ÉXODO: Es
llamado por los judíos de acuerdo con la primera frase del texto hebreo,
We'eleh shemoth: "Y estos son los nombres". El nombre Éxodo está
compuesto de dos palabras griegas que significan "camino de salida" o
"salida". El propósito principal de Moisés al escribir el Éxodo fue
describir la maravillosa intervención de Dios a favor de su pueblo escogido al
librarlo de la esclavitud, y su bondadosa condescendencia al realizar un pacto
con ellos. El tema que atraviesa todo el libro como un hilo de oro es el
propósito de demostrar que ni la repetida infidelidad del pueblo escogido ni la
oposición de la mayor nación de la tierra podían desbaratar el plan de Dios
para él.
Compartir lo que hemos aprendido diariamente en la lectura de las Sagradas Escrituras. Aclarar dudas y contestar preguntas. Elaborar preguntas en cuanto a lo que hemos estudiado. Elaborar resumen de lo leido diariamente y semanalmente.
viernes, 27 de enero de 2017
miércoles, 18 de enero de 2017
Ene/01 Introduccion a Geneis
GENESIS: Significa "origen" o "fuente". Los judíos designan
el libro de Génesis según la primera palabra del texto hebreo, Bereshith,
"en el principio”. Sin embargo, el Talmud judío lo llama el "Libro de
la creación del mundo". Fue escrito por Moisés durante los 40
años que estuvo pastoreando ovejas, alrededor de los 1,500 años A.C. Contiene 50
capítulos en los que trata la creación, entrada del pecado a nuestro mundo, el
diluvio, el origen del pueblo de DIOS. En él encontramos un paralelismo de
muchos acontecimientos que se repiten en nuestra historia.
lunes, 16 de enero de 2017
Ene/16 Introduccion a Job
JOB: Escrito por Moisés mientras apacentaba ovejas en el desierto. El libro tiene tres divisiones: prólogo, poema
y epílogo. El poema se divide en tres partes: los diálogos entre Job y sus
amigos, el discurso de Eliú y la intervención de Dios. En la discusión de Job
con sus amigos hay tres ciclos, cada uno de los cuales contiene tres discursos
de Job y uno de cada uno de los amigos (excepto la ausencia de un discurso de
Zofar en el tercer ciclo). En la disertación final de Job hay tres discursos.
Se presenta a Dios como pronunciando tres discursos. El epílogo se divide en
tres partes. Este arreglo está en perfecta armonía con el genio de la poesía
hebrea. La base de la poesía hebrea es el paralelismo, una forma poética en la
cual se expresa una idea en dos frases cortas. A veces las dos son casi
idénticas. A veces la segunda expresión es una ampliación de la primera y aporta
un pensamiento adicional. Uno de los temas principales es la causa del
sufrimiento. Los amigos de Job se proponían probar una idea: que debía interpretarse
la desgracia como un castigo. Eliú también desarrolló un tema central: que
debía entenderse el infortunio como disciplina. Por otra parte Job tenía
también una meta: la vindicación de su integridad puesta en duda. Los discursos
de Dios son diferentes. Forman una clase separada. A través de todas las
declaraciones divinas hay progreso. Cada frase está llena de significado. Los
discursos de Dios son una revelación del Ser divino, que usa los objetos de la
creación como un medio de expresión.
jueves, 5 de enero de 2017
Jun/20 1 R. 17-19 Elias el tisbita, Acab
Elías: "Jehová es mi Dios". “Hombre de
fe y oración cuyo ministerio intrépido estaba destinado a detener la rápida
extensión de la apostasía en Israel. . . Mientras Elías veía a Israel hundirse
cada vez más en la idolatría, su alma se angustiaba y se despertó su
indignación. . . Mientras consideraba esta apostasía desde su retiro en las
montañas, Elías se sentía abrumado de pesar. Con angustia en el alma rogaba a
Dios que detuviese en su impía carrera al pueblo una vez favorecido, que le
enviase castigos si era necesario, para inducirlo a ver lo que realmente
significaba su separación del Cielo. Anhelaba verlo inducido al arrepentimiento
antes de llegar en su mal proceder al punto de provocar tanto al Señor que lo
destruyese por completo”.
Galaad: territorio que estaba al este del Jordán, entre el extremo sur del mar
de Cineret y el extremo norte del mar Muerto.
