viernes, 27 de enero de 2017

Ene/28 Introduccion a Exodo


ÉXODO: Es llamado por los judíos de acuerdo con la primera frase del texto hebreo, We'eleh shemoth: "Y estos son los nombres". El nombre Éxodo está compuesto de dos palabras griegas que significan "camino de salida" o "salida". El propósito principal de Moisés al escribir el Éxodo fue describir la maravillosa intervención de Dios a favor de su pueblo escogido al librarlo de la esclavitud, y su bondadosa condescendencia al realizar un pacto con ellos. El tema que atraviesa todo el libro como un hilo de oro es el propósito de demostrar que ni la repetida infidelidad del pueblo escogido ni la oposición de la mayor nación de la tierra podían desbaratar el plan de Dios para él.

miércoles, 18 de enero de 2017

Ene/01 Introduccion a Geneis


GENESIS: Significa "origen" o "fuente". Los judíos designan el libro de Génesis según la primera palabra del texto hebreo, Bereshith, "en el principio”. Sin embargo, el Talmud judío lo llama el "Libro de la creación del mundo". Fue escrito por Moisés durante los 40 años que estuvo pastoreando ovejas, alrededor de los 1,500 años A.C. Contiene 50 capítulos en los que trata la creación, entrada del pecado a nuestro mundo, el diluvio, el origen del pueblo de DIOS. En él encontramos un paralelismo de muchos acontecimientos que se repiten en nuestra historia.

lunes, 16 de enero de 2017

Ene/16 Introduccion a Job


JOB: Escrito por Moisés mientras apacentaba ovejas en el desierto. El libro tiene tres divisiones: prólogo, poema y epílogo. El poema se divide en tres partes: los diálogos entre Job y sus amigos, el discurso de Eliú y la intervención de Dios. En la discusión de Job con sus amigos hay tres ciclos, cada uno de los cuales contiene tres discursos de Job y uno de cada uno de los amigos (excepto la ausencia de un discurso de Zofar en el tercer ciclo). En la disertación final de Job hay tres discursos. Se presenta a Dios como pronunciando tres discursos. El epílogo se divide en tres partes. Este arreglo está en perfecta armonía con el genio de la poesía hebrea. La base de la poesía hebrea es el paralelismo, una forma poética en la cual se expresa una idea en dos frases cortas. A veces las dos son casi idénticas. A veces la segunda expresión es una ampliación de la primera y aporta un pensamiento adicional. Uno de los temas principales es la causa del sufrimiento.  Los amigos de Job se proponían probar una idea: que debía interpretarse la desgracia como un castigo. Eliú también desarrolló un tema central: que debía entenderse el infortunio como disciplina. Por otra parte Job tenía también una meta: la vindicación de su integridad puesta en duda. Los discursos de Dios son diferentes. Forman una clase separada. A través de todas las declaraciones divinas hay progreso. Cada frase está llena de significado. Los discursos de Dios son una revelación del Ser divino, que usa los objetos de la creación como un medio de expresión.

jueves, 5 de enero de 2017

Jun/20 1 R. 17-19 Elias el tisbita, Acab


Elías: "Jehová es mi Dios". “Hombre de fe y oración cuyo ministerio intrépido estaba destinado a detener la rápida extensión de la apostasía en Israel. . . Mientras Elías veía a Israel hundirse cada vez más en la idolatría, su alma se angustiaba y se despertó su indignación. . . Mientras consideraba esta apostasía desde su retiro en las montañas, Elías se sentía abrumado de pesar. Con angustia en el alma rogaba a Dios que detuviese en su impía carrera al pueblo una vez favorecido, que le enviase castigos si era necesario, para inducirlo a ver lo que realmente significaba su separación del Cielo. Anhelaba verlo inducido al arrepentimiento antes de llegar en su mal proceder al punto de provocar tanto al Señor que lo destruyese por completo”.

Galaad: territorio que estaba al este del Jordán, entre el extremo sur del mar de Cineret y el extremo norte del mar Muerto.

La oración de Elías fue contestada. Las súplicas, reprensiones y amonestaciones que habían sido repetidas a menudo no habían inducido a Israel a arrepentirse. . . El profeta partió en seguida, y viajó día y noche hasta llegar a Samaria. No solicitó ser admitido en el palacio, ni aguardó que se le anunciara formalmente. Arropado con la burda vestimenta que solía cubrir a los profetas de aquel tiempo, pasó frente a la guardia, que aparentemente no se fijó en él, y se quedó un momento de pie frente al asombrado rey.”

