jesús destruyó ese concepto tan estrecho y proclamó la hermandad de todos los hombres. El amor cristiano procura el bienestar de todos, sin distinción de raza ni de credo. "Prójimo" (del latín proximus) significa literalmente nuestro "próximo". Todo el que está cerca de nosotros.
43. Aborrecerás a tu enemigo: sin duda era un proverbio popular. Odiar a otros o menospreciarlos es un producto natural del orgullo. Considerándose como hijos de Abrahán, superiores a otros, los judíos despreciaban a los gentiles.
44. Amad a vuestros enemigos: es una forma del verbo agapáÇ. La orden sería imposible de cumplir si se exigiera que todos los hombres amaran (del verbo filéÇ) a sus enemigos. Este amor está bajo el dominio de la voluntad. Amar (en el sentido del verbo agapáÇ) a los enemigos más acérrimos, es tratarlos con respeto y cortesía y considerarlos así como Dios los considera. Aun los pecadores cuyos corazones no estén herméticamente cerrados al Espíritu de Dios responden a la bondad. Así como pueden responder al odio con el odio, también corresponderán al amor con el amor. Solamente el Espíritu de Dios devuelve el amor por odio. El ser bondadoso con los ingratos y los malos, el hacer lo bueno sin esperar recompensa, es la insignia de la realeza del cielo, la señal segura mediante la cual los hijos del Altísimo revelan su elevada vocación.
45. Para que seáis hijos de vuestro Padre: La prueba del amor a Dios es el amor a nuestros prójimos (1 Juan 4: 20).  
45. Que hace salir su sol sobre malos y buenos: Jesús desaprueba el error popular judío de que Dios concede sus bendiciones a sus santos y las niega a los pecadores. Los judíos atribuían a Dios el mismo espíritu de odio para con los pecadores y los que no eran judíos que ellos mismos sentían.
46. ¿Qué recompensa tendréis?: Es decir, ¿qué mérito especial tendrían por hacer eso?
46. Los publicanos: Eran quienes cobraban los impuestos. Eran odiados y se los rehuía todo lo posible.
47. Si saludáis a vuestros hnos.: El saludo universal del Cercano Oriente shalom o salaam, "paz", expresa el deseo de que aquel a quien se dirige la salutación pueda gozar de toda bendición espiritual y material.
48. Sed pues perfectos como vuestro Padre: del griego téleios, "acabado", "completo", "el que ha alcanzado la meta". Dice Jesús, podéis llegar a ser semejantes a él en carácter y estar en pie sin defecto en la presencia de los hombres y los ángeles. No es una medida o norma que no podamos alcanzar. Dios ha provisto los elementos para que podamos llegar a ser semejantes a él, y lo realizará en favor de todos aquellos que no interpongan una voluntad perversa y frustren así su gracia. Dios no utiliza medidas coercitivas; el agente que emplea para expulsar el pecado del corazón es el amor. Mediante él, convierte el orgullo en humildad, y la enemistad y la incredulidad, en amor y fe. Gracias al bien proveniente de Dios, podemos ser perfectos en nuestra esfera, así como él es perfecto en la suya. La santificación es una obra progresiva.
6.1. Guardaos de hacer vuestra justicia. . .para ser vistos: gr. dikaiosún', "piedad". Los cristianos  deben evitar hacer alarde de sus actos de caridad para atraer la atención del público y ganar así renombre de santidad. DIOS no reconoce un servicio tal.
2. Cuando des limosna, no hagas tocar trompeta: en la realización de actos de caridad no se deben buscar las alabanzas ni los honores de los hombres. Hemos de dar sinceramente, mas no con el fin de alardear de nuestras buenas acciones, sino por amor y simpatía hacia los que sufren. Toda obra buena se cumple solamente por el Espíritu Santo, y éste es dado para glorificar, no al que lo recibe, sino al Dador. La piedad verdadera no impulsa a la ostentación.
2. Como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles: Gr. hupokrit's, proviene de un verbo que significa "fingir", "disimular". Los judíos atendían a los necesitados con contribuciones impuestas a los miembros de la comunidad según cada uno pudiera pagar. Los fondos así logrados eran aumentados por medio de donaciones voluntarias. Además, a veces se hacían pedidos especiales en las reuniones religiosas públicas en las sinagogas, o en reuniones al aire libre que solían realizarse en las calles. En estas ocasiones, la gente se sentía tentada a prometer grandes sumas de dinero para conseguir la alabanza de los que estaban allí reunidos. También se acostumbraba permitir que el que hubiera contribuido con una suma excepcionalmente grande se sentara en un sitio de honor junto a los rabinos. Con demasiada frecuencia, el deseo de ser alabado era el móvil de esos donativos. También ocurría que muchos prometían grandes sumas, pero luego no cumplían sus promesas.
