Esto ocurrió antes
de la presentación del Sermón del monte, quizá a fines del verano (septiembre)
del año 29 d. C durante el primer viaje por los pueblos y aldeas de Galilea.
2. Vino un leproso: El concepto popular de los judíos era que la lepra
sobrevenía como un castigo divino a causa del pecado. Por eso creían que el
hombre en ninguna manera debía interferir con los decretos de Dios tratando de
aliviar o curar la enfermedad, y que no lo lograría aunque lo intentara. “La
ley ritual declaraba inmundo al leproso. Estaba obligado a publicar su propia
calamidad, a rasgar sus vestiduras, y a hacer resonar la alarma:
"¡Inmundo! ¡inmundo!" para advertir a todos que huyesen de su
presencia contaminadora. Desde los días del profeta Eliseo, no se había oído
nunca que sanara una persona en quien se declarara esa enfermedad. . .Sin
embargo, hubo uno en cuyo corazón empezó a nacer la fe. El leproso fue guiado
al Salvador. Jesús estaba enseñando a orillas del lago, y la gente se había
congregado en derredor de él. De pie a lo lejos, el leproso alcanzó a oír
algunas palabras de los labios del Salvador. Le vio poner sus manos sobre los
enfermos. Se acercó más y más a la muchedumbre. Presentaba un espectáculo
repugnante. La enfermedad había hecho terribles estragos; su cuerpo decadente
ofrecía un aspecto horrible. Algunos trataban de evitar que se acercara a
Jesús, pero en vano. El ni los veía ni los oía. No percibía tampoco sus
expresiones de horror. Veía tan sólo al Hijo de Dios.
2. Se postró ante él: Gr. proskuné Ç
o, "rendir homenaje", generalmente postrado o de rodillas. No
necesariamente indica reconocimiento de divinidad.
4. No lo digas a nadie. . .: Si los sacerdotes hubiesen conocido los hechos relacionados
con la curación del leproso, su odio hacia Cristo podría haberlos inducido a
dar un fallo falto de honradez. Jesús deseaba que el hombre se presentase en el
templo antes de que les llegase rumor alguno concerniente al milagro. . . se
haría correr la voz de que su contacto iba a contaminar a la gente. . . daría
ocasión de que se le acusase de violar las restricciones de la ley ritual. Así
quedaría estorbada su obra de predicar el Evangelio. A pesar de la
recomendación de Jesús, el hombre no hizo ningún esfuerzo para ocultar el hecho
de su curación. Le habría sido imposible en verdad ocultarla, pero el leproso
publicó la noticia en todas partes. Pero su divulgación del asunto estorbó la
obra del Salvador. Hizo que la gente acudiese a él en tan densas muchedumbres,
que por un tiempo se vio obligado a suspender sus labores.
4. Muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda: Los fariseos
habían aseverado que la enseñanza de Cristo se oponía a la ley que Dios había
dado por medio de Moisés; pero esta orden probaba que esa acusación era falsa.
Capernaum: Estaba a orillas del mar de Galilea, y
cerca de los confines de la hermosa llanura de Genesaret, si no en realidad
sobre ella. Llego a ser conocida como su ciudad, porque allí moraba. Había
huertos y viñedos, campos verdes y abundancia de flores, todo regado por
arroyos cristalinos que brotaban de las peñas. Se encontraba sobre el camino de
Damasco a Jerusalén y Egipto y al mar Mediterráneo, era un punto de mucho
tránsito. Gente de muchos países pasaba por la ciudad, o quedaba allí a
descansar en sus viajes de un punto a otro.
5. Un centurión: Oficial romano
6. Mi criado: Entre los romanos los siervos
eran esclavos que se compraban y vendían en los mercados, y eran tratados con
ultrajes y crueldad. Pero el centurión amaba tiernamente a su siervo.
6. Gravemente atormentado:
"Sufrimientos" (BJ) o "dolores". El siervo del centurión
había sido herido de parálisis, y estaba a punto de morir.
9. No soy digno: Su corazón había sido conmovido
por la gracia de Cristo. Veía su propia indignidad; pero no temió pedir ayuda.
No confiaba en su propia bondad; su argumento era su gran necesidad.
9. Digo a éste ve, y va. . .: Como represento
el poder de Roma y mis soldados reconocen mi autoridad como suprema, así tú
representas el poder del Dios infinito y todas las cosas creadas obedecen tu
palabra. Puedes ordenar a la enfermedad que se aleje, y te obedecerá. Puedes
llamar a tus mensajeros celestiales, y ellos impartirán virtud sanadora.
11. Vendrán muchos de oriente y del occidente: O sea gentiles.
12. Se sentarán. . .: Gr. anaklín Ç,
"reclinarse". Aunque en los tiempos del AT la costumbre judía era
sentarse para comer, en el tiempo de Jesús, por lo menos en las casas de la
gente más acomodada, los comensales, para comer, solían acostarse sobre una
plataforma baja, o lecho, que llegaba hasta la mesa. Descansaban sobre cojines
y se apoyaban sobre su brazo izquierdo. Con frecuencia los escritores bíblicos
emplean la figura del banquete para representar los goces del reino mesiánico.
12. Los hijos del reino: era una frase
común hebrea empleada generalmente para describir a los que en verdad tenían
derecho a heredar el reino.
12. Las tinieblas de afuera: representa la
aniquilación final de los impenitentes empedernidos.
16. Con la palabra. . .: También podría
traducirse, "con una palabra".
17. Él mismo tomó nuestras enfermedades: El pasaje de
Isaías se refiere en primera instancia a las "enfermedades" del
pecado. Mateo lo interpreta en sentido más literal. En su humanidad Cristo fue
plenamente capaz de sentir y expresar simpatía humana, y verdaderamente sintió
lo que nosotros sentimos y se compadeció de nosotros.
17. Llevó nuestras dolencias: Gr. bastáz Ç,
"cargar", "levantar".
Lo que sigue
ocurrió la noche después del sermón de Jesús, junto al mar, en el cual presentó
las parábolas registradas en Mat. 13. Probablemente a comienzos del otoño
(septiembre-octubre) del año 29 d. C., durante el transcurso del segundo viaje
misionero por Galilea. Este comenzó en Capernaúm, centro de las actividades de
Jesús durante su ministerio en Galilea, a lo sumo sólo unos pocos días después
de la designación de los doce discípulos y la presentación del Sermón del
Monte.
18. Viéndose Jesús rodeado de mucha gente. . .: Durante todo el
día había estado enseñando y sanando; y al llegar la noche, las muchedumbres se
agolpaban todavía en derredor de él. Día tras día, las había atendido, sin
detenerse casi para comer y descansar. Las críticas maliciosas y las falsas
representaciones con que los fariseos le perseguían constantemente, hacían sus
labores más pesadas y agobiadoras. Y ahora el fin del día le hallaba tan
sumamente cansado que resolvió retirarse a algún lugar solitario al otro lado
del lago.
18. Al otro lado: la región de Decápolis, frente a Galilea, al sureste
del mar de Galilea. Esta zona, escasamente poblada, era mayormente pagana; no
hay registro alguno de que los escribas y fariseos alguna vez hubieran seguido
a Jesús a esos lugares. Jesús estaba junto a la planicie de Genesaret, el ancho
del lago en este punto era de unos 11 km.
19. Escriba: Los maestros oficiales de la ley y de la tradición. La
mayoría de ellos eran fariseos. Solían explicar las Escrituras en forma tal
como para que proyectaran dudas sobre su significado en vez de aclararlo, y se
ocupaban de las tradiciones de los padres, que consideraban iguales o
superiores a las Escrituras, con lo que invalidaban la ley de Dios.
19. Te seguiré adondequiera que vayas: Este escriba era
un voluntario quien, con estas palabras, pedía ser aceptado como discípulo y
dedicar así todo su tiempo a la obra. Es posible que hasta ese momento el
escriba hubiera seguido a Cristo ocasionalmente, y hubiera visto y oído lo
suficiente como para hacer surgir en su corazón el deseo de estar con el
Maestro constantemente y de aprender de él. Por otra parte, parecería que fuera
una persona más bien temperamental, acostumbrada a actuar más por impulso que
por principio.
20. Las zorras tienen guaridas. . .: Posiblemente
Jesús tenía la costumbre de advertir a cada discípulo voluntario, como también
a los que él mismo llamaba personalmente, de las privaciones y los sacrificios
que acompañaban al discipulado.
20. El hijo del hombre: Esta era la
forma favorita en que Cristo se llamaba a sí mismo, y aparece unas 80 veces en
los Evangelios. Sin embargo, nadie lo llamó en esa forma. Entre algunos judíos,
ese título era entendido como un nombre para el gobernante mesiánico del nuevo
reino que se iba a establecer. Este título lo designa como al Cristo encarnado
(Juan 1: 14; Fil. 2: 6-8). Destaca el milagro por el cual el Creador y la
criatura se unieron en una persona divino-humana. Testifica de la verdad de que
ciertamente los hijos de los hombres pueden llegar a convertirse en hijos de
Dios. La Deidad se identificó con la humanidad a fin de que la humanidad
pudiera otra vez transformarse a la imagen de la Divinidad.
20. No tiene donde recostar su cabeza: Cristo pasó la
mayor parte de su ministerio yendo de un lugar a otro, sin lugar de domicilio
fijo. El que estuviera acostumbrado a las comodidades de su hogar, como quizá
lo estaba este escriba, sin duda encontraría difícil y desagradable esa vida
itinerante.