1. . . .Que no habrá lluvia, ni rocío. . .: “Por cuanto los adoradores de Baal aseveraban que los tesoros del cielo, el rocío y la lluvia, no provenían de Jehová, sino de las fuerzas que regían la naturaleza, y que la tierra era enriquecida y hecha abundantemente fructífera mediante la energía creadora del sol, la maldición de Dios iba a descansar gravosamente sobre la tierra contaminada. . . Alzando la mano hacia el cielo. . .”

1. Sino por mi palabra: “Hasta que dichas tribus se volviesen a Dios arrepentidas y le reconociesen como fuente de toda bendición, no descendería rocío ni lluvia sobre la tierra”.

“Como un rayo que bajará de un cielo despejado, el anuncio del castigo inminente llegó a los oídos del rey impío; pero antes que Acab se recobrase de su asombro o formulara una respuesta, Elías desapareció tan abruptamente como se había presentado, sin aguardar para ver el efecto de su mensaje. . .El rey realizó diligentes investigaciones, pero no se pudo encontrar al profeta. La reina Jezabel, airada por el mensaje que los privaba a todos de los tesoros del cielo, consultó inmediatamente a los sacerdotes de Baal, quienes se unieron a ella para maldecir al profeta y para desafiar la ira de Jehová. . . tampoco pudieron evitar que otros supieran de la sentencia pronunciada contra la apostasía. Se difundieron prestamente por todo el país las noticias de cómo Elías había denunciado los pecados de Israel y profetizado un castigo inminente. Algunos empezaron a temer, pero en general el mensaje celestial fue recibido con escarnio y ridículo. . .Los sacerdotes seguían insistiendo en que las lluvias caían por el poder de Baal. Recomendaban que no se temiese al Dios de Elías. El mensaje que Dios mandó a Acab dio a Jezabel, a sus sacerdotes y a todos los adoradores de Baal y Astarté la oportunidad de probar el poder de sus dioses y demostrar, si ello era posible, que las palabras de Elías eran falsas.”

El arroyo de Querit: cerca del valle del Jordán.

“Pasó un año, y aún no había llovido. . . Dominada por un corazón orgulloso y enamorada de su culto falso, la gente no quería humillarse bajo la poderosa mano de Dios, y empezó a buscar alguna otra causa a la cual pudiese atribuir sus sufrimientos. . . Jezabel se negó en absoluto a reconocer la sequía como castigo enviado por Jehová. Inexorable en su resolución de desafiar al Dios del cielo, y acompañada en ello por casi todo Israel, denunció a Elías como causa de todos los sufrimientos”.

“Transcurrió el segundo año de escasez. . . Padres y madres, incapaces de aliviar los sufrimientos de sus hijos, se veían obligados a verlos morir. Sin embargo, los israelitas apóstatas se negaban a humillar su corazón delante de Dios. . .La apostasía de Israel era un mal más espantoso que todos los multiplicados horrores del hambre. Dios estaba procurando librar al pueblo del engaño que sufría e inducirlo a comprender su responsabilidad ante Aquel a quien debía la vida y todas las cosas. Estaba procurando ayudarle a recobrar la fe que había perdido, y necesitaba imponerle una gran aflicción”.

“Su orgullo había quedado herido; su ira despertada contra los mensajeros; y ahora consideraban con odio intenso al profeta Elías. Si hubiese caído en sus manos, con gusto le habrían entregado a Jezabel, como si al silenciar su voz pudieran impedir que sus palabras se cumpliesen. Frente a la calamidad, se obstinaron en su idolatría. Así aumentaron la culpa que había atraído sobre la tierra los juicios del Cielo”.

9. Una mujer viuda: Esa mujer no era israelita. . .pero creía en el verdadero Dios, y había andado en toda la luz que resplandecía sobre su senda.

Sarepta: Ciudad costera de Fenicia, 14.4 km al sur de Sidón y 21.6 km al norte de Tiro. Es una aldeíta conocida hoy como Tsarafand En el mismo corazón del país gobernado por los reyes propicios a Baal. Ciertamente, Acab nunca lo habría buscado allí.