“La oración de Elías fue contestada. Las súplicas, reprensiones y
amonestaciones que habían sido repetidas a menudo no habían inducido a Israel a
arrepentirse. . . El profeta partió en seguida, y viajó día y noche hasta
llegar a Samaria. No solicitó ser admitido en el palacio, ni aguardó que se le
anunciara formalmente. Arropado con la burda vestimenta que solía cubrir a los
profetas de aquel tiempo, pasó frente a la guardia, que aparentemente no se
fijó en él, y se quedó un momento de pie frente al asombrado rey.”
1. . . .Que no habrá lluvia, ni rocío. . .: “Por cuanto los adoradores de Baal aseveraban que los tesoros del
cielo, el rocío y la lluvia, no provenían de Jehová, sino de las fuerzas que
regían la naturaleza, y que la tierra era enriquecida y hecha abundantemente
fructífera mediante la energía creadora del sol, la maldición de Dios iba a
descansar gravosamente sobre la tierra contaminada. . . Alzando la mano hacia
el cielo. . .”
1. Sino por mi palabra: “Hasta que dichas tribus se volviesen a Dios arrepentidas y le
reconociesen como fuente de toda bendición, no descendería rocío ni lluvia
sobre la tierra”.
“Como un rayo que bajará de un cielo despejado, el anuncio del castigo
inminente llegó a los oídos del rey impío; pero antes que Acab se recobrase de
su asombro o formulara una respuesta, Elías desapareció tan abruptamente como
se había presentado, sin aguardar para ver el efecto de su mensaje. . .El rey
realizó diligentes investigaciones, pero no se pudo encontrar al profeta. La
reina Jezabel, airada por el mensaje que los privaba a todos de los tesoros del
cielo, consultó inmediatamente a los sacerdotes de Baal, quienes se unieron a
ella para maldecir al profeta y para desafiar la ira de Jehová. . . tampoco
pudieron evitar que otros supieran de la sentencia pronunciada contra la
apostasía. Se difundieron prestamente por todo el país las noticias de cómo
Elías había denunciado los pecados de Israel y profetizado un castigo
inminente. Algunos empezaron a temer, pero en general
el mensaje celestial fue recibido con escarnio y ridículo. . .Los
sacerdotes seguían insistiendo en que las lluvias caían por el poder de Baal.
Recomendaban que no se temiese al Dios de Elías. El mensaje que Dios mandó a
Acab dio a Jezabel, a sus sacerdotes y a todos los adoradores de Baal y Astarté
la oportunidad de probar el poder de sus dioses y demostrar, si ello era
posible, que las palabras de Elías eran falsas.”
El arroyo de Querit: cerca del valle del Jordán.
“Pasó un año, y aún no había llovido. . . Dominada por un corazón
orgulloso y enamorada de su culto falso, la gente no quería humillarse bajo la
poderosa mano de Dios, y empezó a buscar alguna otra causa a la cual pudiese
atribuir sus sufrimientos. . . Jezabel se negó en absoluto a reconocer la
sequía como castigo enviado por Jehová. Inexorable en su resolución de desafiar
al Dios del cielo, y acompañada en ello por casi todo Israel, denunció a Elías
como causa de todos los sufrimientos”.
“Transcurrió el segundo año de escasez. . . Padres y madres, incapaces
de aliviar los sufrimientos de sus hijos, se veían obligados a verlos morir.
Sin embargo, los israelitas apóstatas se negaban a humillar su corazón delante
de Dios. . .La apostasía de Israel era un mal más espantoso que todos los
multiplicados horrores del hambre. Dios estaba procurando librar al pueblo del
engaño que sufría e inducirlo a comprender su responsabilidad ante Aquel a
quien debía la vida y todas las cosas. Estaba procurando ayudarle a recobrar la
fe que había perdido, y necesitaba imponerle una gran aflicción”.
“Su orgullo había quedado herido; su ira despertada contra los
mensajeros; y ahora consideraban con odio intenso al profeta Elías. Si hubiese
caído en sus manos, con gusto le habrían entregado a Jezabel, como si al
silenciar su voz pudieran impedir que sus palabras se cumpliesen. Frente a la
calamidad, se obstinaron en su idolatría. Así aumentaron la culpa que había
atraído sobre la tierra los juicios del Cielo”.
9. Una mujer viuda: Esa mujer no era israelita. . .pero creía en el verdadero Dios, y
había andado en toda la luz que resplandecía sobre su senda.
Sarepta: Ciudad costera de Fenicia, 14.4 km al sur de Sidón y 21.6 km al
norte de Tiro. Es una aldeíta conocida hoy como Tsarafand En el mismo corazón
del país gobernado por los reyes propicios a Baal. Ciertamente, Acab nunca lo
habría buscado allí.