21. Otro de sus discípulos: Quizá este
hombre había sido ocasionalmente discípulo, y ahora proponía que lo aceptaran
como discípulo permanente.
21. Permite que vaya primero y entierre a mi padre: Con toda
probabilidad el padre gozaba aún de buena salud, y el tiempo de su muerte
estaba en un futuro indeterminado. Es probable que el pedido de este era una
excusa para no seguirle o un intento de postergar el momento cuando sería
necesario dejar todo a fin de seguirle. Si el padre ya hubiera estado muerto,
es muy poco probable que Cristo hubiera mandado descuidar lo que aún hoy en las
tierras bíblicas es considerado como uno de los más sagrados deberes de un
hijo. Además, en lugares de clima cálido, los muertos son enterrados con
premura, y si el padre de este hombre ya hubiera muerto, difícilmente el hijo
habría estado escuchando a Jesús.
22. Sígueme: El lenguaje que comúnmente Cristo usaba
para extender su invitación al discipulado, con exclusión de toda otra
actividad.
22. Deja que los muertos entierren a sus muertos: Lo que Cristo
podría haber estado diciendo era que los muertos espirituales debían enterrar a
los muertos literales. En el caso de este hombre, existía el peligro de que la
postergación lo despojara de sus buenas intenciones y le resultaría de mayor
provecho romper con sus anteriores relaciones mientras predominaran los
impulsos correctos. La respuesta de Jesús a su pedido tenía el propósito de
estimularlo a la acción.
23. Entrando él en la barca: Aquí continúa la
narración, comenzada en el vers. 18, quizá la barca pertenecía a Pedro (Luc. 5:
3) y parece que estaba a mano para cuando Jesús la necesitara Mar. 3:9. Había
otros barcos de pesca cerca de la orilla, que pronto se llenaron de gente que
se proponía seguir a Jesús, ávida de continuar viéndole y oyéndole Mar. 4:36.
24. Se levantó en el mar una tempestad: El anochecer
había sido sereno y plácido, y la calma reinaba sobre el lago. Pero de repente
las tinieblas cubrieron el cielo, bajó un viento furioso por los desfiladeros
de las montañas, que se abrían a lo largo de la orilla oriental, y una violenta
tempestad estalló sobre el lago. Las olas, agitadas por los furiosos vientos,
se arrojaban bravías contra el barco de los discípulos y amenazaban hundirlo.
24. Pero él dormía: El Salvador
estaba por fin aliviado de la presión de la multitud, y, vencido por el
cansancio y el hambre, se acostó en la popa del barco y no tardó en quedarse
dormido.
25. Y vinieron sus discípulos: Varios de los
discípulos eran expertos pescadores que habían pasado buena parte de su vida en
el mar de Galilea y sabían dirigir una barca en una tormenta. Pero en esta
ocasión, toda su habilidad y su experiencia no les bastaron. Absortos en sus
esfuerzos para salvarse, se habían olvidado de que Jesús estaba a bordo. Ahora,
reconociendo que eran vanas sus labores y viendo tan sólo la muerte delante de
sí, se acordaron de Aquel a cuya orden habían emprendido la travesía del mar.
25. Le despertaron: En su desamparo
y desesperación clamaron: "¡Maestro, Maestro!" Pero las densas
tinieblas le ocultaban de su vista. Sus voces eran ahogadas por el rugido de la
tempestad y no recibían respuesta. .
.Volvieron a llamar, pero no recibieron otra respuesta que el silbido del
rugiente huracán. . .De repente, el fulgor de un rayo rasgó las tinieblas y
vieron a Jesús acostado y dormido sin que le perturbase el tumulto. Con asombro
y desesperación, exclamaron: "¿Maestro, no tienes cuidado que
perecemos?". . . Sus clamores despertaron a Jesús.
25. Sálvanos que perecemos: Pero al
iluminarle el resplandor del rayo, vieron la paz del cielo reflejada en su
rostro; leyeron en su mirada un amor abnegado y tierno, y sus corazones se
volvieron a él con esta exclamación. Nunca dio un alma expresión a este clamor
sin que fuese oído.
Mientras los
discípulos asían sus remos para hacer un postrer esfuerzo, Jesús se levantó. De
pie en medio de los discípulos, mientras la tempestad rugía, las olas se
rompían sobre ellos y el relámpago iluminaba su rostro, levantó la mano, tan a
menudo empleada en hechos de misericordia, y dijo al mar airado: "Calla,
enmudece."
26. ¿Por qué teméis. . .?: Esta pregunta
fue hecha con tristeza. Ni siquiera Pedro intentó expresar la reverencia que
llenaba su corazón.
27. Los hombres se maravillaron: Estos eran los
ocupantes de las otras barcas que habían seguida a Jesús. La furia de la
tempestad había arrojado los barcos muy cerca unos de otros, y todos los que
estaban a bordo de ellos habían presenciado el milagro.
28. Tierra de los gadarenos: la variante
"gerasenos" (BJ), por lo general se piensa que el encuentro de Cristo
con los endemoniados gadarenos (o gerasenos o gergesenos) ocurrió a poca distancia
de lo que es ahora la aldea de Kursí, que se identifica con la antigua Gergesa.
Gadara era una ciudad a unos 20 km al sur de este lugar, aproximadamente a 10
km del extremo sur del mar de Galilea. En un tiempo fue la capital de
Decápolis. En este tiempo quizá era la ciudad principal del distrito, y tal vez
daba su nombre al mismo. La ciudad de Gerasa, a unos 56 km al sureste del mar
de Galilea, difícilmente podría ser el lugar al que se hace referencia en el
relato de este milagro. No es imposible que hubiera una aldea del mismo nombre
cerca de Gergesa, o que tanto Gerasa como Gergesa se refieran a la misma aldea,
que ahora se llama Kursi.
28. Vinieron a su encuentro: echaron a correr
hacia ellos como si quisieran despedazarlos.
28. Dos endemoniados: Sus carnes
estaban desgarradas y sangrientas donde se habían cortado con piedras agudas. A
través de su largo y enmarañado cabello, fulguraban sus ojos; y la misma
apariencia de la humanidad parecía haber sido borrada por los demonios que los
poseían, de modo que se asemejaban más a fieras que a hombres.
28. Salían de los sepulcros: Las colinas de
piedra caliza en torno de Kursí tienen abundantes cavernas y cámaras cavadas en
la roca relativamente blanda. Cámaras como éstas se usaban comúnmente como sepulcros
en la antigua Palestina.
28. Nadie podía pasar por aquel camino: implica que la
guarida de estos hombres endemoniados no estaba lejos de un camino, quizá el
que pasaba por la orilla oriental del lago. Para nadie era seguro pasar por
donde ellos se hallaban, porque se abalanzaban sobre cada viajero con furia
demoníaca.
Los discípulos y
sus compañeros huyeron aterrorizados; pero al rato notaron que Jesús no estaba
con ellos y se volvieron para buscarle. Allí estaba donde le habían dejado.
Con autoridad
ordenó a los espíritus inmundos que saliesen. Sus palabras penetraron las
obscurecidas mentes de los desafortunados. Vagamente, se dieron cuenta de que
estaban cerca de alguien que podía salvarlos de los atormentadores demonios.
Cayeron a los pies del Salvador para adorarle; pero cuando sus labios se
abrieron para pedirle misericordia, los demonios hablaron por su medio
29. ¿Qué tienes con nosotros. . .?: El desafío a la
autoridad de Jesús significaba en realidad: ¿Qué derecho tienes a entremeterte
conmigo?"
29. ¿Has venido acá para atormentarnos. . .?: En el NT se usa
basanízo en el sentido de infligir dolor o tortura.
32. Todo el hato de cerdos se precipitó en el mar. . .: el pánico se
apoderó de la piara. Echó a correr desenfrenadamente por el acantilado, y sin
poder detenerse en la orilla, se arrojó al lago, donde pereció.
Los rostros de los
locos se volvieron repentinamente benignos. Se aquietaron las manos manchadas
de sangre, y con alegres voces los hombres alabaron a Dios por su liberación.
Ahora estos hombres estaban vestidos y en su sano juicio, sentados a los pies
de Jesús, escuchando sus palabras y glorificando el nombre de Aquel que los
había sanado
34. Le rogaron que se fuera de sus contornos: la gente no se
regocijó. La pérdida de los cerdos le parecía de mayor importancia que la
liberación de estos cautivos de Satanás. Esta pérdida había sido permitida por
misericordia hacia los dueños de los cerdos. Estaban absortos en las cosas
terrenales y no se preocupaban por los grandes intereses de la vida espiritual.
Jesús deseaba quebrantar el hechizo de la indiferencia egoísta, a fin de que
pudiesen aceptar su gracia. Pero el pesar y la indignación por su pérdida
temporal cegaron sus ojos con respecto a la misericordia del Salvador. Pensaron
que podían seguir mayores calamidades. Ellos temían la ruina financiera, y
resolvieron librarse de su presencia. Los que habían cruzado el lago con Jesús
hablaron de todo lo que había sucedido la noche anterior; Pero sus palabras
quedaron sin efecto.
9.1 Vino a su ciudad: Es decir, Capenaúm.
Era la sede central desde la cual efectuaba su ministerio en Galilea. Jesús
parece haberla considerado como su propia ciudad.