11. Te ruego que me traigas un bocado de pan: Fue el Señor quien impulsó al profeta para que pidiera pan.

12. . . .Para que lo comamos y muramos: La llegada de Elías en el mismo día en que la viuda temía verse obligada a renunciar a la lucha para sustentar su vida, probó hasta lo sumo la fe de ella en el poder del Dios viviente para proveerle lo que necesitaba.

13. Hazme a mí primero: “No podría haberse exigido mayor prueba de fe. Hasta entonces la viuda había tratado a todos los forasteros con bondad y generosidad. . .Admirable fue la hospitalidad manifestada al profeta de Dios por esta mujer fenicia, y admirablemente fueron recompensadas su fe y generosidad”.

17. La enfermedad fue tan grande que no quedó en él aliento: El pesar y la muerte llegan a los hogares de los justos tanto como a los de los impíos.

18. . . .Varón de DIOS: Las palabras indican que la mujer creía en Dios y que Elías era su profeta. Es una confesión de fe notable de una mujer de Fenicia.

18. ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades. . .?: Las palabras expresan la sinrazón del corazón dolorido. La visita de Elías había proporcionado a la viuda vida y no muerte, gozo y no pesar. En su aflicción, ella relacionó su dificultad con el profeta y con Dios, y creyó que el castigo que recibía se debía a algún pecado propio. La presencia del profeta había despertado en ella una comprensión más nítida del pecado, y ahora consideraba su desgracia como un castigo de Dios.

21. Te ruego que hagas volver el alma de este niño: Este vocablo aparece 755 veces en el AT, Néfesh deriva de la raíz nafash, verbo que aparece sólo tres veces en el AT (Exo. 23: 12; 31: 17; 2 S. 16: 14), y en cada una de estas ocasiones significa "revivir", "refrescarse". El significado básico de este verbo es el de "respirar"; representa al individuo o a la persona. Muchas veces se usa como sinónimo de  "vida".

Durante los largos años de sequía y hambre, Elías rogó fervientemente que el corazón de Israel se tornase de la idolatría a la obediencia a Dios. . .Mientras veía multiplicarse por todos lados las manifestaciones de sufrimiento y escasez, su corazón se agobiaba de pena y suspiraba por el poder de provocar una presta reforma. Pero Dios mismo estaba cumpliendo su plan, y todo lo que su siervo podía hacer era seguir orando con fe y aguardar el momento de una acción decidida. . .La apostasía que prevalecía en el tiempo de Acab era resultado de muchos años de mal proceder”.

18.1 En el tercer año: El período de sequía duró tres años, pero el intervalo desde la lluvia precedente añadió seis meses (Luc. 4: 25; Sant. 5: 17).

Abdías: "siervo de Jehová".

4. Cuando Jezabel destruía a los profetas de JEHOVÁ. . .: “Frustrada en sus esfuerzos contra Elías, Jezabel resolvió vengarse matando a todos los profetas de Jehová que había en Israel”.

4. Los escondió. . .en cuevas: Las cuevas eran comunes en Palestina, Tan sólo en la región del monte Carmelo se han contado más de 2.000 cuevas. Las cuevas de Palestina eran tanto naturales como hechas por mano humana, y servían como hogares, tumbas, depósitos, cisternas o establos para el ganado. En tiempos de guerra y de opresión se convertían en excelentes lugares de refugio.

5. Ve por el país a todas las fuentes de agua: Palestina es famosa por sus manantiales y fuentes que emanan de debajo de una roca o loma, o del terreno. Permanentemente mantienen el caudal de muchos arroyos y ríos. Es evidente que mucho después de que se habían secado los ríos, algunos arroyos eran alimentados por manantiales que recibían su caudal de las nieves del Líbano, y continuaban fluyendo durante la cálida estación seca, cuando no había lluvia.

7. ¿No eres tú mi señor Elías?: Quizá sería mejor traducir: "¿Eres tú en persona mi señor Elías?" o "¿Estás tú aquí, mi señor Elías?" Es notable la humildad de Abdías en la presencia del profeta. Esto nace de la reverencia para con Dios. Abdías era uno de los principales funcionarios del reino, pero se reconocía como siervo o esclavo ante el mensajero del Señor. Hizo la pregunta no para obtener información sino debido a la sorpresa. "¿Estás aquí, cuando el rey ha estado buscándote todos estos años por todo el país?"