11. Te ruego que me
traigas un bocado de pan: Fue el Señor
quien impulsó al profeta para que pidiera pan.
12. . . .Para que
lo comamos y muramos: La llegada de
Elías en el mismo día en que la viuda temía verse obligada a renunciar a la
lucha para sustentar su vida, probó hasta lo sumo la fe de ella en el poder del
Dios viviente para proveerle lo que necesitaba.
13. Hazme a mí
primero: “No podría haberse exigido mayor prueba
de fe. Hasta entonces la viuda había tratado a todos los forasteros con bondad
y generosidad. . .Admirable fue la hospitalidad manifestada al profeta de Dios
por esta mujer fenicia, y admirablemente fueron recompensadas su fe y
generosidad”.
17. La enfermedad
fue tan grande que no quedó en él aliento: El pesar
y la muerte llegan a los hogares de los justos tanto como a los de los impíos.
18. . . .Varón de
DIOS: Las palabras indican que la mujer creía
en Dios y que Elías era su profeta. Es una confesión de fe notable de una mujer
de Fenicia.
18. ¿Has venido a
mí para traer a memoria mis iniquidades. . .?: Las palabras expresan la sinrazón del corazón dolorido. La visita de
Elías había proporcionado a la viuda vida y no muerte, gozo y no pesar. En su
aflicción, ella relacionó su dificultad con el profeta y con Dios, y creyó que
el castigo que recibía se debía a algún pecado propio. La presencia del profeta
había despertado en ella una comprensión más nítida del pecado, y ahora
consideraba su desgracia como un castigo de Dios.
21. Te ruego que
hagas volver el alma de este niño: Este vocablo aparece 755 veces en el AT, Néfesh deriva
de la raíz nafash, verbo que aparece sólo tres veces en el AT (Exo. 23: 12; 31:
17; 2 S. 16: 14), y en cada una de estas ocasiones significa
"revivir", "refrescarse". El significado básico de este
verbo es el de "respirar"; representa al individuo o a la persona. Muchas
veces se usa como sinónimo de "vida".
“Durante los largos
años de sequía y hambre, Elías rogó fervientemente que el corazón de Israel se
tornase de la idolatría a la obediencia a Dios. . .Mientras veía multiplicarse
por todos lados las manifestaciones de sufrimiento y escasez, su corazón se agobiaba
de pena y suspiraba por el poder de provocar una presta reforma. Pero Dios
mismo estaba cumpliendo su plan, y todo lo que su siervo podía hacer era seguir
orando con fe y aguardar el momento de una acción decidida. . .La apostasía que
prevalecía en el tiempo de Acab era resultado de muchos años de mal proceder”.
18.1 En el tercer año: El período de sequía duró tres años, pero el intervalo desde la
lluvia precedente añadió seis meses (Luc. 4: 25; Sant. 5: 17).
Abdías: "siervo de Jehová".
4. Cuando Jezabel
destruía a los profetas de JEHOVÁ. . .: “Frustrada
en sus esfuerzos contra Elías, Jezabel resolvió vengarse matando a todos los
profetas de Jehová que había en Israel”.
4. Los escondió. .
.en cuevas: Las cuevas eran comunes en Palestina, Tan sólo en la región del
monte Carmelo se han contado más de 2.000 cuevas. Las cuevas de Palestina eran
tanto naturales como hechas por mano humana, y servían como hogares, tumbas,
depósitos, cisternas o establos para el ganado. En tiempos de guerra y de
opresión se convertían en excelentes lugares de refugio.
5. Ve por el país a
todas las fuentes de agua: Palestina
es famosa por sus manantiales y fuentes que emanan de debajo de una roca o
loma, o del terreno. Permanentemente mantienen el caudal de muchos arroyos y ríos.
Es evidente que mucho después de que se habían secado los ríos, algunos arroyos
eran alimentados por manantiales que recibían su caudal de las nieves del
Líbano, y continuaban fluyendo durante la cálida estación seca, cuando no había
lluvia.
7. ¿No eres tú mi
señor Elías?: Quizá sería mejor
traducir: "¿Eres tú en persona mi señor Elías?" o "¿Estás tú
aquí, mi señor Elías?" Es notable la humildad de Abdías en la presencia
del profeta. Esto nace de la reverencia para con Dios. Abdías era uno de los
principales funcionarios del reino, pero se reconocía como siervo o esclavo
ante el mensajero del Señor. Hizo la pregunta no para obtener información sino
debido a la sorpresa. "¿Estás aquí, cuando el rey ha estado buscándote
todos estos años por todo el país?"