2. Le trajeron un paralítico: había perdido
toda esperanza de restablecerse. Su enfermedad era resultado de una vida de
pecado, y sus sufrimientos eran amargados por el remordimiento. Mucho antes,
había apelado a los fariseos y doctores con la esperanza de recibir alivio de
sus sufrimientos mentales y físicos. Pero ellos lo habían declarado fríamente
incurable y abandonado a la ira de Dios. El paralítico se hallaba completamente
desamparado y, no viendo perspectiva de ayuda en ninguna parte, se había sumido
en la desesperación.
Los amigos le
habían referido los milagros de Jesús, cómo otros tan pecaminosos como él eran
sanados, aún los leprosos. No había tiempo que perder, sus carnes macilentas
mostraban ya rastros de descomposición. Si podía ver a Jesús, y recibir la
seguridad del perdón y de la paz con el Cielo, estaría contento de vivir o de
morir, según fuese la voluntad de Dios.
2. Hijo: Gr. teknon, literalmente,
"niño", "hijito". Cuando se usa para dirigirse a alguien,
como aquí, significa "hijito mío", "mi hijo".
2. Tus pecados te son perdonados: El Salvador miró
el rostro entristecido, y vio los ojos suplicantes que se clavaban en él.
Comprendía el caso; había atraído a sí este espíritu perplejo y combatido por
la duda. Mientras el paralítico estaba todavía en su casa, el Salvador había
convencido su conciencia. Cuando se arrepintió de sus pecados, y creyó en el
poder de Jesús para sanarle, la misericordia vivificadora del Salvador había
bendecido primero su corazón anhelante. Jesús había visto el primer destello de
la fe convertirse en la creencia de que él era el único auxiliador del pecador,
y la había visto fortalecerse con cada esfuerzo hecho para llegar a su
presencia.
3. Algunos de los escribas: Venían como
espías, buscando un motivo para acusar a Jesús. Habían esperado ansiosamente
para ver en qué forma iba a disponer Cristo de ese caso. Recordaban cómo el
hombre se había dirigido a ellos en busca de ayuda, y le habían negado toda
esperanza o simpatía. . .Notaron el interés con que todos miraban la escena y
los abrumó el temor de perder su influencia sobre el pueblo. . .Mirándose los rostros
unos a otros leyeron el mismo pensamiento en cada uno, de que algo había que
hacer para detener la marea de los sentimientos.
3. Este. . .: En un sentido despectivo.
3. Blasfema: "dicho injurioso",
"calumnia", usurpar las
prerrogativas de la Deidad. Cuando se negaron a reconocer la prueba de la
presencia y de la acción de la Divinidad, los escribas estaban cometiendo
precisamente el pecado del cual, en sus corazones, acusaban a Cristo (Mat.
12:22-32). El castigo levítico para la blasfemia era pena de muerte o
apedreamiento (Lev. 24:16), aunque los judíos del tiempo de Cristo, no estaban
en libertad de llevar a cabo esa ejecución, por estar bajo el dominio romano.
4. Conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo. .
.:
Fijando en ellos una mirada bajo la cual se atemorizaron y retrocedieron.
5. ¿Qué es más fácil. . .?: Es evidente que
los escribas estaban pensando: "Es fácil decir que los pecados de un
hombre están perdonados, pero nadie puede decir si lo están en realidad"
Inmediatamente Jesús aceptó su desafío tácito.
6. . . .Que el Hijo del hombre tiene potestad. . .: Gr. exousía,
"autoridad". Para realizar un milagro se necesita poder; pero el
perdón de los pecados era cuestión de autoridad.
6. Levántate. . .: Entonces el que
había sido traído en una camilla a Jesús, se puso de pie con la elasticidad y
fuerza de la juventud. La sangre vivificadora corrió raudamente por sus venas.
Todo órgano de su cuerpo se puso en repentina actividad. La curación del cuerpo
era una evidencia del poder que había renovado el corazón.
7. Se fue a su casa: Le rodearon con
lágrimas de alegría, casi sin atreverse a creer lo que veían sus ojos. De aquel
hogar subieron alegres palabras de agradecimiento, y Dios quedó glorificado por
medio de su Hijo, que había devuelto la esperanza al desesperado, y fuerza al
abatido. Este hombre y su familia estaban listos para poner sus vidas por
Jesús. Ninguna duda enturbiaba su fe, ninguna incredulidad manchaba su lealtad
hacia Jesús.
Los fariseos
estaban mudos de asombro y abrumados por su derrota. Veían que no había
oportunidad de inflamar a la multitud con sus celos. Vieron que Cristo poseía
un poder que ellos habían atribuido a Dios solo. Estaban desconcertados y
avergonzados; y reconocían, aunque no lo confesaban, la presencia de un Ser
superior. Cuanto más convincente era la prueba de que Jesús tenía en la tierra
poder de perdonar los pecados, tanto más firmemente se atrincheraban en la
incredulidad. El espíritu con el cual los hombres se acercan a Jesús determina
si encuentran en él un escalón para el cielo o una piedra de tropiezo para la
destrucción.
9. Vio a un hombre: Gr. theáomai,
"contemplar", "mirar con atención". Cristo observó
intensamente a Mateo como si estuviera estudiando su carácter.
9. Sentado al banco de los tributos: Es decir, la
oficina de impuestos. Sin duda, estaba a la orilla del "mar".
Probablemente cobraban impuestos a las caravanas y a los viajeros que pasaban
por el camino principal de Damasco y el Oriente a Tolemaida (Aco) sobre el
Mediterráneo, o al mar de Galilea.
Entre los
funcionarios romanos que había en Palestina, los más odiados eran los
publicanos, porque les hacía recordar a los judíos su libertad perdida. Estos
cometiendo extorsiones por su propia cuenta, se enriquecían a expensas del
pueblo. Un judío que aceptaba este cargo de mano de los romanos era considerado
como traidor a la honra de su nación. Se le despreciaba como apóstata, se le
clasificaba con los más viles de la sociedad.
Mateo: También llamado
Leví, había escuchado la enseñanza del Salvador. En la medida en que el
convincente Espíritu de Dios le revelaba su pecaminosidad, anhelaba pedir ayuda
a Cristo; pero estaba acostumbrado al carácter exclusivo de los rabinos, y no
había creído que este gran maestro se fijaría en él.
9. Sígueme: El llamamiento de Mateo al discipulado
excitó gran indignación.
9. Le siguió: No vaciló ni dudó, ni recordó el
negocio lucrativo que iba a cambiar por la pobreza y las penurias. Le bastaba
estar con Jesús, poder escuchar sus palabras y unirse con él en su obra.
10. Estando él sentado: Gr. katákeima
“acostarse", "estar reclinado". Aunque en los tiempos del AT la
costumbre judía era sentarse para comer, en el tiempo de Jesús, por lo menos en
las casas de la gente más acomodada, los comensales, para comer, solían acostarse
sobre una plataforma baja, o lecho, que llegaba hasta la mesa. Descansaban
sobre cojines y se apoyaban sobre su brazo izquierdo. Por lo general, la mesa
tenía tres lados hasta los que llegaban esas plataformas inclinadas. El cuarto
lado quedaba abierto para que los servidores llevaran los alimentos. El hecho
de que en la casa de Mateo hubiera una mesa tal, sugiere que era un hombre de
recursos y de cultura.
Sin duda, la
fiesta en la casa de Mateo se realizó algunas semanas, quizá meses, después de que
él fuera llamado.
10. Muchos publicanos y pecadores. . .: Mateo convocó a
sus parientes y amigos. No sólo fueron incluidos los publicanos, sino también
muchos otros de reputación dudosa.
10. Se sentaron. . .con Jesús: En reuniones
tales como ésta, no pocos fueron impresionados por la enseñanza del Salvador,
aunque no le reconocieron hasta después de su ascensión. Cuando el Espíritu
Santo fue derramado, y tres mil fueron convertidos en un día, había entre ellos
muchos que habían oído por primera vez la verdad en la mesa de los publicanos,
y algunos de ellos llegaron a ser mensajeros del Evangelio. Para Mateo mismo,
el ejemplo de Jesús en el banquete fue una constante lección; llegó a ser uno
de los evangelistas más consagrados, y en su propio ministerio siguió muy de
cerca las pisadas del Maestro.
11. ¿Por qué come. . .con los publicanos y pecadores?: Despertando sus
prejuicios, esperaban enajenarlos de su Maestro. Su recurso consistió en acusar
a Cristo ante los discípulos, y a los discípulos ante Cristo, dirigiendo sus
flechas adonde había más probabilidad de producir heridas.
Jesús no esperó
que sus discípulos contestasen la acusación, sino que él mismo respondió.
13. Id, pues, y aprended: Los fariseos
aseveraban exponer la Palabra de Dios, ignoraban completamente su espíritu.
13. Misericordia quiero y no sacrificio:
"misericordia" bien podría representar el carácter, o sea los rasgos
de carácter que Dios quisiera que su pueblo reflejara, la justificación por la
fe. "Sacrificio" representa las formas de la religión que tienen la
desventurada tendencia de eclipsar la religión práctica. En sí mismos, los
antiguos sacrificios carecían de valor.