12. El Espíritu de JEHOVÁ te llevará: Abdías confiaba plenamente en que Dios cuidaría de su siervo Elías. Temía que "el Espíritu de Jehová" arrebatara a Elías para protegerlo en algún refugio oculto antes de que pudiera hablar con Acab.

16. Y le dio el aviso: Con asombro mezclado de terror, el rey oyó el mensaje enviado por el hombre a quién temía y aborrecía, a quien había buscado tan incansablemente. . . ¿Sería posible que el profeta estuviese por proclamar otra desgracia contra Israel? El corazón del rey se sobrecogió de espanto. Recordó cómo se había desecado el brazo de Jeroboam. Acab no podía dejar de obedecer a la orden, ni se atrevía a alzar la mano contra el mensajero de Dios. De manera que, acompañado por una guardia de soldados, el tembloroso monarca se fue al encuentro del profeta.

17. ¿Eres tú el que turbas a Israel?: Aunque Acab rebosa de odio apasionado, en la presencia de Elías parece carecer de virilidad y de poder. . .Acab sabía que se debía a la palabra de Dios que los cielos se hubiesen vuelto como bronce, y sin embargo procuraba culpar al profeta de los gravosos castigos que apremiaban la tierra.

“Los que se colocan bajo el poder de Satanás no pueden ver las cosas como Dios las ve. Cuando se los confronta con el espejo de la verdad, se indignan al pensar que son reprendidos. Cegados por el pecado, se niegan a arrepentirse; consideran que los siervos de Dios se han vuelto contra ellos, y que merecen la censura más severa”.

19. Envía y congrégame a todo Israel: “La orden fue dada por alguien que parecía estar en la misma presencia de Jehová. . .”

Monte Carmelo: Cadena montañosa de 9.3 km de largo. Su promontorio noroeste penetra en el Mediterráneo. Los montes tienen 167.7 m de alto en el promontorio y 518.3 m de alto en el sureste. La altura proporciona un bello panorama del Mediterráneo, las llanuras de Esdraelón y Sarón y una buena parte de Samaria.

19. Los 450 profetas de Asera: eran los sacerdotes encargados del culto de Astoret.

19. Que comen a la mesa de Jezabel: Es decir, eran sostenidos por la reina. Constituían el clero que recibía un subsidio de Jezabel.

20. Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel: “. . .Acab obedeció en seguida, como si el profeta fuese el monarca, y el rey un súbdito. Se mandaron veloces mensajeros a todo el reino para ordenar a la gente que se encontrase con Elías y los profetas de Baal y Astarté. En toda ciudad y aldea, el pueblo se preparó para congregarse a la hora señalada. Mientras viajaban hacia el lugar designado, había en el corazón de muchos presentimientos extraños.”

“Antes de la sequía, el monte Carmelo había sido un lugar hermoso, cuyos arroyos eran alimentados por manantiales inagotables, y cuyas vertientes fértiles estaban cubiertas de hermosas flores y lozanos vergeles. Pero ahora su belleza languidecía bajo la maldición agostadora. Los altares erigidos para el culto de Baal y Astarté se destacaban ahora en bosquecillos deshojados. En la cumbre de una de las sierras más altas, en agudo contraste con aquéllos, se veía el derruído altar de Jehová. El Carmelo dominaba una vasta extensión del país; sus alturas eran visibles desde muchos lugares del reino de Israel. Al pie de la montaña, había sitios ventajosos desde los cuales se podía ver mucho de lo que sucedía en las alturas. Dios había sido señaladamente deshonrado por el culto idólatra que se desarrollaba a la sombra de las laderas boscosas; y Elías eligió esta elevación como el lugar más adecuado para que se manifestase el poder de Dios y se vindicase el honor de su nombre.”

“Temprano por la mañana del día señalado, las huestes del apóstata Israel, dominadas por la expectación, se reunieron cerca de la cumbre. Los profetas de Jezabel desfilaron en un despliegue imponente. Con toda la pompa real, el monarca apareció, ocupó su puesto a la cabeza de los sacerdotes, mientras que los clamores de los idólatras le daban la bienvenida. Pero había aprensión en el corazón de los sacerdotes al recordar que a la palabra del profeta la tierra de Israel se había visto privada de rocío y de lluvia durante tres años y medio”.