12. El Espíritu de
JEHOVÁ te llevará: Abdías confiaba
plenamente en que Dios cuidaría de su siervo Elías. Temía que "el Espíritu
de Jehová" arrebatara a Elías para protegerlo en algún refugio oculto
antes de que pudiera hablar con Acab.
16. Y le dio el aviso: Con asombro mezclado de terror, el rey oyó el mensaje enviado por el
hombre a quién temía y aborrecía, a quien había buscado tan incansablemente. .
. ¿Sería posible que el profeta estuviese por proclamar otra desgracia contra
Israel? El corazón del rey se sobrecogió de espanto. Recordó cómo se había
desecado el brazo de Jeroboam. Acab no podía dejar de obedecer a la orden, ni
se atrevía a alzar la mano contra el mensajero de Dios. De manera que,
acompañado por una guardia de soldados, el tembloroso monarca se fue al
encuentro del profeta.
17. ¿Eres tú el que
turbas a Israel?: Aunque Acab
rebosa de odio apasionado, en la presencia de Elías parece carecer de virilidad
y de poder. . .Acab sabía que se debía a la palabra de Dios que los cielos se
hubiesen vuelto como bronce, y sin embargo procuraba culpar al profeta de los
gravosos castigos que apremiaban la tierra.
“Los que se colocan bajo el poder de Satanás no pueden ver las cosas
como Dios las ve. Cuando se los confronta con el espejo de la verdad, se indignan
al pensar que son reprendidos. Cegados por el pecado, se niegan a arrepentirse;
consideran que los siervos de Dios se han vuelto contra ellos, y que merecen la
censura más severa”.
19. Envía y
congrégame a todo Israel: “La orden fue
dada por alguien que parecía estar en la misma presencia de Jehová. . .”
Monte Carmelo: Cadena montañosa de 9.3 km de largo. Su promontorio noroeste penetra
en el Mediterráneo. Los montes tienen 167.7 m de alto en el promontorio y 518.3
m de alto en el sureste. La altura proporciona un bello panorama del
Mediterráneo, las llanuras de Esdraelón y Sarón y una buena parte de Samaria.
19. Los 450
profetas de Asera: eran los
sacerdotes encargados del culto de Astoret.
19. Que comen a la
mesa de Jezabel: Es decir, eran sostenidos
por la reina. Constituían el clero que recibía un subsidio de Jezabel.
20. Entonces Acab
convocó a todos los hijos de Israel: “. .
.Acab obedeció en seguida, como si el profeta fuese el monarca, y el rey un
súbdito. Se mandaron veloces mensajeros a todo el reino para ordenar a la gente
que se encontrase con Elías y los profetas de Baal y Astarté. En toda ciudad y
aldea, el pueblo se preparó para congregarse a la hora señalada. Mientras
viajaban hacia el lugar designado, había en el corazón de muchos
presentimientos extraños.”
“Antes de la sequía, el monte Carmelo había sido un lugar hermoso,
cuyos arroyos eran alimentados por manantiales inagotables, y cuyas vertientes
fértiles estaban cubiertas de hermosas flores y lozanos vergeles. Pero ahora su
belleza languidecía bajo la maldición agostadora. Los altares erigidos para el
culto de Baal y Astarté se destacaban ahora en bosquecillos deshojados. En la
cumbre de una de las sierras más altas, en agudo contraste con aquéllos, se
veía el derruído altar de Jehová. El Carmelo dominaba una vasta extensión del
país; sus alturas eran visibles desde muchos lugares del reino de Israel. Al
pie de la montaña, había sitios ventajosos desde los cuales se podía ver mucho
de lo que sucedía en las alturas. Dios había sido señaladamente deshonrado por
el culto idólatra que se desarrollaba a la sombra de las laderas boscosas; y
Elías eligió esta elevación como el lugar más adecuado para que se manifestase
el poder de Dios y se vindicase el honor de su nombre.”
“Temprano por la mañana del día señalado, las huestes del apóstata
Israel, dominadas por la expectación, se reunieron cerca de la cumbre. Los
profetas de Jezabel desfilaron en un despliegue imponente. Con toda la pompa
real, el monarca apareció, ocupó su puesto a la cabeza de los sacerdotes,
mientras que los clamores de los idólatras le daban la bienvenida. Pero había
aprensión en el corazón de los sacerdotes al recordar que a la palabra del
profeta la tierra de Israel se había visto privada de rocío y de lluvia durante
tres años y medio”.