Los fariseos
fueron acallados por el momento, pero quedaron tanto más resueltos en su
enemistad. Buscaron luego a los discípulos de Juan el Bautista y trataron de
levantarlos contra el Salvador. Esos fariseos no habían aceptado la misión del
Bautista.
14. ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos. . .?: Los discípulos
de Juan no comprendían bien la obra de Cristo; pensaban que tal vez las
acusaciones de los fariseos tenían algún fundamento. Observaban muchas de las
reglas prescritas por los rabinos; y hasta esperaban ser justificados por las
obras de la ley. Estaban ayunando en el momento en que formularon su pregunta a
Jesús. El ayuno era practicado por los judíos como un acto de mérito. En el
Talmud babilónico se relata la antigua tradición de ayunar el segundo y quinto
día de la semana, es decir lunes y jueves. Por lo general, los antiguos judíos
ayunaban a fin de resarcir una falta o para asegurarse una respuesta favorable
a una oración o el cumplimiento de un deseo. Hay veces cuando el cristiano
necesita agudeza de pensamiento y correcta discriminación en su juicio; quizá
necesite hacer decisiones importantes, o quizá necesite discernir más
claramente la voluntad de Dios. En tales circunstancias, el ayuno puede ser una
gran bendición. Un ayuno tal quizá no necesariamente signifique una completa
abstinencia de alimento, sino una limitación a lo que es esencial para mantener
la salud y el vigor.
15. ¿Acaso pueden los que están de bodas. . .?: O "los
invitados a la boda" (BJ). Se habría considerado como un insulto para la
novia y el novio el que los invitados a la boda hubiesen estado tristes y
apesadumbrados. Jesús les contestó afectuosamente. La comparación que aquí usó
Jesús tiene sus raíces en las profecías del AT, donde se describe la relación
de Jehová con su pueblo como la del novio con la novia. Juan ya había usado la
misma figura para explicar su relación con el Mesías (Mar. 3: 25-30). Quiso
decir que las prácticas rituales debían ser subordinadas a cosas de mayor
importancia.
15. Vendrán días cuando el esposo les será quitado: Forma pasiva del
verbo griego apáiro, "quitar", "arrebatar". En este
contexto, la palabra puede implicar una separación a la fuerza y penosa, como
sucedió con la muerte violenta de Jesús. Cuando viesen a su Señor traicionado y
crucificado, los discípulos llorarían y ayunarían. Al resucitar volvería su
gozo. Después de su ascensión les dejaría el Consolador pero iban a venir días
de tentación y prueba, cuando serían puestos en conflicto con los gobernantes
de este mundo y los dirigentes del reino de las tinieblas.
21. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo: El mensaje de
Juan el Bautista no había de entretejerse con la tradición y la superstición.
Una tentativa de fusionar la hipocresía de los fariseos con la devoción de Juan
no lograría sino hacer más evidente el abismo que había entre ellos. Ni tampoco
podían unirse los principios de la enseñanza de Cristo con las formas del
farisaísmo. Cristo no había de cerrar la brecha hecha por las enseñanzas de
Juan. Él iba a hacer aún más definida la separación entre lo antiguo y lo nuevo.
16. Tal remiendo tira el vestido, y se hace peor
la rotura:
Es decir, cuando por primera vez se humedece la vestimenta, después de la
aplicación del parche. Lo que tiene el propósito de mejorar el viejo vestido
sólo sirve para hacer resaltar más sus defectos.
17. Ni echan vino nuevo: vino en el cual
los elementos de la fermentación no han comenzado su obra, o en el cual la obra
ha comenzado pero no se ha completado. Representa la verdad vital de Dios
obrando en los corazones de los hombres.
17. Odres viejos: En la antigüedad, estos odres se
hacían con pieles de ovejas o cabras, la piel de cuyas patas se cerraba con una
costura y el cuello servía como la boca de una botella. Los odres viejos"
perdían su elasticidad original y se resecaban y endurecían. Tal era la
condición del judaísmo en el tiempo de Cristo. Sacerdotes, escribas y
gobernantes estaban sumidos en una rutina de ceremonias y tradiciones. Sus
corazones se habían contraído como los odres resecados.
17. Los odres se rompen: El esfuerzo de
aunar las enseñanzas de Jesús con la religión establecida sería vano.
17. Echad el vino nuevo: La enseñanza de
Cristo, aunque representada por el nuevo vino, no era una doctrina nueva, sino
la revelación de lo que había sido enseñado desde el principio. Pero para los
fariseos la verdad de Dios había perdido su significado y hermosura originales.
17. En odres nuevos: En los
pescadores sin instrucción, en los publicanos de la plaza, en la mujer de
Samaria, en el vulgo que le oía gustosamente, halló sus nuevos odres para el
nuevo vino.
Jairo: deriva del Heb. Ya'ir, el jair del AT,
anciano de los judíos.
18. Se postró ante él: Como si hubiera
estado ante un príncipe o alguien de gran autoridad.
18. Ven y pon tu mano: La casa del
príncipe no quedaba muy lejos, pero Jesús y sus compañeros avanzaban lentamente
porque la muchedumbre le apretujaba de todos lados. La dilación impacientaba al
ansioso padre, pero Jesús, compadeciéndose de la gente, se detenía de vez en
cuando para aliviar a algún doliente o consolar a algún corazón acongojado.
20. Una mujer enferma: Estaba segura de
que si podía tan sólo ir a él, sería sanada. Con debilidad y sufrimiento, vino
a la orilla del mar donde estaba enseñando Jesús y trató de atravesar la
multitud, pero en vano. Luego le siguió desde la casa de Leví Mateo, pero
tampoco pudo acercársele. Había empezado a desesperarse, cuando, mientras él se
abría paso por entre la multitud, llegó cerca de donde ella se encontraba.
20. De flujo de sangre: Debe haber
estado físicamente muy débil. También resultaba embarazoso la naturaleza de la
enfermedad misma, junto con la impureza ritual que implicaba.
20. Se le acercó por detrás: Pero entre la
confusión no podía hablarle, ni lograr más que vislumbrar de paso su figura.
20. Tocó el borde de su manto: “Con temor de
perder su única oportunidad de alivio. . .ella extendió la mano y alcanzó a
tocar apenas el borde de su manto. En aquel toque se concentró la fe de su
vida, e instantáneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor
de la perfecta salud”. El toque que proporcionó curación a la mujer habría sido
considerado por los rabinos como una causa de impureza ritual para Cristo.
Con corazón
agradecido, trató entonces de retirarse de la muchedumbre.
21. Seré salva: Es decir, "curada" (BJ)
de su enfermedad.
24. Apartaos: La presencia de la muchedumbre y
el tumulto contrariaban el espíritu de Jesús.
24. Se burlaban de Él: Ellos se
indignaron al oír las palabras del forastero.
24. Y ella se levantó:
Instantáneamente, un temblor pasó por el cuerpo inconsciente. El pulso de la
vida volvió a latir.
27. Le siguieron dos ciegos: Este milagro
quizá ocurrió en Capernaúm hacia fines del año 29 d. C. Desde tiempos antiguos
la ceguera, muchas veces causada por tracoma, ha sido común en las tierras
bíblicas.
27. Hijo de David: reconocían a
Jesús como el Mesías.
28. Llegado a la casa: podría haberse
tratado de la casa de Pedro.
30. Les encargó rigurosamente: "les ordenó
severamente" (BJ). Aquí sin duda se refiere a la expresión severa del
rostro de Jesús y al tono de su voz.
30. Mirad que nadie lo sepa: Quizás porque el
Maestro procuraba evitar que se creara la reputación de que era tan sólo un
taumaturgo, también porque estorbaría la obra de Cristo.
33. Echado fuera el demonio: Este es el
último milagro que se registra hasta después de varios meses. No se dice si
Jesús pasó el invierno en algún lugar retirado después del segundo viaje por
Galilea.
35. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas: es probable que
este versículo presente un resumen del segundo viaje por Galilea.
35. Sinagoga: En ella se celebraban servicios
cada sábado, en los cuales se leían y explicaban la ley y los profetas, lo cual
constituía el centro de atención. Con
frecuencia también servía durante la semana como un tribunal local (Mar. 13:
9), y generalmente como una escuela.
35. El evangelio del reino: Gr. euaggélion,
"buena noticia". Originalmente se refería a la "buena
noticia" de que ciertamente el Mesías había venido a la tierra, como fue
predicho por los profetas. Después el término fue aplicado al relato de la vida
de Jesús, y posteriormente a los diversos documentos, o Evangelios, en los que
está preservado ese registro.
36. Al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas: Así comienza el
relato del Tercer viaje por Galilea que se realizó en los últimos meses del año
29 y los primeros del año 30. Casi todo el relato tiene que ver con las
instrucciones que Cristo dio a los doce antes de mandarlos a predicar.
Significó una importante extensión del ministerio de Cristo.
36. Estaban desamparadas: Mejor, "
"fatigados" (NC), "vejados" (BJ), "acosadas"
(VM).
36. Dispersas: verbo griego ríptÇ aquí en voz
pasiva. Significa "ser echado", "estar abandonado",
"estar postrado o en tierra". Al parecer toda la gente estaba tan
decaída y se sentía tan abandonada que ya no realizaba ningún esfuerzo por
mejorar su condición religiosa. Les parecía que ya no había esperanza.
37. Mas los obreros pocos: Cuando son pocos
los obreros para segar una abundante cosecha, es inevitable que se pierda buen
grano en gran cantidad.