2. Ya tienen su recompensa: El griego hace resaltar la idea de que ya han recibido plenamente su paga. El verbo griego que aquí se traduce "tienen" aparece con frecuencia en recibos escritos en antiguos papiros griegos donde significa "cancelado" o "recibido". Jesús dijo que los hipócritas ya habían recibido todo lo que habrían de recibir. Practicaban la caridad como una transacción estrictamente comercial, mediante la cual esperaban comprarse la admiración pública
3. Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha: Se dice que entre los árabes, ambas manos representan a los amigos íntimos. No había necesidad de que los amigos, ni siquiera los más íntimos, se enteraran de los actos piadosos de alguien.
4. Que sea tu limosna en secreto: La Mishnah habla de la "cámara de los secretos", dentro del recinto del templo, donde los piadosos podían depositar sus dádivas en forma secreta y donde los pobres "de buena familia" podían ir a buscar ayuda para hacer frente a sus necesidades cuando no tuvieran otros recursos.
4. Tu Padre que ve en lo secreto: Dios ve las intenciones secretas del corazón que mueven a la acción, y por esas intenciones, y no por las acciones mismas, los hombres recibirán "su alabanza de Dios" en el día del juicio.
4. Te recompensará en público: Estos actos constituyen una gran parte de las bendiciones y felicidades de la vida. Además de que desarrolla atributos del carácter que son opuestos al egoísmo atributos que han de refinar, ennoblecer y enriquecer la vida. Cuando Cristo venga recompensará a cada uno según sus obras.
5. Cuando ores no seas como los hipócritas: La referencia aquí es a las horas regulares de oración, a la hora del sacrificio matutino y vespertino; estas eran horas de oración para todos los israelitas, ya asistieran al servicio o estuvieran en su casa o aun en un país extranjero. Cuando los fariseos  en el momento designado se encontraban ausentes de casa, fuese en la calle, en el mercado o entre las multitudes apresuradas, allí mismo se detenían y recitaban en alta voz sus oraciones formales. La oración acerca de la vida íntima no debe hacerse en público. En la devoción secreta nuestras oraciones no deben alcanzar sino el oído de Dios, que siempre las escucha.
6. Tu Padre que está en secreto: Es probable que esta expresión quiera decir, "que oye lo que se dice en secreto".
7. Y orando, no uséis vanas repeticiones: parlotear, hablar sin pensar. Los paganos pensaban que sus oraciones tenían en sí méritos para expiar el pecado. Por lo tanto, cuanto más larga fuera la oración, mayor mérito tenía. Es la repetición de expresiones prescritas y formales mientras el corazón no siente la necesidad de Dios. Las oraciones más elocuentes son palabrería vana si no expresan los sentimientos sinceros del corazón.
8. Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad: La oración no le da a Dios informaciones que de otro modo no podría saber. Tampoco es un medio para convencerlo de que haga lo que de otro modo no querría hacer. La oración nos une con el Omnisapiente y condiciona nuestra voluntad para que cooperemos eficazmente con la voluntad divina.
9. Vosotros, pues, orareis así: Es decir, siguiendo este modelo, no necesariamente empleando las mismas palabras. El Padrenuestro es un modelo en cuanto al contenido, pero no necesariamente con respecto a la forma. El Padrenuestro, sobre todo los vers. 9 -10 y la doxología final, se parece mucho, tanto en ideas como en fraseología, al Kadisch , antigua doxología judía, proveniente quizá del siglo I de nuestra era, que se emplea regularmente en diversos cultos en la sinagoga. Este parecido podría sugerir que al enseñar Jesús el Padrenuestro, empleó frases conocidas por el público que lo escuchaba.
9. Padre nuestro: El primer paso para acercarse a Dios consiste en conocer y creer en el amor que siente por nosotros. Solamente por la atracción de su amor nos sentimos impulsados a ir a él. Reconocemos a todos sus hijos como nuestros hermanos. Nadie ora como es debido sí solamente pide bendiciones para sí mismo."
9. Que estas en el cielo: sus hijos terrenos siempre percibirán la infinita majestad y grandeza de Dios (Isa. 57: 15) y su propia y total insignificancia.
9. Santificado sea tu nombre: En tiempos bíblicos, el nombre de una persona estaba más íntimamente ligado a ella como individuo. Con frecuencia, el nombre representaba "los rasgos de carácter que [los padres] deseaban ver desarrollarse en sus hijos" (PR 352). El nombre de Dios representa su carácter (Exo. 34: 5-7). Para santificar el nombre del Señor se requiere que las palabras que empleamos al hablar del Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. Nunca debemos mencionar con liviandad los títulos ni los apelativos de la Deidad. Por la oración entramos en la sala de audiencia del Altísimo y debemos comparecer ante él con pavor sagrado. Los ángeles velan sus rostros en su presencia. El nombre de Dios es honrado de dos modos: (1) mediante actos divinos que inducen a los hombres a reconocer y a reverenciar a Jehová como Dios y (2) mediante las acciones de los hombres que le honran como Dios y le rinden la adoración y la obediencia que le corresponden. El nombre de Dios representa su carácter. La forma verbal griega (aoristo imperativo) sugiere que todavía no está siendo glorificado el nombre de Dios. Bien puede referirse también al momento cuando el santo nombre de Dios será universalmente santificado.