24. El Dios que
respondiere con fuero, ése sea DIOS: Si Baal
era lo que los sacerdotes paganos pretendían, que lo demostrara entonces
haciendo descender fuego del cielo. Ciertamente, si tenía poder sobre la lluvia
y la tormenta, que enviara sus rayos.
26. . . .E
invocaron el nombre de Baal: Con
apariencia de audacia y desafío, pero con terror en su corazón culpable, los
falsos sacerdotes prepararon su altar, pusieron sobre él la leña y la víctima;
y luego iniciaron sus encantamientos. Sus agudos
clamores repercutían por los bosques y las alturas circunvecinas. Los
sacerdotes se reunieron en derredor del altar, y con
saltos, contorsiones y gritos, mesándose el cabello y lacerándose la carne,
suplicaban a su dios que les ayudase. . .Mientras continuaban sus frenéticas
devociones, los astutos sacerdotes procuraban de
continuo idear algún modo de encender un fuego sobre el altar y de
inducir al pueblo a creer que ese fuego provenía directamente de Baal. Pero Elías vigilaba cada uno de sus movimientos; y
los sacerdotes, esperando contra toda esperanza que se les presentase alguna
oportunidad de engañar a la gente, continuaban ejecutando sus ceremonias sin
sentido.
26. Ellos andaban
saltando: "Danzaban cojeando" (BJ). Era
una danza ritual muy movida, en la que llegaban a caer en un estado de frenesí.
Se dice que esas prácticas a veces han sido acompañadas por manifestaciones de
poder demoníaco, y sin duda se esperaba que por ese medio habría fuego.
“Gustosamente habría acudido Satanás en auxilio de aquellos a quienes había
engañado, y que se consagraban a su servicio. Gustosamente habría mandado un
relámpago para encender su sacrificio. Pero Jehová había puesto límites y
restricciones a su poder, y ni aun todas las artimañas del enemigo podían hacer
llegar una chispa al altar de Baal”.
28. Se sajaban con
cuchillos. . .: La
automutilación, frecuente en los estados de frenesí oriental, se empleaba con
la creencia de que los dioses se deleitan en el derramamiento de sangre. No
eran raros esos ritos sangrientos en los días del AT cuando se buscaba con
ansiedad que los dioses paganos fueran propicios (Jer. 16: 6, 7, pero estaban
prohibidos para el pueblo de Dios (Lev. 19: 28).
29. Ellos siguieron
gritando frenéticamente: "Se pusieron
en trance" (BJ). Estos agentes de Baal eran llamados "profetas".
El cumplimiento de su servicio puede haberse considerado como un acto de
profetizar. Esta experiencia puede ser semejante a la de los adoradores del
demonio en los países actuales del Oriente, quienes algunas veces se excitan
hasta un alto grado de frenesí religioso cuando emiten sonidos y gruñidos
incomprensibles.
“Por fin, enronquecidos por sus gritos, con ropas manchadas de sangre
por las heridas que se habían infligido, los sacerdotes cayeron presa de la desesperación.
Perseverando en su frenesí, empezaron a mezclar con sus súplicas terribles
maldiciones para su dios, el sol, mientras Elías continuaba velando
atentamente. . . La tarde seguía avanzando. Los sacerdotes de Baal estaban ya
cansados y confusos. Uno sugería una cosa, y otro sugería otra, hasta que
finalmente cesaron en sus esfuerzos. Sus gritos y maldiciones ya no repercutían
en el Carmelo. Desesperados, se retiraron de la contienda”.
“Los desilusionados sacerdotes de Baal, agotados por sus vanos esfuerzos,
aguardaban para ver lo que iba a hacer Elías. Sentían odio hacia el profeta por
haber propuesto una prueba que había revelado la debilidad e ineficacia de sus
dioses; pero al mismo tiempo temían su poder. El pueblo, también temeroso, y
con el aliento en suspenso por la expectación, observaba mientras Elías
continuaba sus preparativos. La calma del profeta resaltaba en agudo contraste
con el frenético e insensato fanatismo de los partidarios de Baal”.
30. Tomando Elías
12 piedras. . .: Ya era la hora
del sacrificio de la tarde. En la reconstrucción del viejo altar, Elías reveló
su respeto por el pacto que el Señor había hecho con Israel cuando cruzó el
Jordán.
34. El agua corría
alrededor del altar: Un manantial
perenne, que nunca ha dejado de fluir, aun en las sequías más crueles, se dice
que permanece en las proximidades del lugar que tradicionalmente se asigna a la
escena del sacrificio.