24. El Dios que respondiere con fuero, ése sea DIOS: Si Baal era lo que los sacerdotes paganos pretendían, que lo demostrara entonces haciendo descender fuego del cielo. Ciertamente, si tenía poder sobre la lluvia y la tormenta, que enviara sus rayos.

26. . . .E invocaron el nombre de Baal: Con apariencia de audacia y desafío, pero con terror en su corazón culpable, los falsos sacerdotes prepararon su altar, pusieron sobre él la leña y la víctima; y luego iniciaron sus encantamientos. Sus agudos clamores repercutían por los bosques y las alturas circunvecinas. Los sacerdotes se reunieron en derredor del altar, y con saltos, contorsiones y gritos, mesándose el cabello y lacerándose la carne, suplicaban a su dios que les ayudase. . .Mientras continuaban sus frenéticas devociones, los astutos sacerdotes procuraban de continuo idear algún modo de encender un fuego sobre el altar y de inducir al pueblo a creer que ese fuego provenía directamente de Baal. Pero Elías vigilaba cada uno de sus movimientos; y los sacerdotes, esperando contra toda esperanza que se les presentase alguna oportunidad de engañar a la gente, continuaban ejecutando sus ceremonias sin sentido.

26. Ellos andaban saltando: "Danzaban cojeando" (BJ). Era una danza ritual muy movida, en la que llegaban a caer en un estado de frenesí. Se dice que esas prácticas a veces han sido acompañadas por manifestaciones de poder demoníaco, y sin duda se esperaba que por ese medio habría fuego. “Gustosamente habría acudido Satanás en auxilio de aquellos a quienes había engañado, y que se consagraban a su servicio. Gustosamente habría mandado un relámpago para encender su sacrificio. Pero Jehová había puesto límites y restricciones a su poder, y ni aun todas las artimañas del enemigo podían hacer llegar una chispa al altar de Baal”.

28. Se sajaban con cuchillos. . .: La automutilación, frecuente en los estados de frenesí oriental, se empleaba con la creencia de que los dioses se deleitan en el derramamiento de sangre. No eran raros esos ritos sangrientos en los días del AT cuando se buscaba con ansiedad que los dioses paganos fueran propicios (Jer. 16: 6, 7, pero estaban prohibidos para el pueblo de Dios (Lev. 19: 28).

29. Ellos siguieron gritando frenéticamente: "Se pusieron en trance" (BJ). Estos agentes de Baal eran llamados "profetas". El cumplimiento de su servicio puede haberse considerado como un acto de profetizar. Esta experiencia puede ser semejante a la de los adoradores del demonio en los países actuales del Oriente, quienes algunas veces se excitan hasta un alto grado de frenesí religioso cuando emiten sonidos y gruñidos incomprensibles.

“Por fin, enronquecidos por sus gritos, con ropas manchadas de sangre por las heridas que se habían infligido, los sacerdotes cayeron presa de la desesperación. Perseverando en su frenesí, empezaron a mezclar con sus súplicas terribles maldiciones para su dios, el sol, mientras Elías continuaba velando atentamente. . . La tarde seguía avanzando. Los sacerdotes de Baal estaban ya cansados y confusos. Uno sugería una cosa, y otro sugería otra, hasta que finalmente cesaron en sus esfuerzos. Sus gritos y maldiciones ya no repercutían en el Carmelo. Desesperados, se retiraron de la contienda”.

“Los desilusionados sacerdotes de Baal, agotados por sus vanos esfuerzos, aguardaban para ver lo que iba a hacer Elías. Sentían odio hacia el profeta por haber propuesto una prueba que había revelado la debilidad e ineficacia de sus dioses; pero al mismo tiempo temían su poder. El pueblo, también temeroso, y con el aliento en suspenso por la expectación, observaba mientras Elías continuaba sus preparativos. La calma del profeta resaltaba en agudo contraste con el frenético e insensato fanatismo de los partidarios de Baal”.

30. Tomando Elías 12 piedras. . .: Ya era la hora del sacrificio de la tarde. En la reconstrucción del viejo altar, Elías reveló su respeto por el pacto que el Señor había hecho con Israel cuando cruzó el Jordán.

34. El agua corría alrededor del altar: Un manantial perenne, que nunca ha dejado de fluir, aun en las sequías más crueles, se dice que permanece en las proximidades del lugar que tradicionalmente se asigna a la escena del sacrificio.