10. Venga tu reino: En esta oración Jesús les enseñó que el reino no había de establecerse entonces. Habían de orar por su venida como un suceso todavía futuro. Los intereses del reino de DIOS son los nuestros; hemos de obrar para su progreso. El reino de la gracia de Dios se está estableciendo, a medida que ahora, día tras día, los corazones que estaban llenos de pecado y rebelión se someten a la soberanía de su amor. Pero el establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la segunda venida de Cristo a este mundo.
10. Hágase tu voluntad. . .así también en la tierra: La voluntad de Dios se expresa en los preceptos de su sagrada ley, y los principios de esta ley son los principios del cielo. Se pide que acabe el reinado del pecado y que llegue el momento cuando la voluntad de Dios sea tan universalmente cumplida en la tierra. La forma verbal griega empleada indica que este pedido reconoce que todavía no se está haciendo la voluntad de Dios en la tierra.
11. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy: Muchos de los que oian a Jesús eran humildes pescadores, agricultores y obreros. No tenían empleo fijo y sus condiciones de vida eran precarias. Quienes tienen escasez de bienes terrenales sienten más vivamente su dependencia de Dios para suplir sus necesidades materiales que los que tienen suficiente y de sobra.  Cuando hayamos hecho del servicio de Dios nuestro primer interés, podremos pedir que nuestras propias necesidades sean suplidas y tener la confianza de que lo serán. Si hemos renunciado al yo y nos hemos entregado a Cristo, somos miembros de la familia de Dios, y todo cuanto hay en la casa del Padre es nuestro. No nos desalentemos si no tenemos bastante para mañana. Nos enseña a acordarnos de los pobres, pedimos para los demás tanto como para nosotros mismos. Reconocemos que lo que Dios nos da no es para nosotros solos. La oración por el pan cotidiano incluye el pan espiritual que nutrirá el alma.
12. Perdónanos nuestras deudas: El perdón de DIOS es también una redención del pecado. Cuando sentimos que hemos pecado y no podemos orar, ése es el momento de orar. Podemos estar avergonzados y profundamente humillados, pero debemos orar y creer. No debemos procurar reducir nuestra culpa hallándole excusas al pecado.
12. Como nosotros perdonamos a nuestros deudores: Es decir, como ya hemos perdonado. Insinuaría que no debiéramos atrevernos a pedir perdón si no hemos perdonado ya a nuestro prójimo. Podemos recibir el perdón de Dios solamente en la medida en que nosotros mismos perdonamos a los demás. El amor de Dios es lo que nos atrae a él. Ese amor no puede afectar nuestros corazones sin despertar amor hacia nuestros hermanos.
13. Y no nos dejes caer en tentación: "no nos dejes caer" (BJ) La tentación es incitación al pecado, cosa que no procede de Dios, sino de Satanás y del mal que hay en nuestros propios corazones. El enemigo nos induce a pecar, y luego nos acusa ante el universo celestial como indignos del amor de DIOS. DIOS permite que hallemos obstáculos, persecución y opresiones, pero no como una maldición, sino como la bendición más grande de nuestra vida. Cada tentación resistida, cada aflicción sobrellevada valientemente, nos da nueva experiencia y nos hace progresar en la tarea de edificar nuestro carácter. Al elevar esta oración nos entregamos a la dirección de Dios y le pedimos que nos guíe por sendas seguras. Es peligroso detenerse para contemplar las ventajas de ceder a las sugestiones de Satanás.
13. Líbranos del mal: El verbo griego puede significar también "rescatar".
13. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria: Se refieren al reino actual de la gracia divina en el corazón de los hombres, pero principalmente anticipan el glorioso reino de Cristo. Nuestro Padre es superior a todo poder y autoridad y a todo nombre que se mencione. El poder y la gloria pertenecen a Aquel cuyos grandes propósitos se irán cumpliendo sin impedimento hasta su consumación. Por encima de todo el poder y el dominio del mal,  el Señor es nuestro Dios, cuyo reino gobierna a todos, y quien es Padre y Amigo eterno.
14. Si perdonáis a los hombres sus ofensas: Gr. paráptÇma, que proviene de un verbo que significa "caer al lado", o "pisar en falso". La palabra traducida como "deudas" en el vers. 12 es diferente. La palabra paráptÇma insinúa un apartarse de la verdad o la justicia. En el NT parecería indicar una violación consciente de lo recto, lo cual implicaría culpabilidad.
15. Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará. . .: El que no perdona suprime el único conducto por el cual puede recibir la misericordia de Dios. Esperar de otros lo que uno mismo no está dispuesto a hacer es la esencia del egoísmo y del pecado. Dios no podría perdonar a tal persona y ser al mismo tiempo leal a su carácter justo.