“Recordando al pueblo la larga apostasía que había despertado la ira
de Jehová, Elías le invitó a humillar su corazón y a retornar al Dios de sus
padres, a fin de que pudiese borrarse la maldición que descansaba sobre la
tierra”.
36. Y dijo. . .: “Oró como quien sabía que Jehová estaba allí, presenciando la escena
y escuchando sus súplicas. Los profetas de Baal habían orado desenfrenada e
incoherentemente. Elías rogó con sencillez y fervor a Dios que manifestase su
superioridad sobre Baal, a fin de que Israel fuese inducido a regresar hacia
él.”
37. Que Tú vuelves
a ti el corazón de ellos: El gran anhelo de
Elías era la conversión del pueblo de Israel.
“Sobre todos los presentes pesaba un silencio opresivo en su
solemnidad. Los sacerdotes de Baal temblaban de terror. Conscientes de su
culpabilidad, veían llegar una presta retribución”.
38. Entonces cayó
fuego de JEHOVÁ: Apenas acabó
Elías su oración, bajaron del cielo sobre el altar llamas de fuego, como
brillantes relámpagos, y consumieron el sacrificio, evaporaron el agua de la
trinchera y devoraron hasta las piedras del altar. El resplandor del fuego
iluminó la montaña y deslumbró a la multitud. En los valles que se extendían
más abajo, donde muchos observaban, suspensos de ansiedad, los movimientos de
los que estaban en la altura, se vio claramente el descenso del fuego, y todos
se quedaron asombrados por lo que veían. Era algo
semejante a la columna de fuego que al lado del mar Rojo separó a los hijos de
Israel de la hueste egipcia.
38. Viéndolo todo
el pueblo, se postraron: La gente que
estaba sobre el monte se postró llena de pavor delante del Dios invisible. No
se atrevía a continuar mirando el fuego enviado del cielo. Temía verse
consumida.
39. ¡JEHOVÁ es el
DIOS!: Gritaron, “convencidos de que era su
deber reconocer al Dios de Elías como Dios de sus padres, al cual debían
obedecer”. Con sorprendente claridad el clamor resonó por la montaña y
repercutió por la llanura. Por fin Israel se despertaba, desengañado y
penitente.
“Los sacerdotes de Baal presenciaban consternados la maravillosa
revelación del poder de Jehová. Sin embargo, aun en su derrota y en presencia
de la gloria divina, rehusaron arrepentirse de su mal proceder. . . Querían
seguir siendo los sacerdotes de Baal. A fin de que el arrepentido pueblo de
Israel se viese protegido de las seducciones de aquellos que le habían enseñado
a adorar a Baal, el Señor indicó a Elías que destruyese a esos falsos maestros”.
40. Prended a los
profetas de Baal: “La ira del
pueblo ya había sido despertada contra los caudillos de la transgresión; y
cuando Elías dio la orden el pueblo estuvo listo para obedecer”.
“Antes que terminara el día que señalaba el comienzo de una reforma
decidida, se dio muerte a los ministros de Baal”.
41. Una lluvia
grande se oye: El profeta no
veía nubes en los cielos; ni oía truenos. Expresó simplemente las palabras que
el Espíritu del Señor le movía a decir en respuesta a su propia fe poderosa.
Habiendo hecho todo lo que estaba a su alcance, sabía que el Cielo otorgaría
libremente las bendiciones predichas.
42. Sube ahora y
mira hacia el mar: Vez tras vez,
Elías mandó a su siervo a un lugar que dominaba el Mediterráneo, para saber si
había alguna señal visible de que Dios había oído su oración.
43. No hay nada: El profeta no se impacientó ni perdió la fe, sino que continuó
intercediendo con fervor. Seis veces el siervo volvió diciendo que no había
señal de lluvia en los cielos que parecían de bronce.
44. Veo una pequeña
nube. . .: Elías no aguardó que los cielos se
ennegreciesen. En esa pequeña nube, vio por fe una lluvia abundante y de
acuerdo a esa fe obró. . . estaba dispuesto a aventurarlo todo al notar la
menor señal del favor divino.
Las sombras de la noche se estaban asentando en derredor del monte
Carmelo cuando Acab se preparó para el descenso. Mientras viajaba hacia la
ciudad real a través de las tinieblas y de la lluvia enceguecedora, Acab no
podía ver el camino delante de sí.