“Recordando al pueblo la larga apostasía que había despertado la ira de Jehová, Elías le invitó a humillar su corazón y a retornar al Dios de sus padres, a fin de que pudiese borrarse la maldición que descansaba sobre la tierra”.

36. Y dijo. . .: “Oró como quien sabía que Jehová estaba allí, presenciando la escena y escuchando sus súplicas. Los profetas de Baal habían orado desenfrenada e incoherentemente. Elías rogó con sencillez y fervor a Dios que manifestase su superioridad sobre Baal, a fin de que Israel fuese inducido a regresar hacia él.”

37. Que Tú vuelves a ti el corazón de ellos: El gran anhelo de Elías era la conversión del pueblo de Israel.

“Sobre todos los presentes pesaba un silencio opresivo en su solemnidad. Los sacerdotes de Baal temblaban de terror. Conscientes de su culpabilidad, veían llegar una presta retribución”.

38. Entonces cayó fuego de JEHOVÁ: Apenas acabó Elías su oración, bajaron del cielo sobre el altar llamas de fuego, como brillantes relámpagos, y consumieron el sacrificio, evaporaron el agua de la trinchera y devoraron hasta las piedras del altar. El resplandor del fuego iluminó la montaña y deslumbró a la multitud. En los valles que se extendían más abajo, donde muchos observaban, suspensos de ansiedad, los movimientos de los que estaban en la altura, se vio claramente el descenso del fuego, y todos se quedaron asombrados por lo que veían. Era algo semejante a la columna de fuego que al lado del mar Rojo separó a los hijos de Israel de la hueste egipcia.

38. Viéndolo todo el pueblo, se postraron: La gente que estaba sobre el monte se postró llena de pavor delante del Dios invisible. No se atrevía a continuar mirando el fuego enviado del cielo. Temía verse consumida.

39. ¡JEHOVÁ es el DIOS!: Gritaron, “convencidos de que era su deber reconocer al Dios de Elías como Dios de sus padres, al cual debían obedecer”. Con sorprendente claridad el clamor resonó por la montaña y repercutió por la llanura. Por fin Israel se despertaba, desengañado y penitente.

“Los sacerdotes de Baal presenciaban consternados la maravillosa revelación del poder de Jehová. Sin embargo, aun en su derrota y en presencia de la gloria divina, rehusaron arrepentirse de su mal proceder. . . Querían seguir siendo los sacerdotes de Baal. A fin de que el arrepentido pueblo de Israel se viese protegido de las seducciones de aquellos que le habían enseñado a adorar a Baal, el Señor indicó a Elías que destruyese a esos falsos maestros”.

40. Prended a los profetas de Baal: “La ira del pueblo ya había sido despertada contra los caudillos de la transgresión; y cuando Elías dio la orden el pueblo estuvo listo para obedecer”.

“Antes que terminara el día que señalaba el comienzo de una reforma decidida, se dio muerte a los ministros de Baal”.

41. Una lluvia grande se oye: El profeta no veía nubes en los cielos; ni oía truenos. Expresó simplemente las palabras que el Espíritu del Señor le movía a decir en respuesta a su propia fe poderosa. Habiendo hecho todo lo que estaba a su alcance, sabía que el Cielo otorgaría libremente las bendiciones predichas.

42. Sube ahora y mira hacia el mar: Vez tras vez, Elías mandó a su siervo a un lugar que dominaba el Mediterráneo, para saber si había alguna señal visible de que Dios había oído su oración.

43. No hay nada: El profeta no se impacientó ni perdió la fe, sino que continuó intercediendo con fervor. Seis veces el siervo volvió diciendo que no había señal de lluvia en los cielos que parecían de bronce.

44. Veo una pequeña nube. . .: Elías no aguardó que los cielos se ennegreciesen. En esa pequeña nube, vio por fe una lluvia abundante y de acuerdo a esa fe obró. . . estaba dispuesto a aventurarlo todo al notar la menor señal del favor divino.

Las sombras de la noche se estaban asentando en derredor del monte Carmelo cuando Acab se preparó para el descenso. Mientras viajaba hacia la ciudad real a través de las tinieblas y de la lluvia enceguecedora, Acab no podía ver el camino delante de sí.