16. Cuando ayunéis, no seáis austeros: “No pongáis cara triste” (BJ). El que ayuna verdaderamente entristecido por el pecado no buscará la oportunidad de exhibirse. No es afligir el cuerpo a causa de los pecados del alma, sino ayudarnos a percibir el carácter grave del pecado, a humillar el corazón ante Dios y a recibir su gracia perdonadora.
16. Demudan su rostro: Gr. afanízÇ, "hacer invisible" o "hacer irreconocible". Cuando ayunaban, los "hipócritas" andaban sin lavarse, sin afeitarse, y sin arreglarse ni el cabello ni la barba.
17. Unge tu cabeza y lava tu rostro: El aceite era símbolo de gozo (Sal. 45: 7; 104: 15). Ungir la cabeza era un símbolo de bendiciones recibidas. Todo lo que se hace para gloria de Dios tiene que hacerse con alegría, no con tristeza o dolor. Si por su actitud de congoja los cristianos dan la impresión de haberse chasqueado en el Señor, presentaran una concepción falsa de su carácter, y proporcionan argumentos a sus enemigos.
19. No os hagáis tesoros en la tierra: "no sigáis haciendo tesoros" o "dejad de hacer tesoros". Refleja temor e incertidumbre. Es un motivo de ansiedad. Lo que se atesora en el mundo absorberá la mente y excluirá aun las cosas del cielo. La ambición avarienta de acumular riquezas tiene tal ensalmo sobre la vida, que termina por pervertir la nobleza y corromper toda consideración de los hombres para sus semejantes hasta ahogarlos en la perdición. Los verdaderos intereses de una persona están donde tiene sus "tesoros".
19. Orín: ("herrumbre", BJ),
19. Minan: "Socavan" (BJ). El verbo griego tiene la idea de "horadar" (NC) para pasar a través de una pared de ladrillos o de barro.
20. Haceos tesoros en el cielo: Tesoro es todo aquello a lo cual se aferra una persona, sin tener en cuenta su valor intrínseco. Todo lo que el hombre pueda tener en esta vida le ha sido prestado por Dios; sólo aquel "tesoro" que logra depositar en el cielo puede en verdad llamarse suyo. Se nos permite unirnos con él en la gran obra de redención y participar con él de las riquezas que ganó por las aflicciones y la muerte. Cada palabra y acto que mediante la gracia de Cristo encienda en algún alma el impulso de elevarse hacia el cielo, cada esfuerzo que tienda a la formación de un carácter como el de Cristo, equivale a acumular tesoros en los cielos. ¡Cuán precioso será el cielo para quienes hayan trabajado fielmente por la salvación de las almas!
22. La lámpara del cuerpo es el ojo: Gr. lujnós. Se refiere a la fuente de luz o al medio por el cual brilla y no a la luz misma. La "luz" del cuerpo es aquel discernimiento que relaciona debidamente el valor de las cosas temporales con el valor de las cosas eternas.
22. Si tu ojo es bueno todo tu cuerpo estará lleno de luz: "Sano" (BJ). Gr. haplóus, "sencillo", "sincero", "sano", "sin culpa". Este cristiano es aquel cuyo discernimiento y juicio hacen que sea una persona sencilla, sin artificios, íntegra y pura; la que ve las cosas temporales y las de la eternidad en su verdadera perspectiva. Jesús señala la sinceridad de propósito, la devoción indivisa a Dios. Si existe esta sinceridad de propósito, y no hay vacilación para percibir y obedecer la verdad a cualquier costo, se recibirá luz divina. La piedad verdadera comienza cuando cesa la transigencia con el pecado.
23. Si tu ojo es maligno todo tu cuerpo estará en tinieblas: Gr. pon'rós, que aquí significa en mal estado" o "enfermo". La vista está cegada por el amor propio. Era ésta la oscuridad que envolvió a los judíos en obstinada incredulidad y los imposibilitó para comprender el carácter y la misión del que vino a salvarlos de sus pecados. Si no decidimos entregarnos por completo a Dios, quedamos en tinieblas. Cuando hacemos cualquier reserva, abrimos la puerta por la cual Satanás puede entrar para extraviarnos con sus tentaciones.
24. Otro: Gr. ho héteros, es decir, otro de diferente clase o calidad.
24. No podéis servir a DIOS y a las riquezas: No hay posición neutral. Donde la conciencia del cristiano le aconseja abstenerse, negarse a sí mismo, detenerse; allí mismo el hombre del mundo avanza para gratificar sus tendencias egoístas.
25. No os afanéis por vuestra vida: Gr. merimnáÇ, "preocuparse", "estar ansioso". Jesús condena el hábito de preocuparse por las cosas materiales de la vida, especialmente por las que son superfluas. La riqueza no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar fines más importantes, y su objetivo supremo en la vida no será el de amontonar riquezas.
25. ¿No es la vida más que el alimento?: Si bien el alimento es importante, no es un fin en sí mismo, sino un medio para sostener la vida.