Jezreel: estaba en el territorio de Isacar (Jos. 19: 17, 18), en una
ubicación pintoresca que dominaba la llanura de Esdraelón. Había
aproximadamente 45 km desde el monte Carmelo hasta Jezreel. Esta es la primera
mención de Jezreel como una ciudad real. Allí tenía un palacio Acab, aunque
Samaria continuaba siendo su capital (cap. 21: 1).
46. Corrió delante
de Acab hasta llegar a Jezreel: Elías,
quien, como profeta de Dios, había humillado ese día a Acab delante de sus
súbditos y dado muerte a sus sacerdotes idólatras, le reconocía sin embargo
como rey de Israel; y ahora, como acto de homenaje, y fortalecido por el poder
de Dios, corrió delante del carro real para guiar al rey hasta la entrada de la
ciudad.
19. “El profeta, prefiriendo permanecer fuera de la muralla, se envolvió
en su manto y se acostó a dormir en el suelo. . . Jezabel, endurecida e
impenitente, se enfureció. Se negó a reconocer en los acontecimientos del
Carmelo la predominante providencia de Dios y, empeñada en su desafío, declaró
audazmente que Elías debía morir”.
2. Envió Jezabel a
Elías un mensajero: Esa noche un
mensajero despertó al cansado profeta.
3. Viendo, pues el
peligro, se levantó y se fue para salvar su vida: El que había sido bendecido con tantas evidencias del cuidado amante
de Dios, no estaba exento de las debilidades humanas, y en esa hora sombría le
abandonaron su fe y su valor. Se despertó aturdido. Caía lluvia del cielo, y
por todos lados había tinieblas. Olvidándose de que tres años antes, Dios había
dirigido sus pasos hacia un lugar de refugio donde no le alcanzaron ni el odio
de Jezabel ni la búsqueda de Acab, el profeta huyó para salvarse la vida.
Elías no debiera haber huído del puesto que le indicaba el deber. .
.El Señor le habría dado otra señalada victoria enviando sus castigos contra
Jezabel; y la impresión que esto hubiera hecho en el rey y el pueblo habría
realizado una gran reforma. . .Había esperado que, después de esa manifestación
del poder de Dios, Jezabel ya no influiría en el espíritu de Acab y que se
produciría prestamente una reforma en todo Israel. Durante todo el día pasado
en las alturas del Carmelo había trabajado sin alimentarse. . . Pero una
reacción como la que con frecuencia sigue a los momentos de mucha fe y de
glorioso éxito oprimía a Elías. Temía que la reforma iniciada en el Carmelo no
durase; y la depresión se apoderó de él.
Beerseba: La ciudad estaba en la frontera meridional de Judá, a 152 km de
Jezreel. Pertenecía al reino del sur -Judá-, que en ese tiempo estaba tan
íntimamente unido con Israel que Elías no hubiera estado a salvo allí.
4. Quítame la vida: Fugitivo, alejado de las moradas de los hombres, con el ánimo
abrumado por una amarga desilusión, deseaba no volver a ver rostro humano
alguno.
5. Un ángel le tocó: Le despertaron un toque suave y una voz agradable. Se sobresaltó y,
temiendo que el enemigo le hubiese descubierto, se dispuso a huir. Pero el
rostro compasivo que se inclinaba sobre él no era el de un enemigo, sino de un
amigo.
“El profeta cansado y desalentado, no fue abandonado para que luchase
solo con las potestades de las tinieblas que le apremiaban”. Le esperaban
“otras victorias aún mayores; pero la amenaza de Jezabel había desviado a Elías
de las oportunidades admirables que se le presentaban. Era necesario hacer
comprender al hombre de Dios la debilidad de su posición actual en comparación
con el terreno ventajoso que el Señor quería que ocupase”.
8. Hasta Horeb: Su viaje hizo que pasara por el desierto donde Israel había estado
durante 40 años. El viaje por los áridos yermos no fue largo sino penoso. Sólo
se trataba de 328 km, pero no había motivo para apresurarse. Ahora no había
peligro de persecución, y podía darse tiempo para meditar mientras iba sin
premura hacia el monte de Dios.
9. Se metió en una
cueva: pudo haber sido en la misma cueva donde
Moisés vio a DIOS (Exo. 33: 22).
9. ¿Qué haces aquí
Elías?: ¿Era ése su deber? ¿Qué debía hacer
ahora? ¿Por qué no estaba en Israel instruyendo y animando a quienes tan
recientemente él mismo había apartado de Baal? Había una gran necesidad de su
ministerio en su patria; sin embargo, Elías se encontraba solo en un país
extranjero. Pero no era tiempo de recriminaciones sino más bien de
escudriñamiento del corazón.