Jezreel: estaba en el territorio de Isacar (Jos. 19: 17, 18), en una ubicación pintoresca que dominaba la llanura de Esdraelón. Había aproximadamente 45 km desde el monte Carmelo hasta Jezreel. Esta es la primera mención de Jezreel como una ciudad real. Allí tenía un palacio Acab, aunque Samaria continuaba siendo su capital (cap. 21: 1).

46. Corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel: Elías, quien, como profeta de Dios, había humillado ese día a Acab delante de sus súbditos y dado muerte a sus sacerdotes idólatras, le reconocía sin embargo como rey de Israel; y ahora, como acto de homenaje, y fortalecido por el poder de Dios, corrió delante del carro real para guiar al rey hasta la entrada de la ciudad.

19. “El profeta, prefiriendo permanecer fuera de la muralla, se envolvió en su manto y se acostó a dormir en el suelo. . . Jezabel, endurecida e impenitente, se enfureció. Se negó a reconocer en los acontecimientos del Carmelo la predominante providencia de Dios y, empeñada en su desafío, declaró audazmente que Elías debía morir”.

2. Envió Jezabel a Elías un mensajero: Esa noche un mensajero despertó al cansado profeta.

3. Viendo, pues el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida: El que había sido bendecido con tantas evidencias del cuidado amante de Dios, no estaba exento de las debilidades humanas, y en esa hora sombría le abandonaron su fe y su valor. Se despertó aturdido. Caía lluvia del cielo, y por todos lados había tinieblas. Olvidándose de que tres años antes, Dios había dirigido sus pasos hacia un lugar de refugio donde no le alcanzaron ni el odio de Jezabel ni la búsqueda de Acab, el profeta huyó para salvarse la vida.

Elías no debiera haber huído del puesto que le indicaba el deber. . .El Señor le habría dado otra señalada victoria enviando sus castigos contra Jezabel; y la impresión que esto hubiera hecho en el rey y el pueblo habría realizado una gran reforma. . .Había esperado que, después de esa manifestación del poder de Dios, Jezabel ya no influiría en el espíritu de Acab y que se produciría prestamente una reforma en todo Israel. Durante todo el día pasado en las alturas del Carmelo había trabajado sin alimentarse. . . Pero una reacción como la que con frecuencia sigue a los momentos de mucha fe y de glorioso éxito oprimía a Elías. Temía que la reforma iniciada en el Carmelo no durase; y la depresión se apoderó de él.

Beerseba: La ciudad estaba en la frontera meridional de Judá, a 152 km de Jezreel. Pertenecía al reino del sur -Judá-, que en ese tiempo estaba tan íntimamente unido con Israel que Elías no hubiera estado a salvo allí.

4. Quítame la vida: Fugitivo, alejado de las moradas de los hombres, con el ánimo abrumado por una amarga desilusión, deseaba no volver a ver rostro humano alguno.

5. Un ángel le tocó: Le despertaron un toque suave y una voz agradable. Se sobresaltó y, temiendo que el enemigo le hubiese descubierto, se dispuso a huir. Pero el rostro compasivo que se inclinaba sobre él no era el de un enemigo, sino de un amigo.

“El profeta cansado y desalentado, no fue abandonado para que luchase solo con las potestades de las tinieblas que le apremiaban”. Le esperaban “otras victorias aún mayores; pero la amenaza de Jezabel había desviado a Elías de las oportunidades admirables que se le presentaban. Era necesario hacer comprender al hombre de Dios la debilidad de su posición actual en comparación con el terreno ventajoso que el Señor quería que ocupase”.

8. Hasta Horeb: Su viaje hizo que pasara por el desierto donde Israel había estado durante 40 años. El viaje por los áridos yermos no fue largo sino penoso. Sólo se trataba de 328 km, pero no había motivo para apresurarse. Ahora no había peligro de persecución, y podía darse tiempo para meditar mientras iba sin premura hacia el monte de Dios.

9. Se metió en una cueva: pudo haber sido en la misma cueva donde Moisés vio a DIOS (Exo. 33: 22).

9. ¿Qué haces aquí Elías?: ¿Era ése su deber? ¿Qué debía hacer ahora? ¿Por qué no estaba en Israel instruyendo y animando a quienes tan recientemente él mismo había apartado de Baal? Había una gran necesidad de su ministerio en su patria; sin embargo, Elías se encontraba solo en un país extranjero. Pero no era tiempo de recriminaciones sino más bien de escudriñamiento del corazón.