26. Mirad las aves del cielo: Las aves del cielo nada deben al cuidado humano. Es Dios quien les da la existencia y las sostiene. Al mismo tiempo, requiere que usen de la capacidad que les ha dado para buscarse el alimento. Quizá pocas personas trabajen tan dura e incansablemente como lo hacen los pajarillos para conseguirse el alimento, sobre todo cuando tienen pequeñuelos en el nido. Del mismo modo, Dios espera que el hombre acepte la responsabilidad de trabajar para ganar lo que hace falta para sostener la vida. Sin embargo, Jesús también dijo que Dios no tenía el propósito de que el hombre considerara que ese trabajo era el objetivo y la meta de la vida.
28. Considerad los lirios del campo, como crecen: Algunos sugieren que se hace alusión aquí a la anémona multicolor, flor común, colorida, que se destaca en Palestina.  cómo, al brotar del suelo frío y oscuro, o del fango en el cauce de un río, las plantas se desarrollan bellas y fragantes. ¿Quién imaginaría las posibilidades de belleza que se esconden en el bulbo áspero y oscuro del lirio? Pero cuando la vida de Dios, oculta en su interior, se desarrolla en respuesta a su llamamiento mediante la lluvia y el sol, maravilla a los hombres por su visión de gracia y belleza. Así también se desarrollará la vida de Dios en toda alma humana que se entregue al ministerio de su gracia, la que tan gratuitamente como la lluvia y el sol llega con su bendición para todos. Es la palabra de Dios la que crea las flores; y la misma palabra producirá en nosotros las gracias de su Espíritu. Por medio de las flores, Dios quiere llamarnos la atención a la belleza del carácter cristiano. El que dotó de tal belleza a las flores desea, muchísimo más, que el alma se vista con la hermosura del carácter de Cristo. DIOS nos rodeó de hermosura para enseñarnos que no estamos en la tierra únicamente para mirar por nosotros mismos, sino para hacer la vida esplendorosa, alegre y bella por el amor de Cristo. Así como las flores, hemos de alegrar otras vidas con, el ministerio del amor.
Sin las flores y los pájaros tendríamos todo lo necesario para vivir, pero Dios no se contentó con facilitar únicamente lo que bastaba para mantener la vida. Llenó la tierra, el aire y el cielo con vislumbres de belleza para expresarnos su amante solicitud por nosotros. Si para contribuir a nuestra dicha y alegría prodigó tan infinita belleza en las cosas naturales, ¿podemos dudar de que nos dará toda bendición que necesitamos?
30. Y si la hierba que hoy es y mañana se echa en el horno: El pasto seco y las ramas se empleaban comúnmente como combustible en los hornos del antiguo Cercano Oriente.
33. Más buscad primeramente el reino de DIOS: Abrid el corazón para recibir este reino, y dedicad a su servicio vuestro más alto interés. Aunque es un reino espiritual, no temáis que vuestras necesidades temporales sean desatendidas.
34. No os afanéis por el día de mañana: Cuando nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen, confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga que él no nos ha dado, y tratamos de llevarla en su ayuda. Nos imponemos la responsabilidad que pertenece a Dios y así nos colocamos en su lugar. Solamente un día es nuestro, y en él hemos de vivir para Dios.
34. Basta a cada día su propio mal: Es decir, sus propios problemas, su "inquietud" (BJ). Los cristianos siempre deberían recordar que Dios no concede ayuda para llevar las cargas del día de mañana mientras ese día no llegue. Cuando llegue el día de mañana, los problemas que habíamos temido encontrar, con frecuencia resultarán haber sido totalmente imaginarios.
7.1 No juzguéis y no seáis juzgados: Jesús se refiere al hecho de juzgar las intenciones de otras personas. No al delicado sentido de discriminación por el cual el cristiano debe distinguir entre lo bueno y lo malo, sino más bien al hábito de criticar y censurar, muchas veces en forma injusta e inmisericorde. “No os consideréis como normas. No hagáis de vuestras opiniones y vuestros conceptos del deber, de vuestras interpretaciones de las Escrituras, un criterio para los demás, ni los condenéis si no alcanzan a vuestro ideal. No censuréis a los demás; no hagáis suposiciones acerca de sus motivos ni los juzguéis. A causa de sus limitaciones, el hombre sólo puede juzgar por las apariencias. Únicamente a Dios, quien conoce los motivos secretos de los actos y trata a cada uno con amor y compasión, le corresponde decidir el caso de cada alma”.
2. Con el juicio con que juzgáis seréis juzgados: Los que juzgan o critican a los demás se proclaman culpables; porque hacen las mismas cosas que censuran en otros. Al condenar a los demás, se sentencian a sí mismos, y Dios declara que el dictamen es justo. Acepta el veredicto que ellos mismos se aplican. La censura y el oprobio no rescataron jamás a nadie de una posición errónea; pero ahuyentaron de Cristo a muchos y los indujeron a cerrar sus corazones para no dejarse convencer. Un espíritu bondadoso y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados.