38. Rogad al Señor de la mies: Los doce debían
orar por esto a fin de que así DIOS pudiera tener la oportunidad de
convencerlos a ellos mismos de su responsabilidad personal de hacer frente a
esa necesidad. La oración tiene como propósito condicionar nuestro corazón y
nuestra mente para que podamos cooperar con él.
10. La instrucción que se da aquí, en esencia, tiene dos
partes: consejos que se aplicaban específicamente al viaje misionero que se
realizaría en seguida (cap. 10: 5-15), y consejos de una naturaleza más
general, aplicables a todos los que hayan de ser enviados al servicio de Cristo
y de su reino.
1. Les dio autoridad: Al parecer,
antes de este momento los discípulos sólo habían ayudado a Jesús y no habían
realizado milagros ni habían enseñado públicamente.
1. Enfermedad: Gr. nósos, palabra que se emplea
con frecuencia para designar una enfermedad grave.
1. Dolencia: Gr. malakía, término genérico para
referirse a la debilidad que resulta de alguna enfermedad. Aquí describe
enfermedades físicas y mentales, quizá menos graves que lo que indica la
palabra nósos.
Pedro: ocupa el primer lugar en las cuatro
listas de los doce que hay en el NT. Con frecuencia, asumía el papel de
portavoz de todo el grupo. Era natural de Betsaida Julias (Juan 1: 44), en la
orilla noreste del mar de Galilea, frente a Capernaúm, ciudad a la cual
evidentemente se trasladó después. Pedro y sus compañeros de pesca, Andrés,
Jacobo y Juan, parecen haber sido todos discípulos de Juan el Bautista.
Andres: Gr. Andréas, que significa
"varonil", nombre griego que proviene de an'r, "varón".
Según la tradición, fue martirizado en Grecia, en una cruz que tenía la forma
de la letra X. Por eso la cruz que tiene esa forma comúnmente es llamada Cruz
de San Andrés.
Jacobo: Gr. Iákóbos, del Heb. Ya´aqob, el nombre
del patriarca Jacob. Fue el primero de los doce que murió como mártir,
aproximadamente en el año 44d. C. (Hech. 12: 1-2). El hecho de que Jacobo fuera
considerado suficientemente importante como para ser elegido por Herodes Agripa
para morir como mártir, implica que era uno de los destacados dirigentes de la
iglesia de Jerusalén.
Juan: hombre de profundo discernimiento
espiritual, que se desarrolló al contemplar en Jesús. Se rindió más
completamente que cualquiera de los otros ante el poder transformador de la
perfecta vida de Jesús, y llegó a reflejar la semejanza del Salvador más
plenamente que cualquiera de los otros discípulos. Fue el último de los doce en
morir, aproximadamente en el año 96 d. C. De acuerdo con una antigua tradición
cristiana, Juan sirvió como pastor de la iglesia de Efeso y fue supervisor de
todas las iglesias de la provincia romana de Asia durante los últimos años de
su vida.
Felipe: Gr. Fílippos, "aficionado a los
caballos". Como Andrés, es un auténtico nombre griego. Felipe era natural
de Betsaida Julias (Juan 1:44). Cuando hubo encontrado al Mesías,
inmediatamente comenzó a llevar a otros a él (Juan 1:45).
Bartolomé: "hijo de Talmai". Quizá su
nombre personal era Natanael. Fue Felipe quien presentó a su amigo Natanael a
Jesús (Juan 1: 45).
Tomás: También llamado Dídimo (Juan 11: 16).
Ambos nombres significan "gemelo". Según la tradición, su nombre real
era Judas Se dice que trabajó en Partia y Persia.
Mateo: De acuerdo con la tradición, dedicó sus
energías a trabajar principalmente entre sus compatriotas, y puede haber
trabajado en Etiopía o en la región en torno del mar Negro.
Jacobo: Parece que hay buenas razones para creer
que es el Jacobo mencionado en Mar. 15: 40. La expresión "Jacobo el
menor", o literalmente "Jacobo el pequeño" (Mar. 15: 40) quizá
se refiere a que era de menos edad, o tal vez la expresión se usaba porque era
de pequeña estatura.
4. Simón el
cananista:
Aquí "cananista" se refiere al grupo político de los celotes.
Judas Iscariote: Quizás del Heb.
'ish Qeriyyoth, que significa, "hombre de Queriot", aldea del sur de
Judea, cerca de Idumea Dos. 15: 25; ver com. Mar. 3: 8). Si esta identificación
del nombre "Iscariote" es correcta, quizá Judas era el único de los
doce que nació fuera de Galilea. No fue llamado por Jesús pero Judas se les
unió, y pidió un lugar.
5. A estos doce envió Jesús: Habían sido
oficialmente designados como discípulos durante el verano (junio-agosto) del
año 29 d. C. (cap. 5: 1), quizá no más de seis. Pedro, Andrés, Jacobo y Juan
probablemente habían sido llamados a ser discípulos permanentes a fines de la
primavera del año 29 (Luc. 5: 1). Tres de éstos -todos menos Jacobo- así como
Felipe y Bartolomé, habían sido discípulos ocasionales de Jesús desde fines del
año 27 d. C. (Juan 1: 35- 45). Todos habían estado con Jesús en su segundo
viaje por Galilea, probablemente durante fines del verano o principios del
otoño del año 29 d. C. (Mat. 9: 35), y así habían podido observar los métodos
de Cristo, escuchado sus enseñanzas y aprovechado las instrucciones que de vez
en cuando había dado en privado a sus discípulos.
“Jesús les ordenó
que fueran de dos en dos por los pueblos y aldeas. Ninguno fue enviado solo,
sino que el hermano iba asociado con el hermano, el amigo con el amigo. Así
podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando y orando juntos, supliendo
cada uno la debilidad del otro”.
5. Camino de gentiles: era aquel que
conducía a una comunidad en la que predominaban los gentiles. “Si entonces
hubiesen predicado el Evangelio a los gentiles o a los samaritanos, habrían
perdido su influencia sobre los judíos. Excitando el prejuicio de los fariseos,
se habrían metido en una controversia que los habría desanimado en el mismo
comienzo de sus labores. Aun los apóstoles fueron lentos en comprender que el
Evangelio debía darse a todas las naciones. Mientras ellos mismos no
comprendieron esta verdad, no estuvieron preparados para trabajar por los
gentiles”. Cuando casi un año después, Jesús envió a los setenta, no les impuso
la misma prohibición.
7. El reino de los cielos se ha acercado: El "reino
de los cielos" se estableció en la primera venida de Cristo. Jesús mismo
era el Rey, y los que creían en él eran sus súbditos. El territorio de ese
reino era el corazón y la vida de los súbditos. Evidentemente el mensaje de
Jesús se refería al reino de la gracia divina.
8. De gracia recibisteis dad de gracia: Los discípulos
no debían lucrar con la predicación del Evangelio, pero al mismo tiempo debían
recordar que el "obrero es digno de su alimento".
9. No os proveáis de oro. . .: Debían salir con
fe, confiados de que sus necesidades serían satisfechos. De este modo, sus
preparativos serían sencillos, y no habría nada que los distrajera de la tarea
que les había sido asignada. No debían esperar ni aceptar regalos que
excedieran sus necesidades inmediatas.
9. En vuestros cintos: o
"faja", con que se cerraba o se ataba el manto (himátion) exterior en
torno al cuerpo. Era común entre los antiguos llevar el dinero en ese cinto o
faja.
10. Ni de alforja: o
"mochila" o "saco de cuero", empleado muchas veces por los
viajeros para llevar sus provisiones o su ropa.
10. Ni de dos túnicas: vestimenta
llevada por hombres y mujeres como ropa interior (ver com. cap. 5: 40). Los
discípulos sólo habían de llevar la ropa que tenían puesta. Debían vestirse
como los labradores comunes entre los cuales habían de trabajar y habían de ser
uno con ellos. De este modo sus esfuerzos serían más eficaces.
10. Calzado: Literalmente "sandalias" (BJ).
El calzado que solía usarse entonces era una suela de cuero atada al pie con
correas. Según Mar. 6: 9 se ordena a los discípulos que llevaran sandalias para
el viaje. Lo que parecería indicarse aquí es que no debían llevar dos pares
(Luc. 10: 4).
10. Ni de bordón: En el pasaje paralelo de Mar. 6:
8, se instruye a los discípulos a que no lleven más que "bordón". Quizá
Mateo quería decir con esto que el discípulo que no tuviera ya bordón o bastón,
no debía considerar que era necesario procurarse uno.
10. Obrero: o "labrador".
10. Alimento: "sustento" (BJ).
11. Informaos quien en ella sea digno:
Es decir, las personas que fueran estimadas y respetadas por sus conciudadanos.
Morar con ellos tendría varias ventajas; ante todo, inspiraría confianza en los
otros lugareños.
11. Y posad allí: No debían aceptar la hospitalidad
de varias casas mientras estuvieran en determinada aldea o pueblo, pues eso
estorbaría su trabajo. El mudarse "de casa en casa" podría hacer
pensar a la gente que los primeros dueños de casa no habían recibido con
simpatía a los mensajeros ni al mensaje que predicaban, y ya no querían tener
más relaciones con ellos. Por el contrario, el posar en un solo lugar sería
muestra de estabilidad y seriedad.