12. Un silbo apacible: Deseaba enseñar a Elías que no es siempre la obra que se realiza con la mayor demostración la que tiene más éxito para cumplir su propósito. Su petulancia quedó acallada; su espíritu, enternecido y subyugado. Sabía ahora que una tranquila confianza y el apoyarse firmemente en Dios le proporcionarían siempre ayuda en tiempo de necesidad.

14. He sentido un vivo celo por JEHOVÁ. . .: El profeta responde con las mismas palabras de antes, pero con un espíritu diferente. Ahora, tranquilo y sumiso, presenta los hechos, pero no los enfoca de la misma manera. Sus prójimos pueden pretender quitarle la vida, pero ahora está dispuesto a proseguir su obra para Dios.

Hazael: Un funcionario importante de la corte siria. Mediante éste, Israel fue continuamente muy oprimido desde el exterior.

16. Jehú hijo de Nimsi: La palabra hebrea para "hijo" se puede usar para designar a nietos o aun a descendientes más remotos. En realidad, Jehú era nieto de Nimsi, pues era hijo de Josafat que era hijo de Nimsi (2 Rey. 9: 2, 14). Mediante él, el reino de Israel fue sacudido internamente. Fue el instrumento en las manos del Señor para poner fin a la casa de Acab y al culto de Baal.

Eliseo: Dotado de un espíritu tranquilo y amable, era sin embargo enérgico y firme. Manifestaba integridad y fidelidad, así como amor y temor de Dios; y en el humilde cumplimiento del trabajo diario adquirió fuerza de propósito y nobleza de carácter, mientras crecía constantemente en gracia y conocimiento.

16. Hijo de Safat: El padre de Eliseo era un agricultor rico, cuya familia se contaba entre los que no habían doblado la rodilla ante Baal en un tiempo de apostasía casi universal. En su casa se honraba a Dios, y la obediencia a la fe del antiguo Israel era la norma de la vida diaria.

17. Eliseo los matará: Es con la palabra de Dios,  con la que los profetas hacen su obra de herir y matar. La misión de Eliseo no fue de una guerra física sino espiritual (2 Cor. 10: 3-6); el pecado era el enemigo, y era la impiedad la que debía ser desarraigada del país, no los hombres.

18. Cuyas bocas no lo besaron: Con frecuencia los idólatras besaban la mano como una parte de su culto (Job 31: 26, 27), o besaban el objeto mismo (Ose. 13: 2).

19. Araba con 12 yuntas delante de él: Eliseo tenía siervos que trabajaban con él en el campo, cada uno con su arado, y quizá los bueyes estaban distribuidos para que hubiera un par para cada arado.

19. Echó sobre él su manto: El manto, hecho de pelo de camello, era el manto característico de los profetas (ver Mar. 1: 6). Al echar Elías su manto sobre Eliseo, lo llamaba al ministerio.

20. Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo?: No dijo esto para rechazarlo, sino para probar su fe. Eliseo debía tener en cuenta el costo, decidir por sí mismo si quería aceptar o rechazar el llamamiento. Si sus deseos se aferraban a su hogar y sus ventajas, quedaba libre para permanecer allí.

21. . . .Con el arado de los bueyes coció la carne: Eliseo tomó el par de bueyes con que había estado arando, los mató, y coció la carne con un fuego encendido con el arado y el yugo. De esa manera demostró que nunca más los necesitaría. Daba la espalda al pasado y entraba en el servicio de Dios.

“Durante varios años después del llamamiento de Eliseo, él y Elías trabajaron juntos, de modo que el hombre más joven iba adquiriendo diariamente mayor preparación para su obra. Elías había sido usado por Dios para destruir males gigantescos. La idolatría que, fomentada por Acab y la pagana Jezabel, había seducido a la nación, había sido detenida en forma decidida. Habían sido muertos los profetas de Baal. Todo el pueblo de Israel había quedado profundamente conmovido, y muchos volvían a adorar a Dios. Como sucesor de Elías, Eliseo debía esforzarse por guiar a Israel en sendas seguras mediante una instrucción paciente y cuidadosa. Su trato con Elías, el mayor profeta que se conociera desde Moisés, le preparó para la obra que pronto debería hacer solo”.