2. Con la medida con que medís os será medido: Lo que hacemos a los demás, sea bueno o malo, ciertamente reaccionará sobre nosotros mismos, ya sea en bendición, ya sea en maldición. Todo aquel que haya condenado o desalentado a otros será llevado en su propia experiencia a la senda en que hizo andar a los demás; sentirá lo que sufrieron ellos por la falta de simpatía y ternura que les manifestó.
3. ¿Y por qué miras la paja. . .?: Gr. kárfos, una "pizca" o "astillita" de madera o paja. A pesar de su minúsculo tamaño, este objeto extraño sería sumamente irritante en el ojo. La "paja" representa una falta menor.
3. No echas de ver la viga que está en tu propio ojo: Gr. dokós, "tronco" o "tablón", un pedazo de madera empleado en la construcción de una casa. Al que está pronto para buscar faltas en sus prójimos fomenta un mal rasgo de carácter que resulta, al compararse con la imperfección que se crítica, como, una viga al lado de una paja. La falta de longanimidad y de amor mueve a esa persona a convertir un átomo en un mundo. Desfiguran el espíritu amable y cortés del Evangelio y hieren las almas preciosas por las cuales murió Cristo. El que se complace en un espíritu de crítica es más culpable que aquel a quien acusa; porque no solamente comete el mismo pecado, sino que le añade engreimiento y murmuración. Cristo es el único verdadero modelo de carácter, y usurpa su lugar quien se constituye en dechado para los demás. Los que se dan por jueces y críticos se alían con el anticristo. El pecado que conduce a los resultados más desastrosos es el espíritu frío de crítica inexorable.
4. ¿. ..Déjame sacar la paja de tu ojo. . .?: Este ofrecimiento no se debe tanto al deseo de ayudar como al deseo de atraer la atención al hecho de que la paja está en el ojo del otro, y a la supuesta sabiduría y habilidad de quien ofrece sacar la paja. El cristiano que descubre la falta de su hermano, debe restaurarlo "con espíritu de mansedumbre", considerando que también él puede haber sido tentado y puede haber caído en el mismo pecado o puede hacerlo en el futuro.
5. Hipócrita saca primero la viga de tu propio ojo: El culpable del mal es el primero que lo sospecha, Cristo le insta a que renuncie al espíritu de crítica, confiese su propio pecado y lo abandone. Mientras no nos sintamos en condiciones de sacrificar nuestro orgullo, y aún de dar la vida para salvar a un hermano desviado, no habremos echado la viga de nuestro propio ojo ni estaremos preparados para ayudar a nuestro hermano.
Cuando los hombres alientan ese espíritu acusador no se contentan con señalar lo que suponen es un defecto de su hermano. Si no logran por medios moderados inducirlo a hacer lo que ellos consideran necesario, recurrirán a la fuerza. Siempre que la iglesia procure la ayuda del poder del mundo, es evidente que le falta el poder de Cristo y que no la constriñe el amor divino.
6. No deis lo santo a los perros: Probable referencia a ofrendas o sacrificios llevados al templo y consagrados a un uso santo. Dice un rabino en la Mishnah: "Las ofrendas animales no pueden redimirse para usarlas como alimento para perros". Para los judíos el perro era también un animal inmundo según las leyes ceremoniales. Se refiere a una clase de personas que no tiene ningún deseo de escapar de la esclavitud del pecado. Por haberse entregado a lo corrupto y vil, su naturaleza se ha degradado de tal manera que se aferran al mal y no quieren separarse de él. Los siervos de Cristo no deben permitir que los estorben quienes sólo consideran el Evangelio como tema de contención e ironía.
6. Ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos: Es posible que Jesús se estuviera refiriendo a las perlas pequeñas que por su tamaño y color podrían confundirse con el grano usado para alimentar a los cerdos.
7. Pedid y se os dará: El pedir demuestra que sentimos nuestra necesidad; y, si pedimos con fe, recibiremos. Cuando pedimos las bendiciones que necesitamos para perfeccionar un carácter semejante al de Cristo, solicitamos de acuerdo con una promesa que se cumplirá. La condición para que podamos acercamos a Dios no es que seamos santos, sino que deseemos que él nos limpie de nuestros pecados y nos purifique de toda iniquidad.
7. Buscad y hallareis: No deseemos su bendición, sino también a él mismo. Dios nos busca, y el mismo deseo que sentimos de ir a él no es más que la atracción de su Espíritu. Cedamos a esta atracción.
7. Llamad y se os abrirá: Nos acercamos a Dios por invitación especial, y él nos espera para darnos la bienvenida a su sala de audiencia. Llamen los que desean la bendición de Dios, y esperen a la puerta de la misericordia con firme seguridad de esta promesa.
11. Cuánto más vuestro Padre dará buenas cosas a los que le pidan: Por lo general los niños no se sienten cohibidos cuando quieren pedir algo. El Espíritu Santo, su representante, es la mayor de todas sus dádivas. Todas las "buenas dádivas" quedan abarcadas en ésta.