12. Un silbo
apacible: Deseaba enseñar a Elías que no es
siempre la obra que se realiza con la mayor demostración la que tiene más éxito
para cumplir su propósito. Su petulancia quedó acallada; su espíritu,
enternecido y subyugado. Sabía ahora que una tranquila confianza y el apoyarse
firmemente en Dios le proporcionarían siempre ayuda en tiempo de necesidad.
14. He sentido un
vivo celo por JEHOVÁ. . .: El
profeta responde con las mismas palabras de antes, pero con un espíritu
diferente. Ahora, tranquilo y sumiso, presenta los hechos, pero no los enfoca
de la misma manera. Sus prójimos pueden pretender quitarle la vida, pero ahora
está dispuesto a proseguir su obra para Dios.
Hazael: Un funcionario importante de la corte siria. Mediante éste, Israel
fue continuamente muy oprimido desde el exterior.
16. Jehú hijo de
Nimsi: La palabra hebrea para "hijo"
se puede usar para designar a nietos o aun a descendientes más remotos. En
realidad, Jehú era nieto de Nimsi, pues era hijo de Josafat que era hijo de
Nimsi (2 Rey. 9: 2, 14). Mediante él, el reino de Israel fue sacudido
internamente. Fue el instrumento en las manos del Señor para poner fin a la
casa de Acab y al culto de Baal.
Eliseo: Dotado de un espíritu tranquilo y amable, era sin embargo enérgico y
firme. Manifestaba integridad y fidelidad, así como amor y temor de Dios; y en
el humilde cumplimiento del trabajo diario adquirió fuerza de propósito y
nobleza de carácter, mientras crecía constantemente en gracia y conocimiento.
16. Hijo de Safat: El padre de Eliseo era un agricultor rico, cuya familia se contaba
entre los que no habían doblado la rodilla ante Baal en un tiempo de apostasía
casi universal. En su casa se honraba a Dios, y la obediencia a la fe del
antiguo Israel era la norma de la vida diaria.
17. Eliseo los
matará: Es con la palabra de Dios, con la que los profetas hacen su obra de
herir y matar. La misión de Eliseo no fue de una guerra física sino espiritual
(2 Cor. 10: 3-6); el pecado era el enemigo, y era la impiedad la que debía ser
desarraigada del país, no los hombres.
18. Cuyas bocas no
lo besaron: Con frecuencia los idólatras besaban la
mano como una parte de su culto (Job 31: 26, 27), o besaban el objeto mismo
(Ose. 13: 2).
19. Araba con 12
yuntas delante de él: Eliseo tenía
siervos que trabajaban con él en el campo, cada uno con su arado, y quizá los
bueyes estaban distribuidos para que hubiera un par para cada arado.
19. Echó sobre él
su manto: El manto, hecho de pelo de camello, era
el manto característico de los profetas (ver Mar. 1: 6). Al echar Elías su manto
sobre Eliseo, lo llamaba al ministerio.
20. Ve, vuelve;
¿qué te he hecho yo?: No dijo esto para
rechazarlo, sino para probar su fe. Eliseo debía tener en cuenta el costo,
decidir por sí mismo si quería aceptar o rechazar el llamamiento. Si sus deseos
se aferraban a su hogar y sus ventajas, quedaba libre para permanecer allí.
21. . . .Con el
arado de los bueyes coció la carne: Eliseo
tomó el par de bueyes con que había estado arando, los mató, y coció la carne
con un fuego encendido con el arado y el yugo. De esa manera demostró que nunca
más los necesitaría. Daba la espalda al pasado y entraba en el servicio de
Dios.
“Durante varios años después del llamamiento de Eliseo, él y Elías
trabajaron juntos, de modo que el hombre más joven iba adquiriendo diariamente
mayor preparación para su obra. Elías había sido usado por Dios para destruir
males gigantescos. La idolatría que, fomentada por Acab y la pagana Jezabel,
había seducido a la nación, había sido detenida en forma decidida. Habían sido
muertos los profetas de Baal. Todo el pueblo de Israel había quedado
profundamente conmovido, y muchos volvían a adorar a Dios. Como sucesor de
Elías, Eliseo debía esforzarse por guiar a Israel en sendas seguras mediante
una instrucción paciente y cuidadosa. Su trato con Elías, el mayor profeta que
se conociera desde Moisés, le preparó para la obra que pronto debería hacer
solo”.
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