12. Saludadla: Algunas versiones griegas añaden
el contenido del saludo: "Paz a esta casa".
13. Vuestra paz será sobre ella: La bendición
pronunciada al cruzar el umbral debía ser confirmada por la presencia de los
discípulos en el hogar y la bienvenida que allí recibieran; de otra forma, la
casa de ningún modo se beneficiaría con las palabras ya pronunciadas.
14. Sacudid el polvo de vuestros pies: no debían perder
tiempo sino que debían apresurarse a ir en busca de los que quisieran
recibirlos con alegría. Esto no era una acción ruda o descortés, sino una
solemne protesta; tan sólo decían que la gente de ese lugar debía aceptar la
responsabilidad por la decisión que había tomado.
15. Será más tolerable el castigo para la tierra de
Sodoma. . .:
Sodoma y Gomorra no habían tenido la oportunidad de gustar del ministerio
personal de Cristo, como había ocurrido con las ciudades de Galilea y de Judea.
16. Os envío como ovejas: Quienes trabajan
por Cristo deben manifestar ciertos rasgos característicos de las ovejas, sobre
todo la suavidad en su trato con otros.
16. Prudentes como serpientes: Quienes predican
el Evangelio deben estar alerta y actuar con rapidez cuando se presenta la
oportunidad, reconociendo los peligros y las dificultades que puedan
presentarse debido a su plan de acción. Deben ser prudentes en su conducta y en
su enfoque de las situaciones difíciles. Deben discernir a través de la astucia
de los impíos, sin practicar ellos mismos esos ardides.
16. Sencillos como paloma: Gr. akéraios,
literalmente "sin mezcla"; por lo tanto, "puro",
"inocente" o "sencillo".
17. Guardaos de los hombres: Gr. proséjÇ,
"prestar atención". Cristo presenta aquí un ejemplo concreto de la
cautela que debería caracterizar el trabajo del misionero cristiano.
17. Concilios: Es decir, los juzgados locales o
pequeños sanedrines, que posiblemente tenían 23 miembros. Estos pequeños
juzgados se encontraban en varias ciudades judías pero no en Jerusalén donde se
reunía el gran sanedrín.
17. Os azotarán: La pena máxima era de cuarenta
azotes. Se acostumbraba dar sólo 39 azotes pues no dar el último azote insinuaba
misericordia.
18. Ante gobernadores y reyes seréis llevados: gobernadores
tales como Pilato, Félix, Festo y Galión juzgaron a misioneros cristianos
acusados de ser anarquistas o perturbadores. Herodes Antipas, Herodes Agripa I,
Nerón y Domiciano fueron algunos de los reyes y emperadores ante quienes los
cristianos debieron comparecer.
18. Para testimonio a ellos: no habrían
tenido la oportunidad de escuchar la verdad y de observar el efecto de sus
principios en la vida de los acusados si no se hubieran visto obligados a
hacerlo debido a su posición oficial.
19. No os preocupéis por cómo o qué hablaréis: Cristo no
disculpa aquí el descuido y la despreocupación de parte de los creyentes
cristianos en lo que concierne al estudio de las Escrituras, porque el
cristiano debe estar siempre preparado "para presentar defensa. . .ante
todo el que. . . demande razón" de la fe que profesa (1 Ped. 3: 15).
20. No sois vosotros los que habláis: Los misioneros
cristianos nunca deberían olvidar que hablan como representantes o embajadores
de Cristo (2 Cor. 5: 19-20), y nunca han de presentar sus propias teorías como
si fueran verdad. Si así lo hicieran, bien podría clasificárselos como falsos
profetas (Mat. 7: 15).
20. En vosotros: Es decir, por medio de vosotros.
21. El hermano. . .: En el griego no
aparece el artículo definido, por lo cual debería traducirse como "un
hermano", entendiéndose "cualquier hermano".
22. Seréis aborrecidos de todos: Con frecuencia,
aquellos cuyas vidas testifican del poder de Cristo y de la verdad del
Evangelio son objeto de odio, pero deben cuidarse de no pagar con la misma
moneda. Los impíos se resienten ante la tácita condenación de sus malas
prácticas debido a la vida piadosa de los representantes de Cristo.
23. Huid a la otra: En ciertas
circunstancias, huir demuestra cobardía; otras veces indica prudencia. Lo que
determina si es cobardía o prudencia es el resultado final para el reino de los
cielos, no la conveniencia personal ni lo que la gente pueda pensar. Jesús dio
ejemplo de esto cuando era rechazado en una ciudad se iba a otra.
Beelzebú: Este era
el nombre dado al príncipe de los demonios. Es posible que el nombre Beelzebú
derive del Heb. ba'al zebul, que podría significar "señor de la gran
casa" o "señor de la casa celestial". Podría también derivar del
Heb. ba'al zebub, "señor de las moscas", dios de Ecrón (2 Rey. 1: 2).
Se ha sugerido que los judíos pudieron haber cambiado el nombre Beelzebub a
Beelzebul (un juego de palabras basado en los vocablos ba'al zibbul, "señor
del estiércol") para mostrar su desprecio por el dios pagano. En Ras Samra
se encontraron tablillas que datan de 1400 a. C. y que hablan de "Zebul,
príncipe de la tierra". De este modo, podría entenderse que Beelzebú
significa "Baal es príncipe".
26. Lo que os digo en tinieblas: Es probable que
se refiera aquí al grupito de los discípulos, círculo relativamente pequeño
dentro del cual Jesús habló.
26. Proclamadlo desde las azoteas: Figura de la
amplia divulgación que debían dar al Evangelio, similar a decir "en la
luz". Los discípulos no habían de comprar la paz por medio del silencio ni
de transigencias.
28. El alma no pueden matar: Gr. psuj ',
"aliento", "vida". Identidad personal.
28. Infierno: Géenna es la transliteración de las
palabras hebreas ge' hinnom, "valle de Hinom", o ge' ben hinnom,
"valle del hijo de Hinom" (Jos.15: 8). Este valle está al sur y al
oeste de Jerusalén y se encuentra con el valle de Cedrón, inmediatamente al sur
de la ciudad de David y el estanque de Siloé. El impío rey Acaz parece haber
iniciado en los días de Isaías la bárbara costumbre pagana de quemar los niños,
ofrendándolos a Moloc en un alto llamado Tofet, en el valle de Hinom (2 Cr. 28:
3). Manasés, nieto de Acaz, restableció esa práctica (2 Cr. 33: 1, 6). Años
después, el buen rey Josías profanó ceremonialmente los altos del valle de
Hinom (2 R. 23: 10), con lo cual se acabaron esos sacrificios. Como castigo por
ése y otros males, Dios advirtió a su pueblo que el valle de Hinom un día sería
el "Valle de la Matanza" por causa de los "cuerpos muertos de
este pueblo" (Jer. 7: 32-33; 19: 6). Por eso los fuegos de Hinom se
convirtieron en un símbolo del fuego consumidor del último gran día de juicio y
del castigo de los impíos (Isa. 66: 24). Según las ideas escatológicas judías,
derivadas en parte de la filosofía griega, géenna era el lugar donde se
reservaban las almas de los impíos bajo castigo hasta el día del juicio final y
de las retribuciones. La tradición afirma que el valle de la Gehenna (forma
latina) era el lugar donde se quemaban los desperdicios, y que por lo tanto era
una figura del fuego del día final.
29. Pajarillos: Se traduce generalmente
"gorrión", y por extensión, cualquier pájaro pequeño, eran de ínfimo
valor.
29. Un cuarto: Gr. assárion moneda romana de
cobre. Valía 1/16 de un denario o sea 1/16 del salario diario de un obrero en
los días de Cristo.
29. Sin vuestro Padre: Es decir, sin
que Dios se dé cuenta de ello.
34. No he venido a traer paz: Cristo es el
Príncipe de paz. Él es quien ha traído la paz del cielo a la tierra y la ha
impartido a los hombres (Juan 14: 27). Sin embargo, cuando una persona hace la
paz con Dios (Rom. 5: 1), con frecuencia el mundo la considera enemiga (1 Juan
3: 12-13). Cristo vino a poner a los pecadores en paz con Dios, pero al hacerlo
inevitablemente causó la discordia entre ellos y los que se negaron a recibir
la oferta de paz.
35. Nuera: Gr. númf', "novia",
"joven casada", "nuera". Todavía hoy es relativamente
común, en algunos países del Cercano Oriente, que el matrimonio joven viva en
casa de los padres del novio, y que la novia esté sujeta a la madre del esposo.
36. Los enemigos del hombre serán los de su casa: Cuando una
persona acepta a Cristo, muchas veces sus amigos más íntimos se convierten en
sus enemigos más acérrimos e implacables.
37. El que ama a padre o madre más que a mí. . .: el amor a los
padres nunca debe impedir la obediencia a Dios en todo, si hay un conflicto
entre ambos. El amor a Dios y su servicio deben ser la regla suprema de la
vida.
37. No es digno de mí: Es decir, no es
digno de ser llamado cristiano.
38. El que no toma su cruz: Entre los
romanos, la muerte por crucifixión estaba reservada para los esclavos y para
los culpables de los más horrendos crímenes. Por lo tanto, podría decirse que
los que eran sentenciados a morir así eran detestados, odiados y execrados por
la sociedad. El que era condenado a morir crucificado generalmente llevaba su
cruz hasta el lugar de la ejecución. El tomar la cruz de Cristo y seguirle
significa sufrir sin queja ni pesar la
desaprobación de amigos y parientes, y soportar
con paciencia y humildad el reproche de los hombres. Significa sobrellevar
la "espada" de la persecución (vers. 34-37) empuñada por aquellos de
quienes se podría haber esperado paz.