Tenemos el privilegio de pedir por medio de Jesús cualquier bendición espiritual que necesitemos. Podemos exponerle nuestros asuntos temporales, y suplicarle pan y ropa, así como el pan de vida y el manto de la justicia de Cristo. Mas al allegarnos a Dios como a un Padre, reconocemos nuestra relación con él como hijos. No solamente nos fiamos en su bondad, sino que nos sometemos a su voluntad en todas las cosas.
12. Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, haced vosotros con ellos: La prueba de la autenticidad de la religión es la manera como el cristiano trata a sus prójimos. En la seguridad del amor de Dios hacia nosotros, Jesús ordena que nos amemos unos a otros. Nuestro motivo de ansiedad no debe ser ¿cuánto podemos recibir?, sino ¿cuánto podemos dar? Comprendamos sus sentimientos, sus dificultades, sus chascos, sus gozos y sus pesares. Identifiquémonos con ellos, luego tratémoslos como quisiéramos que nos trataran a nosotros si cambiásemos de lugar con ellos. Todo aquel que haya sido hecho mayordomo de la gracia múltiple de Dios está en la obligación de impartirla a las almas sumidas en la ignorancia y la oscuridad, así como, si él estuviera en su lugar, desearía que se la impartiesen. Cuanto más poseáis que vuestro prójimos tanto más sois deudores para con los menos favorecidos.  La regla de oro es el principio de la cortesía verdadera, cuya ilustración más exacta se ve en la vida y el carácter de Jesús. El cristianismo tiene tan poco poder en el mundo porque los hombres aceptan el nombre de Cristo, pero niegan su carácter en sus vidas. Por estas cosas el nombre del Señor es motivo de blasfemia. La actitud que asumimos para con nuestros prójimos es la medida infalible de nuestra actitud para con Dios. La regla de oro toma el egoísmo supremo, lo que querríamos que otros hicieran por nosotros, y lo transforma en suprema abnegación.
12. Porque esto es la ley y los profetas: Cristo niega enfáticamente que el principio enunciado en la regla de oro sea algo nuevo; es la esencia misma de la ley tal como fue dada mediante Moisés y lo que escribieron los profetas.
13. Entrad por la puerta estrecha: por ella podrá pasar sólo lo que sea esencial para el viaje. Los que escuchaban estaban acostumbrados a los caminos sinuosos, angostos y escarpados de su montañoso país. Las ciudades y los pueblos tenían puertas que se cerraban generalmente a la puesta del sol, y algunas veces había que esforzarse por llegar a tiempo. Cristo es la puerta por la que debemos entrar, la entrada a la puerta es difícil; porque la regla de oro excluye, todo orgullo y egoísmo. Si queremos seguir la senda de la vida espiritual debemos renunciar a nuestros propios caminos, a nuestra propia voluntad y a nuestros malos hábitos y prácticas. A Cristo le tocó la labor, la paciencia, la abnegación, el reproche, la pobreza y la oposición de los pecadores. Lo mismo debe tocarnos a nosotros, si alguna vez hemos de entrar en el paraíso de Dios.
13. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición: La evidencia textual favorece aquí una exclamación: "¡Qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la vida!" (BJ). No es necesario buscar el camino, porque los pies se dirigen naturalmente a la vía que termina en la muerte. A todo lo largo del camino que conduce a la muerte hay penas y castigos, hay pesares y chascos, hay advertencias para que no se continúe. El amor de Dios es tal que los desatentos y los obstinados no pueden destruirse fácilmente. En el camino del mal hay remordimiento amargo y dolorosa congoja.
14. Angosto el camino que lleva a la vida: Gr. thlíb Ç, "comprimir", "apretar". Por lo tanto, un camino como el de un desfiladero entre altas peñas. El terreno del corazón es el campo de conflicto. La batalla que hemos de reñir, la mayor que hayan peleado los hombres, es la rendición del yo a la voluntad de Dios. Únicamente Dios puede darnos la victoria. El desea que disfrutemos del dominio sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia voluntad y costumbres. Pero no puede obrar en nosotros sin nuestro consentimiento y cooperación. No se gana la victoria sin mucha oración ferviente.
14. Pocos son los que la hallan: Por la sencilla razón de que no desean encontrarlo
15. Guardaos de los falsos profetas: ¿Qué mensaje traen estos maestros? ¿Nos hace venerar y temer a Dios? ¿Nos hace manifestar amor, hacia él mediante la lealtad a sus mandamientos? Verdadero profeta es el que habla en lugar de Dios. En consecuencia, falso profeta es el que pretende hablar en lugar de Dios cuando en realidad sólo profiere los pervertidos pensamientos de su propio corazón corrupto.
15. Son lobos rapaces: no sólo son de corazón malvado, sino que se oponen a la verdad y a los que desean seguirla. Tienen el propósito de perjudicar a las ovejas para beneficiarse a sí mismos. Ansiosos de ganancia y de poder, son más peligrosos que los "perros" o los "cerdos" del vers. 6.