39. El que halla su vida. . .: Es decir, el que
se propone gozar de aquellas cosas que, desde el punto de vista humano, son
esenciales para la felicidad y el contentamiento a fin de disfrutar de ellas.
39. El que pierde su vida: Es decir, el que
está dispuesto a prescindir del placer y de las recompensas que este mundo
ofrece.
42. Uno de estos pequeñitos: quizá también
personas de poca o ninguna importancia.
42. Un vaso de agua fría: Quizá se emplea
este acto como ilustración del servicio mínimo que podría brindársela a una
persona. Insignificante, pero muchas veces un servicio importantísimo y muy
necesario en las tierras bíblicas, donde casi siempre escaseaba el agua.
11. Se fue de allí: Jesús, acompañado por otros
discípulos, partió hacia otra región de Galilea donde los doce no irían.
2. Al oír Juan, en la cárcel. . .: Sus discípulos
(de Juan) no le abandonaron. Se les permitía tener acceso a la cárcel, y le
traían noticias de las obras de Jesús y de cómo la gente acudía a él. Pero
preguntaban por qué, si ese nuevo maestro era el Mesías, no hacía algo para
conseguir la liberación de Juan. . . Sugirieron a Juan dudas que de otra manera
nunca se le habrían presentado.
Como los
discípulos del Salvador, Juan el Bautista no comprendía la naturaleza del reino
de Cristo. Esperaba que Jesús ocupase el trono de David; y como pasaba el
tiempo y el Salvador no asumía la autoridad real, Juan quedaba perplejo y
perturbado. . . Había horas en que los susurros de los demonios atormentaban su
espíritu y la sombra de un miedo terrible se apoderaba de él. . . Había
esperado que el mensaje de Dios tuviese el mismo efecto que cuando la ley fue
leída en los días de Josías y Esdras; que seguiría una profunda obra de
arrepentimiento y regreso al Señor. . . Perturbaba a Juan el ver que por amor a
él sus propios discípulos albergaban incredulidad para con Jesús. . . Pero el
Bautista no renunció a su fe en Cristo. . .
2. Juan. . .le envió dos de sus discípulos: Juan no quería
discutir sus dudas y ansiedades con sus compañeros. Los envió esperando que una
entrevista con el Salvador confirmaría su fe, e impartiría seguridad a sus
hermanos.
3. ¿Eres tú aquel que había de venir. . .?: Gr. ho erjómenos,
"el que viene", expresión utilizada comúnmente para referirse al
Mesías.
El Salvador no
respondió inmediatamente a la pregunta de los discípulos. Mientras ellos
estaban allí de pie, extrañados por su silencio, los enfermos y afligidos
acudían a él para ser sanados. . .Mientras sanaba sus enfermedades, enseñaba a
la gente. . . La evidencia de su divinidad se veía en su adaptación a las
necesidades de la humanidad doliente. Su gloria se revelaba en su
condescendencia con nuestro bajo estado. . . y bastó.
5. A los pobres es anunciado el evangelio: Los campesinos y
jornaleros, los pobres e incultos, recibían poca atención de los orgullosos
fariseos y los doctos rabinos. La gente común, de corazón receptivo y fe
sencilla, era la que se sentía atraída a Cristo. Los pobres entre los judíos en
los días de Cristo no sólo sufrían escasez, sino que además eran oprimidos por
los que ocupaban posiciones de poder y de influencia.
6. Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí: Estas palabras
eran una suave reprensión para Juan. Y no dejó de percibirla. Comprendiendo más
claramente ahora la naturaleza de la misión de Cristo, se entregó a Dios para
la vida o la muerte, según sirviese mejor a los intereses de la causa que
amaba.
7. Mientras ellos se iban. . .: estas palabras
de encomio que Jesús estaba por decir no eran para los oídos de Juan, ni para
sus discípulos, porque habría disminuido
la fuerza del mensaje personal enviado.
7. ¿Qué salisteis a ver al desierto?: Gr. theáomai,
"contemplar", "mirar con atención". Muchas de las personas
que escuchaban a Jesús, quizás todas, habían oído predicar a Juan. Cristo les
pide aquí que analicen su propia reacción ante esa "antorcha que ardía y
alumbraba" (Juan 5: 35), para que pudieran apreciar mejor el mensaje de
Juan en relación con el mensaje que Jesús estaba predicando.
7. ¿Una caña sacudida al viento?: Los altos juncos
que crecían al lado del Jordán, inclinándose al empuje de la brisa, eran
adecuados símbolos de los rabinos que se habían erigido en críticos y jueces de
la misión del Bautista. Eran agitados a uno y otro lado por los vientos de la
opinión popular. No querían humillarse para recibir el mensaje escrutador del
Bautista, y sin embargo, por temor a la gente, no se atrevían a oponerse
abiertamente a su obra. . .Juan No era una caña temblorosa, agitada por los
vientos de la alabanza o el prejuicio humanos. Era en la cárcel el mismo en su
lealtad a Dios y celo por la justicia, que cuando predicaba el mensaje de Dios
en el desierto.
8. ¿A un hombre con vestiduras delicadas?: Es decir,
vestido de ropas espléndidas. Juan había sido llamado a reprender los pecados y
excesos de su tiempo, Jesús deseaba dirigir la atención al contraste que había
entre la vestimenta de Juan y la que llevaban los sacerdotes y gobernantes.
8. Profeta: era en esencia un portavoz de Dios, un
intérprete de los propósitos divinos para el hombre.
9. Más que profeta: Porque mientras
que los profetas habían visto desde lejos el advenimiento de Cristo, le fue
dado a Juan contemplarle, oír el testimonio del cielo en cuanto a su carácter
de Mesías, y presentarle a Israel como el Enviado de Dios.
Pero su vida había
sido llena de pesar. Su voz se había oído rara vez fuera del desierto. Tuvo el
destino de un solitario. No se le permitió ver los resultados de sus propios
trabajos. No tuvo el privilegio de estar con Cristo. . .
11. Pero el más pequeño en el reino de los cielos
mayor es que él:
el "reino" al cual se hace referencia aquí es el reino de la gracia
divina en el corazón de los hombres. “El menor de los discípulos que contempló
las poderosas obras de Cristo y oyó sus palabras, era en este sentido más
privilegiado que Juan el Bautista”.
El elogio de Juan
ha sido considerado como el discurso fúnebre de Juan, pues éste fue decapitado
unos seis meses más tarde, poco antes de la pascua del año 30 d.C.
12. Desde los días de Juan: quizá desde la
primavera (marzo-mayo) del año 27 d. C. hasta la primavera del año 29 d. C.
12. Hasta ahora: desde que Juan había sido
encarcelado en la primavera del año 29 d. C. hasta el otoño del mismo año.
12. El reino de los cielos sufre violencia: Quizá en el
sentido de que muchos de los que se agolpaban en torno de Juan y de Jesús lo
hacían sin entender cabalmente la verdadera naturaleza de ese reino. Otros, como
los escribas y los fariseos, se acercaban a Jesús con abierta hostilidad. Como
resultado de las acciones de ambos grupos -unos que lo hacían con buenas
intenciones, como cuando intentaron coronar rey a Jesús (Juan 6: 15; DTG
340-341), otros que tenían propósitos impíos- el verdadero reino no era
comprendido y sus propósitos eran estorbados.
12. Los violentos lo arrebatan: Esta frase
parecería hacer resaltar una hostilidad abierta e intencional. El resultado de
las acciones de esa gente hostil era que le arrebataban el reino de los cielos
a la gente e impedían que entraran en él quienes deseaban hacerlo.
12. Todos los profetas y la ley: El orden
habitual es "la ley y los profetas", frase empleada comúnmente por
los judíos para referirse al AT.
14. Es aquel Elías que había de venir: vino, más bien,
con una tarea similar a la de Elías: la de llamar a los seres humanos al
arrepentimiento.
15. El que tiene oídos para oír, oiga: la atención
espiritual por medio de la cual los sinceros puedan percibir el verdadero
significado de Cristo y puedan ser iluminados por él.
16. ¿A qué compararé esta generación?: Sin duda, Cristo
se refería al pueblo de Israel que vivía en su tiempo, y más específicamente a
los que escucharon a Juan y más tarde a Jesús mismo cuando anunciaron el reino
mesiánico, y fueron testigos de los milagros que acompañaron a su proclamación.
16. Los muchachos que se sientan. . .: Literalmente,
"niños pequeños". La escena que aquí se describe es característica de
las aldeas del Cercano Oriente donde la calle sirve tanto de campo de juego
como de lugar para caminar o de mercado.
16. En las plazas: Gr. agorá,
"lugar de reunión del pueblo", "plaza". En estos lugares la
gente se reunía para conversar y para hacer sus negocios.
17. Os tocamos flauta: Un grupo
evidentemente deseaba imitar una alegre fiesta, como la de una boda.
17. No bailasteis: Caprichosos, los
otros niños se negaron a jugar y no respondieron a la propuesta de los
primeros.