16. Por sus frutos los conoceréis: Gr. epigin Ç sk Ç, "conocer cabalmente".  Las ovejas no están totalmente desvalidas pues tienen la habilidad de detectar a los "lobos" por su porte y por su conducta. Cuando la doctrina que aceptamos destruye el pecado en el corazón, limpia el alma de contaminación y produce frutos de santidad, entonces podemos saber que es la verdad de Dios. Cuando en nuestra vida se manifiesta benevolencia, bondad, ternura y simpatía; cuando el gozo de realizar el bien anida en nuestro corazón; cuando ensalzamos a Cristo, y no al yo, entonces podemos saber que nuestra fe es correcta.
17. Todo buen árbol da buenos frutos: Es decir, frutos que tienen hermosa apariencia, agradable aroma y buen gusto. Estos frutos son atrayentes en todo sentido. La persona de carácter sano, automáticamente manifestará ese carácter en palabras y acciones dignas de encomio.
17. El árbol malo: Gr. saprós, "podrido", "deteriorado".
21. No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos: La construcción de esta oración hace resaltar el gran contraste entre el que sólo habla y el que en verdad hace la voluntad de Dios. El dirigirse a Cristo como Señor (kúrios) implica reconocerlo como soberano y asumir la posición de súbdito o siervo. No todos los que profesan su nombre y llevan su insignia pertenecen a Cristo. Una creencia que no lleva a la obediencia, es presunción. La obediencia es la prueba del discipulado.
21. El que hace la voluntad de mi Padre: La fe en Dios debe acompañar a las acciones; de otro modo es sólo un formalismo.
22. En aquel día: El gran día del juicio final.
22. ¿No profetizamos en tu nombre. . .?: La forma de la pregunta en el griego indica que se espera una respuesta positiva. Es como si se dijera: "Ciertamente, hemos profetizado en tu nombre, ¿verdad?". Es como si protestaran ante el Juez de que su decisión es injusta. Han estado predicando en el nombre de Cristo, ¿no es verdad? Pero han olvidado que el culto externo dedicado a Dios, que se basa en la tradición humana, no tiene valor.
24. Cualquiera que oye y hace estas palabras le compararé al hombre que edificó sobre la roca: Quienquiera que edifique carácter y su vida sobre esos principios edifica sobre Cristo, la Roca de la eternidad. Edificamos en Cristo por la obediencia a su palabra. Se espera acción, no meramente palabras, de los seguidores de Cristo.
24.  . . .En tu nombre echamos fuera demonios. . .: Se consideraba que éste era el milagro más difícil de realizar, y por lo tanto representaba a todos los otros que pudieran mencionarse.
22. ¿. . .Realizamos muchos milagros?: la realización de milagros no es en sí una evidencia convincente de que está obrando el poder divino. El mayor milagro, tanto en el tiempo como en la eternidad, es una vida transformada según la semejanza divina.
23. Hacedores de maldad: Gr. anomía, "ilegalidad" o "falta de conformidad con la ley".
24. Cualquiera, pues, que me oye: Quienes oyen estas enseñanzas indudablemente las comprenden, al menos hasta el punto de tener suficiente luz para actuar si deciden hacerlo, y por lo tanto son responsables delante de Dios.
24. Edificó su casa sobre la roca: El Señor Jesucristo es la "roca" en la cual cada cristiano, y también la iglesia cristiana como conjunto de constructores de carácter, deben construir. La construcción de un edificio firme exige mucho tiempo y esfuerzo. Es la enseñanza de Cristo, específicamente la del Sermón del Monte.
25. Soplaron vientos: Los "vientos" de la tentación y de la prueba, quizá de modo especial los vientos de las falsas enseñanzas que tienden a separar a la persona del firme cimiento de la fe.
26. Hombre insensato: porque hizo menos que lo que sabía que debía hacer. Es evidente que el hombre que aquí se describe sabía cuáles podrían ser las consecuencias de sus acciones.
25. . . .Le compararé al hombre que edificó sobre la arena: Aquel que edifica sobre el fundamento de ideas y opiniones humanas, de formalidades y ceremonias inventadas por los hombres o sobre cualesquiera obras que se puedan hacer independientemente de la gracia de Cristo, erige la estructura de su carácter sobre arena movediza. Las tempestades violentas de la tentación barrerán el cimiento de arena y dejarán su casa reducida a escombros sobre las orillas del tiempo.
27. Descendieron lluvia: La arena seca se transforma con las fuertes lluvias en un torrente caudaloso.
28. La gente se admiraba de su doctrina: Gr. didaj '', "enseñanza".
29. Les enseñaba como quien tiene autoridad: Jesús no enseñaba en forma dogmática, ni citaba a anteriores expositores de la ley como lo hacían los rabinos en sus enseñanzas, sino que dependía de su propia autoridad. En la presentación de Cristo, como también en las verdades que pronunciaba, había poder vivificante que contrastaba notablemente con el muerto formalismo de la enseñanza de los escribas.


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