17. Os endechamos: Gr. thr'néÇ,
"endechar", "llorar", "hacer duelo". En tiempos
bíblicos, se acostumbraba en el Cercano Oriente llorar a los muertos en forma
efusiva y dramática.
17. No os lamentasteis: Literalmente,
"no os golpeasteis el pecho" en señal de duelo.
18. Vino Juan, que ni comía ni bebía: Como nazareo,
Juan se abstenía de banqueteos y de bebidas de que otros participaban sin
escrúpulos. Lucas dice: "Ni comía pan ni bebía vino" (cap. 7: 33). Al
parecer, muchos lo consideraban meramente como un fanático y hacían de esto un
pretexto para no arrepentirse ni ser bautizados por él. Lo que en realidad
desagradó a mucha gente era que el Bautista reprendía sus excesos licenciosos.
Esta reprensión estaba implícita en su vida ejemplar y probablemente explícita
en su enseñanza.
19. Hijo del hombre: era la forma
favorita en que Cristo se llamaba a sí mismo. A lo menos, entre algunos judíos,
ese título era entendido como un nombre para el gobernante mesiánico del nuevo
reino que se iba a establecer. Este título lo designa como al Cristo encarnado.
Destaca el milagro por el cual el Creador y la criatura se unieron en una
persona divino-humana. Testifica de la verdad de que ciertamente los hijos de
los hombres pueden llegar a convertirse en hijos de Dios.
19. Y dicen: He aquí un hombre comilón y bebedor: Sin duda, la
acusación había sido exagerada y distorsionada como para insinuar algo muy
diferente de lo que los hechos permitirían decir.
19. Amigo de publicanos y pecadores: Aquí estaba el
punto central de la controversia. Jesús se hizo amigo de personas a quienes
ellos despreciaban y habían separado de su sociedad. Si bien Cristo buscaba la
compañía de publicanos y de pecadores a fin de persuadirlos para que fueran
semejantes a él, sus acusadores decían que lo hacía para parecerse más a ellos.
19. La sabiduría es justificada por sus hijos: La evidencia
textual favorece aquí "obras". El criticar a Juan por una cosa y a
Jesús por la opuesta, mostraba una completa falta de sabiduría. Tanto Juan como
Jesús eran guiados por la sabiduría divina, y esto se hizo evidente en el resultado
de su trabajo.
21. ¡Ay!: Esta interjección refleja tristeza,
calamidad o angustia.
Corazín: identifica comúnmente con Khirbet
Kerazeh, a unos 3 km al norte de Tell Hum.
Betsaida: De las palabras arameas beth tsayeda',
"casa de la pesca". Este pueblo se encontraba en la parte norte del
mar de Galilea, quizá un poco al este del lugar donde desemboca el río Jordán
en el lago. El tetrarca Felipe reconstruyó la ciudad y le puso el nombre de
Betsaida Julias, en honor de Julia, hija del emperador Augusto (Antigüedades
xviii. 2.1). El único milagro aquí, registrado, fue la devolución de la vista a
un ciego.
Capernaum: Posiblemente se
derive kafar, "aldea", y najum, "Nahúm", y signifique
"aldea de Nahúm". Algunos han pensado que el profeta Nahúm habría
vivido aquí, pero no hay ninguna confirmación de esto. Se cree que la ciudad se
encontraba en el lugar que hoy se conoce como Tell Hum, en la orilla noroeste
del mar de Galilea. Puesto que el lago se encuentra a unos 210 m bajo el nivel
del Mediterráneo, su clima es suave y tibio. Era el principal centro judío de
la región. Por estar en una de las principales rutas, con Damasco al este, Tiro
y Sidón hacia el norte, Jerusalén hacia el sur, y el Mediterráneo al oeste,
este centro era un importante puesto aduanero. Había además comercio marítimo
con Decápolis. Durante más o menos un año y medio Jesús vivió en Capernaúm,
haciendo de esa ciudad el centro de sus actividades, Pedro ofreció su hogar
como morada del maestro. Desde este centro Jesús emprendió cada una de sus
giras de evangelización por las aldeas de Galilea.
23. Que eres levantada hasta el cielo: Esta frase puede
también tomarse como pregunta: "¿Hasta el cielo te vas a encumbrar?"
(BJ). Al parecer, Capernaúm estaba orgullosa de su posición y de su poder como principal
ciudad judía de Galilea. Se emplea un lenguaje muy similar al usado para
describir a Lucifer Isa. 14: 13, 15.
Hades: Para los
griegos, hád's era tanto el lugar de los muertos como el nombre del dios de ese
lugar (también llamado Plutón por los romanos). Desde Homero, hád's equivalía a
"sepulcro" o "muerte". La LXX emplea regularmente la
palabra hád's para traducir el Heb. she'ol.
25. Te alabo, Padre: Las
circunstancias parecían sumamente desanimadoras, porque los dirigentes de
Israel y de muchas de las grandes ciudades se negaban a aceptar el mensaje del
Evangelio. Pero Jesús hallaba un motivo para regocijarse en el hecho de que
mucha gente del pueblo "le oía de buena gana" (Mar. 12: 37).
25. Escondiste estas cosas de los sabios: Posiblemente sea
una referencia a los "milagros" de Cristo, que tenían el propósito de
proporcionar una evidencia convincente de la validez de su mensaje. Dios nunca
fuerza para que acepten la verdad quienes prefieren no aceptarla. Los
dirigentes de Israel habían tenido tantas oportunidades de entender a Jesús
como las que habían tenido sus compatriotas, y quizá aún más, conocían las
Escrituras, deberían haber reconocido su cumplimiento en la persona y la misión
de Jesús. Pero prefirieron rechazar la luz que con tanta abundancia el cielo
había derramado sobre ellos.
25. Las revelaste a los niños: Gr. n'pios,
"infante", "niño pequeño".
La palabra se aplica tanto a niño de corta edad como a la persona adulta
a quien le falta conocimiento o habilidad. Los eruditos rabinos consideraban
que los pescadores y agricultores ignorantes eran "niños" en su
conocimiento de la ley. Los que no pretendían saber mucho mostraban mayor
sabiduría que los llamados sabios de la nación. Los "niños" a quienes
Jesús se refería, los discípulos estuvieran en primer lugar.
27. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre: Cristo aquí hace
referencia a su divina comisión de ser el representante del Padre para la
salvación de este mundo.
27. Nadie conoce al Padre: “Conoce
bien" (BJ). El verbo griego implica un conocimiento cabal. Es imposible
que la mente humana pueda comprender plenamente la sabiduría y el amor
infinitos de Dios manifestados cuando entregó a Jesús. Esta afirmación implica
que aun los ángeles no aprecian plenamente la bondad del carácter divino. Sólo
Jesús puede revelar al Padre, porque lo conoce íntimamente.
28. Venid a mí los que estáis trabajados. . .: Cristo no habla
aquí del trabajo físico. Habla más bien del trabajo del alma y de la mente, que
verdaderamente es el que más pesa y preocupa. La religión de Israel se había
degenerado hasta llegar a ser, en buena medida, un incansable y trabajoso
intento por hallar la salvación por las obras. Con estas bondadosas palabras
Cristo extendió a la multitud una invitación para que se convirtieran en sus
discípulos.
28. Cargados: La carga más pesada de la
humanidad es el pecado, también la congoja y el pesar. Además los escribas y
fariseos habían colocado muchas exigencias sobre los judíos que eran
"pesadas y difíciles de llevar", y que sólo servían para extinguir en
el pueblo cualquier chispa de vida y de esperanza que pudiera quedar.
28. Y yo os haré descansar: cesación
transitoria del trabajo, y no de inactividad permanente. Quienes se allegan a
Cristo no dejan de trabajar, sino que en vez de trabajar "por la comida
que perece", y de extenuarse por el esfuerzo, trabajan por "la comida
que a vida eterna permanece" (Juan 6: 27).
29. Llevad mi yugo sobre vosotros: El yugo de
Cristo no es otra cosa sino la voluntad divina resumida en la ley de Dios y magnificada
en el Sermón del Monte. Significa someterse a la disciplina y a la práctica de
la manera de vivir de Cristo. Originalmente el yugo era un instrumento útil
cuyo propósito era posibilitar el esfuerzo mancomunado, pero desde tiempos
antiguos el "yugo" se transformó en símbolo de sumisión,
especialmente ante un conquistador. Algunos generales victoriosos colocaban un
yugo sobre dos lanzas y obligaban al ejército vencido a marchar por debajo de
él en señal de sumisión (Jer. 27: 1-11). Los rabinos también se referían a la
Torah como a un "yugo", no porque fuera una carga, sino más bien una
disciplina.
29. Aprended de mí que soy manso: El que aprende de Cristo renuncia al yo, al orgullo, al
amor por la supremacía, y hay silencio en su alma. Es conservarse paciente y amable al ser maltratado. El Amor a uno
mismo es lo que destruye nuestra paz. Una persona "mansa" domina
perfectamente su yo.
29. Humilde: reconoce que depende enteramente de Dios
y coloca los deseos y las necesidades de su hermano antes que los propios.
30. Porque mi yugo es fácil: Gr. jr'stós,
"útil", "bueno", "agradable". El propósito del
yugo no era hacer más pesado el trabajo del animal que lo llevaba, sino más
liviano; no más difícil, sino más fácil de llevar.
30. Ligera mi carga: El que ama
verdaderamente a Cristo, se deleita en hacer su voluntad.